Diez claves de una noche de imprudencia temeraria en el Madrid Arena
Las declaraciones ante el juez y la comisi¨®n de investigaci¨®n aclaran algunos de los puntos oscuros sobre qu¨¦ ocurri¨® en la fiesta de Halloween en la que murieron cinco jovenes
La macrofiesta de Halloween con actuaci¨®n en directo del pinchadiscos Steve Aoki organizada por la empresa Diviertt en el pabell¨®n municipal Madrid Arena entre las once de la noche del pasado 31 de octubre y las seis de la ma?ana del 1 de diciembre pasar¨¢ a la historia negra de la capital como un ejemplo perfecto de imprudencia temeraria con causa de muerte.
Cinco chicas fallecieron aplastadas por una multitud cuando pretend¨ªan salir de la pista central por un estrecho pasillo de tres metros de ancho, por el que tambi¨¦n intentaba entrar gente, y quedaron atrapadas. Un mes despu¨¦s de la tragedia, la investigaci¨®n policial, judicial y pol¨ªtica; las confesiones de los implicados en el juzgado de Plaza Castilla que instruye la causa y de los t¨¦cnicos en el Ayuntamiento de Madrid, los testimonios de j¨®venes que estuvieron en la fiesta y las im¨¢genes grabadas por las 124 c¨¢maras de seguridad repartidas por el recinto municipal, permiten detallar las claves de una noche de imprudencias temerarias.
1.- Informaci¨®n falsa sobre los asistentes a la macrofiesta. La empresa Diviertt alquil¨® el pabell¨®n municipal Madrid-Arena como si fuese a celebrar all¨ª una fiesta con menos de 5.000 personas y pag¨® la tarifa establecida: 6.000 euros antes de la fiesta y el resto, despu¨¦s: total 12.000 euros. S¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s de formalizar el contrato, Diviertt indic¨® que ir¨ªan entre 4.000 y 6.000 j¨®venes al evento. El coordinador de actos p¨²blicos del Ayuntamiento de Madrid, Francisco de Paula Sacaluga, en los escritos remitidos a la Delegaci¨®n del Gobierno y a otras ¨¢reas municipales, se?al¨® que el n¨²mero de asistentes al acto, en base a la informaci¨®n que le facilit¨® la empresa Diviertt, ser¨ªa de 7.000 aproximadamente. Cuando ocurri¨® la tragedia y el Ayuntamiento de Madrid pidi¨® al due?o de Diviertt datos sobre el n¨²mero de asistentes, ¨¦ste le indic¨® que 9.600 (el aforo m¨¢ximo permitido para esa fiesta era 10.600). Flores repiti¨® esta cifra cuando le preguntaron en el juzgado. S¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s, tras hallar las urnas en las que se encontraban las entradas vendidas, el juez orden¨® que se contaran: en las ocho cajas hab¨ªa 16.791 entradas, 7.191 m¨¢s que las confesadas por flores y 6.191 m¨¢s que el aforo permitido.
2.- Aforo de alto riesgo. El pabell¨®n Madrid Arena no est¨¢ concebido para la celebraci¨®n de macrofiestas con conciertos en directo. Un arquitecto que colabor¨® en el montaje del Circo del Sol en ese recinto municipal record¨® en una carta dirigida a este peri¨®dico que la estrechez de los vomitorios de la planta baja no era la adecuada para evacuar a las multitudes que se podr¨ªan concentrar en la pista central en una macrofiesta. Si, adem¨¢s, el organizador falsea las cuentas y vende o distribuye 17.000 entradas para un recinto supuestamente preparado para acoger a 10.600, el peligro es evidente.
3.- El inexistente reparto del aforo por las tres plantas del edificio. La autorizaci¨®nmunicipal para la celebraci¨®n de la fiesta establec¨ªa que las 10.600 personas que pod¨ªan entrar al recinto deb¨ªan repartirse, pr¨¢cticamente a partes iguales, por las tres plantas del pabell¨®n. Sin embargo, las entradas que compraron los j¨®venes que asistieron a la fiesta no se?alaba ning¨²n lugar determinado ni les prohib¨ªa deambular entre las distintas plantas. En la pista central, donde actuaba Steve Aoki, se concentr¨® la mayor¨ªa de los asistentes. En uno de los vomitorios de acceso a esa pista central se produjeron continuas avalanchas antes de las 3.33, hora en la que se registr¨® el incidente mortal que cost¨® la vida a cinco chicas.
4.- La inseguridad y el descontrol en el interior del recinto. En la comunicaci¨®n por escrito que hace el coordinador de Actos P¨²blicos del Ayuntamiento de Madrid sobre la macrofiesta autorizada se establece que la seguridad ¡°en el interior¡± del pabell¨®n Madrid Arena ¡°est¨¢ a cargo de Kontrol 34 S.L con 75 operativos¡±, mientras que de la seguridad exterior se encargar¨¢ el Grupo Seguriber.
