El PP frena el intento de sus barones de enmendar tambi¨¦n los Presupuestos

El Grupo Popular tiene intenci¨®n esta vez de dar muestras de di¨¢logo y flexibilidad en la tramitaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado, que este mi¨¦rcoles superaron su primer escollo, el del debate de totalidad, solo con los votos de la mayor¨ªa absoluta del PP (185) y el habitual a?adido del diputado de UPN.

Las cuentas empezar¨¢n ahora su larga tramitaci¨®n, con el rechazo de todos los dem¨¢s grupos (11), que consideran que las Cuentas son irreales porque se basan en previsiones que nadie comparte, que no sirven para salir de la crisis y, sobre todo, que no es cierta la afirmaci¨®n del ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas, Crist¨®bal Montoro, de que son los Presupuestos m¨¢s sociales de la democracia.

El PP asegura que tiene muy escaso margen de maniobra para negociar. Pero, esta vez, al menos asegura que pretende dialogar con los dem¨¢s grupos para intentar incorporar algunas modificaciones. Los antecedentes no son buenos, porque en marzo solo admiti¨® tres enmiendas irrelevantes para los presupuestos de 2012, presentadas por ¨¦l mismo, y rechaz¨® m¨¢s de 3.000 de la oposici¨®n.

El Gobierno ha tenido que hacer frente primero a un conato de rebeli¨®n interna contra los Presupuestos, procedente de relevantes barones, que lamentaban la reducci¨®n de las inversiones en sus comunidades. Los presidentes de Baleares y de la Comunidad Valenciana, Jos¨¦ Mar¨ªa Bauz¨¢ y Alberto Fabra, respectivamente, criticaron las cuentas. El segundo anunci¨® reiteradamente su intenci¨®n de hacer que los diputados de su comunidad presentaran enmiendas por valor de hasta 144 millones de euros m¨¢s para inversiones en la regi¨®n. Ese anuncio provoc¨® tanta sorpresa como malestar en el Gobierno y en el PP, porque son¨® a llamamiento a la rebeli¨®n y a la ruptura de la disciplina de voto del grupo parlamentario. Tambi¨¦n porque supone pensar que los diputados representan a los presidentes de cada comunidad, cuando las enmiendas debe firmarlas la direcci¨®n del grupo.

Por eso, el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, llam¨® recientemente a Fabra. Le dijo que si quiere proponer cambios a los Presupuestos lo haga a trav¨¦s del Ministerio de Hacienda, y le advirti¨® de que no aceptar¨¢ enmiendas que no vengan avaladas por Montoro. Por supuesto, toda enmienda de inversi¨®n territorializada debe ir acompa?ada de la partida de la que se rebaja, porque el Gobierno da por hecho que ser¨¢ imposible aumentar el gasto.

El ministro ha empezado ya conversaciones con algunas comunidades como, por ejemplo, la de Arag¨®n, para estudiar posibles inversiones en la regi¨®n.

Montoro volvi¨® a defender este mi¨¦rcoles en la tribuna del Congreso los Presupuestos, frente a todos los portavoces del Grupo Mixto. De ellos, solo Carlos Salvador (UPN) le mostr¨® su apoyo. Los dem¨¢s insistieron en negar que sean Presupuestos cre¨ªbles y sociales, como sostiene Montoro. Hasta Enrique ?lvarez Sostres, diputado del Foro Asturias y socio permanente del Gobierno, se abstuvo tras definir los Presupuestos como ¡°una utop¨ªa y una fantas¨ªa surrealista¡±.

El portavoz de ERC, Alfred Bosch, explic¨® que las cuentas ¡°violan la ley¡± porque no reflejan el peso demogr¨¢fico y econ¨®mico de Catalu?a, y la ¡°empujan¡± a salir de Espa?a. Olaia Rodr¨ªguez (BNG) afirm¨® que son ¡°papel mojado¡±, como lo fueron los de 2012, y buscan ¡°salvar a los verdugos y sacrificar a las v¨ªctimas¡±.

Para Montoro, en cambio, las cuentas son las ¡°de un pa¨ªs en crisis, orientadas a combatir la crisis, la respuesta a un contexto econ¨®mico dif¨ªcil, y ponen los medios para contribuir a que 2013 sea el ¨²ltimo a?o de recesi¨®n en Espa?a¡± y a que ¡°se abra la puerta al crecimiento econ¨®mico y la creaci¨®n de empleo¡±.

Hasta el viernes, los grupos podr¨¢n presentar enmiendas parciales. El d¨ªa 14 de noviembre, coincidiendo con la huelga general, el pleno del Congreso aprobar¨¢ las Cuentas para enviarlas al Senado. Si se introdujeran enmiendas en la C¨¢mara Alta, se votar¨¢n definitivamente el 20 de diciembre, en el primer aniversario del Gobierno de Mariano Rajoy.