Vuelta de tuerca de Espa?a a Gibraltar

2013 ser¨¢ un a?o tenso en las relaciones con Gibraltar. Y no solo porque se cumplen 300 a?os del Tratado de Utrecht, por el que Espa?a cedi¨® ¡°a perpetuidad¡± a la corona brit¨¢nica ¡°la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensa y fortalezas¡±, ocupadas durante la guerra de sucesi¨®n.

En el trasfondo de las actuales fricciones est¨¢ la firme decisi¨®n del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, de deshacer, sin prisa pero sin pausa, las concesiones realizadas durante los ocho a?os de Gobierno socialista y, en particular, por su antecesor en el cargo Miguel ?ngel Moratinos, art¨ªfice del llamado Foro Tripartido, por el que los Gobiernos de Madrid, Londres y Gibraltar se sentaron en igualdad de condiciones en torno a la mesa de negociaci¨®n.

Margallo cree que el Gobierno gibraltare?o se ha aprovechado de la buena fe de Madrid para avanzar en sus reivindicaciones independentistas, sin que Espa?a obtuviera a cambio ninguno de los beneficios esperados.

La ¨²ltima vuelta de tuerca en esta estrategia de recuperaci¨®n de posiciones abandonadas sin contrapartidas es la voluntad de excluir al Pe?¨®n del llamado cielo ¨²nico europeo; el paquete de normas y directivas que pretenden avanzar hacia una gesti¨®n ¨²nica del espacio a¨¦reo de la UE; racionaliz¨¢ndolo, acabando con su excesiva fragmentaci¨®n y permitiendo la expansi¨®n del tr¨¢fico a¨¦reo comercial, mediante la ampliaci¨®n de rutas y frecuencias, el abaratamiento de los costes y la reducci¨®n de emisiones de efecto invernadero.

Margallo revisa la pol¨ªtica sobre el Pe?¨®n dise?ada por Moratinos

La nueva pol¨ªtica se ha traducido en la presentaci¨®n de una reserva a la directiva que flexibiliza la asignaci¨®n de franjas horarias a las distintas compa?¨ªas para operar en los aeropuertos europeos (slots), por la que propone excluir de su ¨¢mbito de aplicaci¨®n al aer¨®dromo del Pe?¨®n; construido, por otra parte, sobre el istmo, que los brit¨¢nicos ocuparon ilegalmente en el siglo XIX, ya que Espa?a no lo cedi¨® en el Tratado de Utrecht.

La importancia de la reserva no radica en la directiva en s¨ª, de escasas consecuencias pr¨¢cticas para el Pe?¨®n, sino en el hecho de que Espa?a recupere as¨ª la posici¨®n que manten¨ªa antes de 2006, cuando defend¨ªa la exclusi¨®n de Gibraltar del cielo ¨²nico europeo, y lo haga aprovechando la primera ocasi¨®n que se le ha presentado para ello, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.

La directiva deb¨ªa haber sido aprobada bajo presidencia chipriota de la UE en el segundo semestre de 2012, pero distintas desavenencias ¡ªy no solo la espa?ola a prop¨®sito del Pe?¨®n¡ª han obligado a dejarla para la actual presidencia irlandesa. Ser¨¢ en la pr¨®xima reuni¨®n de los ministros de Transporte cuando se vea si la directiva prospera y si se deja fuera a Gibraltar.

Lo que no cabe duda es de que este gesto supone un punto de inflexi¨®n en la pol¨ªtica mantenida por Madrid en los ¨²ltimos siete a?os. ?Cu¨¢l es la causa?

Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que Espa?a levant¨® el veto al aeropuerto de Gibraltar en virtud del acuerdo alcanzado en septiembre de 2006 en C¨®rdoba por el Foro Tripartito. La declaraci¨®n de C¨®rdoba preve¨ªa la construcci¨®n de una ¨²nica terminal, con salidas directas al norte y sur de la verja (La L¨ªnea y Gibraltar), en las que se efectuar¨ªan los controles de inmigraci¨®n, as¨ª como la creaci¨®n de una empresa mixta para la explotaci¨®n de los servicios aeroportuarios. A cambio, Espa?a acept¨® el levantamiento de todas las restricciones al tr¨¢fico a¨¦reo del Pe?¨®n y su exclusi¨®n de la normativa a¨¦rea de la UE.

La terminal conjunta nunca se construy¨® y, en su lugar, se ha levantado un nuevo edificio en la zona gibraltare?a de la verja que inauguraron los condes de Wessex durante su pol¨¦mica visita al Pe?¨®n en junio del a?o pasado. La visita del pr¨ªncipe Eduardo y su esposa a la colonia brit¨¢nica provoc¨® un fuerte malestar en Espa?a y llev¨® a la reina Sof¨ªa a cancelar su viaje a Londres para participar en los fastos del 60 aniversario de la coronaci¨®n de Isabel II.