En su declaraci¨®n ante el juez, el responsable de Kontrol 34 rechaz¨® cualquier culpa sobre lo que ocurri¨® en el pabell¨®n, explicando que sus trabajadores no ten¨ªan competencias para controlar el flujo de asistentes entre plantas. Miguel ?ngel Flores, promotor de la fiesta que contrat¨® a Kontrol 34, tambi¨¦n exculp¨® a esta empresa se?alando que la responsable de la seguridad en el interior de Madrid-Arena era Seguriber, y que esta firma hab¨ªa sido impuesta por el Ayuntamiento de Madrid.
Seguriber se encarg¨® esa noche, seg¨²n recogen documentos oficiales y las c¨¢maras de seguridad, de hacer la ¡°requisa¡± en el exterior del recinto (controlar que los j¨®venes no introdujeran sustancias prohibidas, armas o alcohol) y controlar tres portones de evacuaci¨®n o emergencia del pabell¨®n Madrid-Arena, adem¨¢s de hacer guardia en la sala donde llegaba la se?al de todas las c¨¢maras de seguridad.
Las im¨¢genes recogidas por las c¨¢maras de seguridad muestran que las personas que controlaban en el interior del edificio donde se celebraba la fiesta eran los empleados de Kontrol 34, que llevaban chalecos o petos de color amarillo. En un momento de la noche, esos empleados de Kontrol 34 pusieron vallas junto a una escalera para impedir que los j¨®venes siguieran bajando hacia la pista central. A esa hora, aquella soluci¨®n era muy insuficiente.
5.- Accesos ilegales. A las 2.27 de la madrugada se produce otro hecho irregular. Los organizadores de la fiesta cierran la entrada principal al pabell¨®n, situada al nivel de calle y que daba acceso a la segunda planta del recinto Madrid-Arena. El p¨²blico que sigue entrando para la fiesta es desviado a la izquierda, por un camino cuesta abajo que conduce a la pista central por una entrada que en realidad est¨¢ prevista como salida de emergencia o evacuaci¨®n. De esta manera, cuando la pista ya est¨¢ abarrotada de gente que espera la actuaci¨®n del pinchadiscos Steve Aoki, la organizaci¨®n mete a cientos de personas m¨¢s (2.000 en 23 minutos, seg¨²n el Ayuntamiento de Madrid) en una zona donde no cab¨ªa ni un alfiler.
6.- Las avalanchas incontroladas. Pese a que dos c¨¢maras de seguridad situadas a ambos lados del vomitorio donde ocurri¨® la tragedia grabaron im¨¢genes de alto riesgo desde las dos de la madrugada, con avalanchas humanas provocadas por cientos de j¨®venes que pugnan por entrar o salir a trav¨¦s de un pasillo de tres metros de anchura, ni el empleado de Seguriber que vigilaba la sala con dos monitores por donde pasan las im¨¢genes recogidas por las 124 c¨¢maras del recinto, ni los trabajadores de Kontrol 34 que deambularon por all¨ª durante toda la noche, alertaron de lo que estaba ocurriendo o pusieron remedio para evitar nuevas avalanchas.
7.- Servicio sanitario improvisado. La coordinaci¨®n entre cuerpos de seguridad y emergencias para prevenir posibles desgracias en un evento al que acudieron miles de j¨®venes y donde se vend¨ªa alcohol fue francamente mejorable. As¨ª lo han admitido los responsables municipales del ¨¢rea de Seguridad, que han llegado a acusarse mutuamente de no haber avisado con antelaci¨®n sobre la celebraci¨®n del acto. El caso es que la noche de la tragedia, el Samur no ten¨ªa previsto ning¨²n servicio preventivo en los alrededores del pabell¨®n. Los hechos y las llamadas de emergencia desde la medianoche por intoxicaciones et¨ªlicas, acab¨® forzando a los servicios municipales de emergencia a desplazar dos unidades del Samur a esa zona de la movida en la Casa de Campo.
8.- Macrobotell¨®n descontrolado. El due?o de Diviertt intent¨® endosar la culpa de la tragedia al Ayuntamiento de Madrid por no controlar suficientemente un macrobotell¨®n que se estaba realizando en los alrededores del Lago de la Casa de Campo, junto a la estaci¨®n de Metro. La polic¨ªa municipal admite ese macrobotell¨®n, que tolera para evitar males mayores dado que se realiza, seg¨²n cuentan los agentes, en una zona donde no molestan a los negocios pr¨®ximos (restaurantes principalmente) ni a los vecinos dado que no hay viviendas cerca. En cualquier caso, ese supuesto macrobotell¨®n no influy¨® en el exceso de aforo y la denuncia del promotor de la fiesta de una supuesta invasi¨®n del Madrid-Arena por parte de 4.000 j¨®venes que se colaron no est¨¢ acreditada por ninguna c¨¢mara de seguridad ni ning¨²n atestado policial.