Las fuentes consultadas admiten que la vuelta de Espa?a a las posiciones anteriores a 2006 plantea muchos problemas, pues durante este tiempo se han aprobado un buen n¨²mero de normas y directivas sobre espacio a¨¦reo cuya aplicaci¨®n a Gibraltar no ha objetado Espa?a ¡ªlas m¨¢s recientes hacen referencia al control del ruido en los aeropuertos y a las condiciones de trabajo del personal de tierra¡ª que resulta casi imposible revertir. Pero para el ministro Garc¨ªa-Margallo se trata de evitar que se consolide una situaci¨®n de facto que acabe convirti¨¦ndose en un derecho. Es lo que ocurri¨® con la ocupaci¨®n del istmo y podr¨ªa acabar sucediendo con las aguas que rodean al Pe?¨®n.

De hecho, lo primero que hizo Margallo cuando lleg¨® al Palacio de Santa Cruz fue contestar una misiva de su colega brit¨¢nico William Hague en la que este aseguraba que el Reino Unido no entablar¨ªa conversaciones sobre la soberan¨ªa del Pe?¨®n sin el visto bueno de las autoridades de la colonia. Margallo le record¨® que ni las resoluciones de la ONU ni el acuerdo alcanzado entre Madrid y Londres en Bruselas en 1984 otorgaban derecho de veto a los habitantes de la Roca sobre el inicio de las negociaciones. Otra cosa es que los brit¨¢nicos quisieran consultar su resultado con los gibraltare?os. Parec¨ªa una cuesti¨®n de matiz, pero aceptarla era admitir a Gibraltar como a una tercera parte en la negociaci¨®n de la soberan¨ªa. Y Margallo quiso dejar claro su rechazo a esta f¨®rmula para que nadie interpretase que quien calla otorga.

El acuerdo sobre uso conjunto del aeropuerto nunca se cumpli¨®

La segunda decisi¨®n fue dar por finiquitado el llamado Foro Tripartito, cuya primera reuni¨®n ministerial fue la celebrada en C¨®rdoba en 2006 y la ¨²ltima en Gibraltar en 2010. En adelante, seg¨²n la posici¨®n espa?ola, solo habr¨ªa dos tipos de reuniones: las bilaterales, en las que Madrid y Londres abordar¨ªan las cuestiones de soberan¨ªa; y las cuatripartitas, en las que participar¨ªan, adem¨¢s de los dos gobiernos, las autoridades gibraltare?as y las espa?olas competentes en la materia a tratar (contaminaci¨®n, salvamento mar¨ªtimo, lucha contra el contrabando, etc.) para mejorar la cooperaci¨®n. Lo cierto es que Londres se sigue negando a hablar de soberan¨ªa y tampoco existe un foro de cooperaci¨®n.

El cambio de pol¨ªtica en Madrid ha venido acompa?ado por un endurecimiento de la actitud de las autoridades del Pe?¨®n.

El nuevo ministro principal, Fabian Picardo (quien sustituy¨® en diciembre de 2011 a Peter Caruana) anul¨® en marzo pasado el acuerdo de 1999 que permit¨ªa a unos 70 pesqueros artesanales de La L¨ªnea y Algeciras faenar en las aguas que rodean el Pe?¨®n, escud¨¢ndose en que sus artes de pesca vulneraban la legislaci¨®n gibraltare?a.

En los ¨²ltimos meses se han sucedido los incidentes entre pescadores espa?oles y patrulleras de la Royal Navy y la Polic¨ªa gibraltare?a, que les expulsan de las aguas adyacentes al Pe?¨®n. El Gobierno, que no reconoce aguas territoriales a Gibraltar, ha dado instrucciones a la Guardia Civil para que escolte a los pesqueros, lo que ha propiciado que agentes espa?oles y brit¨¢nicos jueguen al gato y el rat¨®n. El ¨²ltimo acto de hostigamiento se produjo el 21 de diciembre, cuando embarcaciones de la Polic¨ªa gibraltare?a realizaron arriesgadas maniobras de hostigamiento sobre dos pesqueros de La L¨ªnea hasta que llegaron en su auxilio patrulleras de la Guardia Civil, informa C¨¢ndido Romaguera.

Hasta ahora solo se han producido incidentes menores, pero existe el riesgo de que en cualquier momento se produzca un accidente fatal, lo que elevar¨ªa considerablemente la temperatura de un contencioso que no ha dejado de calentarse.