9.- La bronca pol¨ªtica. El Madrid-Arena, a juzgar por la ¨²ltima inspecci¨®n urban¨ªstica que hizo el propio Ayuntamiento con la intenci¨®n de venderlo a un particular, no reun¨ªa condiciones adecuadas para eventos como el que se celebr¨® en la noche de Halloween. Las irregularidades del edificio en materia de protecci¨®n contra incendios, de evacuaci¨®n y otras a¨²n no se han subsanado. Sin embargo, la tragedia del 1 de noviembre poco tiene que ver con estos aspectos urban¨ªsticos del pabell¨®n. El exceso de aforo, la irregular distribuci¨®n de asistentes entre los tres niveles del inmueble y la falta de control de los empleados de seguridad condujo a los j¨®venes a una ratonera mortal en la que quedaron atrapadas cinco chicas. Los pol¨ªticos dilucidan en una comisi¨®n de investigaci¨®n la parte de culpa que le corresponde al Ayuntamiento de Madrid. Hay tres niveles distintos. El departamento de Seguridad, que dirige Antonio de Guindos (hermano del ministro de Econom¨ªa), responsable del despliegue policial y de emergencias en torno al Madrid-Arena. Por otro lado, Pedro Calvo, ex concejal de Econom¨ªa y ex presidente de la empresa municipal propietaria del Madrid Arena que alquil¨® el recinto a la empresa Diviertt; y el vicealcalde de Madrid, Miguel ?ngel Villanueva, cuya implicaci¨®n consiste en que fue el primero en dar la cara para comunicar que se hab¨ªa respetado el aforo, seg¨²n le comunic¨® el organizador. Adem¨¢s, unas fotos posando con Flores y con la cantante Alaska en una fiesta, le persiguen y demuestran supuestamente que desde su puesto beneficiaba al organizador de la fiesta. Villanueva forma parte de un Gobierno municipal que cerr¨® a Flores la discoteca Alcal¨¢, 20, por lo que hay un litigo abierto en los tribunales.
10.- Las responsabilidades y las penas. La Ley de Espect¨¢culos P¨²blicos de la Comunidad de Madrid considera una infracci¨®n muy grave ¡°la superaci¨®n del aforo m¨¢ximo permitido cuando comporte un grave riesgo para la seguridad de personas y bienes¡± y la castiga con multas de entre 30.000 y 300.000 euros. El tope m¨¢ximo de la multa que establece la Ley coincide en este caso con la cantidad aproximada que pudo facturar el promotor con la venta de 16.791 entradas. Adem¨¢s, la Ley tambi¨¦n prev¨¦ la inhabilitaci¨®n para la organizaci¨®n o promoci¨®n de espect¨¢culos y actividades recreativas desde seis meses y un d¨ªa hasta dos a?os.
El C¨®digo Penal establece en su art¨ªculo 142: ¡°El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, ser¨¢ castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisi¨®n de uno a cuatro a?os. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondr¨¢ adem¨¢s la pena de inhabilitaci¨®n especial para el ejercicio de la profesi¨®n, oficio o cargo por un per¨ªodo de tres a seis a?os¡±.
La tormenta pol¨ªtica golpea a Botella
M¨¢s all¨¢ de las posibles responsabilidades penales que investiga el juez, la tormenta pol¨ªtica por la tragedia del Madrid Arena ha zarandeado, con mayor o menor motivo, a los principales responsables del Gobierno municipal (PP). La alcaldesa, Ana Botella, ha sido censurada por viajar a un balneario de Portugal el fin de semana posterior.
¡°All¨¢ la conciencia de cada uno, pero yo no me hubiera ido¡±, se?al¨® el l¨ªder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, que junto al portavoz de UPyD, David Ortega, ha llevado el peso de la comisi¨®n para depurar responsabilidades pol¨ªticas. De hecho, fue Lissavetzky quien la convoc¨®. IU se retir¨®, denunciando el veto del PP a comparecencias clave. ¡°Usted es un problema para Madrid¡±, espet¨® Lissavetzky a Botella, a tenor de lo que va desvelando la comisi¨®n.
Del vicealcalde, Miguel ?ngel Villanueva, se critica su primera rueda de prensa, en la que comunic¨® la cifra de asistentes aportada por el organizador sin ponerla en cuesti¨®n. Adem¨¢s, se ha publicado una imagen en una fiesta en la que posaba con este junto a otras personas, aunque no existe prueba o indicio alguno de trato de favor.
El edil Pedro Calvo dimiti¨® tras ser imputado como responsable pol¨ªtico desde hace ocho meses de la empresa que gestiona el pabell¨®n. ¡°Las responsabilidades no pueden acabar en Calvo¡±, se?al¨® Lissavetzky.
El juez tambi¨¦n ha imputado al organizador, Miguel ?ngel Flores, y al responsable de la empresa que vigilaba el aforo, Kontrol 34. El fiscal ha pedido adem¨¢s la imputaci¨®n del socio y hermano de Flores; de tres altos cargos de la empresa municipal que gestiona el pabell¨®n; y de tres responsables de la firma de seguridad Seguriber.
Las familias de las v¨ªctimas han pedido la imputaci¨®n del delegado municipal de Seguridad, Antonio de Guindos, que el fiscal considera ¡°prematura¡±.
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