Objetivo: hundir el Paradise
Dos atentados con explosivos y un falso aviso de bomba buscan dejar sin clientes el burdel de La Jonquera. La polic¨ªa atribuye el asedio al crimen organizado
En dos zancadas, el portero del club Paradise se planta tras una furgoneta con los vidrios tintados y comunica la matr¨ªcula por un walkie. ¡°?Es vuestra?¡±, pregunta. Cuando ve que dentro hay dos personas nada sospechosas, regresa aliviado a la puerta. Esa es la rutina del personal de seguridad del macroburdel de La Jonquera (Girona) desde que el pasado 23 de diciembre, a las ocho de la tarde, varios hombres bajasen de un Opel Astra, armados y con pasamonta?as, y avisasen de que el veh¨ªculo iba a estallar. El maletero estaba cargado con TNT de origen americano, dinamita y dos bombonas de butano, conectadas a una mecha de unos seis metros, que los mossos desactivaron.
Todos se tomaron muy en serio la amenaza. Solo 11 d¨ªas antes dos encapuchados en una motocicleta lanzaron dos granadas contra el prost¨ªbulo. Lo hicieron al alba, cuando no hab¨ªa clientes dentro, pero s¨ª el centenar de mujeres que duermen en ¨¦l. Los artefactos da?aron unos lavabos cercanos al almac¨¦n.
¡°Quieren destrozarnos. Nos han vaciado los d¨ªas de fiesta. Lo han hecho muy bien¡±, lamenta Jos¨¦ Moreno, due?o del puticlub con 80 habitaciones. Est¨¢ cansado de la prensa, dice. Por eso neg¨® la entrada el jueves pasado a dos periodistas de EL PA?S en su local. Una actitud muy distinta de cuando lo inaugur¨®, hace dos a?os. Entonces todo eran facilidades para los medios, que le proporcionaban monta?as de ¡°publicidad gratis¡±, en sus propias palabras. Ahora Moreno est¨¢ muy preocupado. Los Mossos hablan de ¡°crimen organizado¡±. Tanto la motocicleta como el coche en el que huyeron los atacantes, un Porsche Cayenne que luego quemaron, fueron robados en 2010 en Nimes y Montpellier y llevaban matr¨ªculas falsas espa?olas. El Astra fue sustra¨ªdo en Castell¨® d¡¯Emp¨²ries (Girona), un d¨ªa despu¨¦s del primer atentado.
En nochevieja, ocho d¨ªas despu¨¦s del episodio de la dinamita, alguien dio un nuevo aviso de bomba en el Paradise. Fue suficiente para que la polic¨ªa catalana desalojase el local y los clientes y las mujeres se quedasen de nuevo atemorizados y en la calle. La polic¨ªa ya espera el siguiente aviso ¡ªreal o ficticio¡ª. El objetivo est¨¢ claro: alguien quiere vaciar el local, seg¨²n fuentes policiales, y para ello busca luz y taqu¨ªgrafos, que le ayuden a sembrar el miedo.
Medio centenar de prostitutas dejan el burdel por miedo a nuevos ataques
Y es que los atentados est¨¢n da?ando seriamente el negocio de Moreno. Unas 50 mujeres, del centenar que suelen ofrecer sexo a cambio de dinero en el Paradise, se han ido. ¡°Mientras a m¨ª me han sacado parte del negocio, otros tienen colas en la puerta¡±, se queja Moreno, sin acusar directamente a ning¨²n otro puticlub. Seg¨²n fuentes policiales, el Lady Dallas, otro macroburdel con 60 habitaciones, a escasos 1.000 metros del Paradise, est¨¢ viendo c¨®mo regresan los clientes perdidos desde que abri¨® Moreno. ¡°Todo esto da miedo, y siempre es el mismo cuento¡±, responde un empleado del Lady Dallas, dando por zanjada la conversaci¨®n.
Ese mismo miedo dicen sentir en el pueblo, donde los cerca de 300 comerciantes se reunir¨¢n el mi¨¦rcoles. La asociaci¨®n que les a¨²na quiere sentarse con Moreno y los Mossos d¡¯Esquadra, muy preocupados por la imagen que se est¨¢ dando del municipio. ¡°Antes se conoc¨ªa La Jonquera como una zona de camareros y putas. Ahora como un sitio de camareros, putas y bombas¡±, adereza un trabajador de uno de los restaurantes cercanos al Paradise, que han sido tambi¨¦n desalojados por los Mossos d¡¯Esquadra en los dos incidentes.
La apertura del Paradise supuso un peque?o terremoto en la zona. Bajo el ep¨ªgrafe del mayor burdel de Europa, las cr¨ªticas se cernieron sobre el local, que el ayuntamiento hab¨ªa intentado evitar que se abriese. Pero tuvo que acabar cediendo, obligado por los juzgados: el prost¨ªbulo, con su licencia de local de libre concurrencia donde se ejerce la prostituci¨®n (que solo existe en Catalu?a), era perfectamente legal.
El due?o acusa a la competencia de querer arruinarle el negocio
Pero no solo por eso escam¨® la apertura. Moreno es un hombre al que la polic¨ªa tiene en el punto de mira. Due?o de dos burdeles m¨¢s en Girona (Eclipse y Ed¨¦n), ha sido imputado al menos en cuatro ocasiones y, en marzo de este a?o, condenado a tres a?os de prisi¨®n por dirigir una red que introduc¨ªa a mujeres ilegalmente en Espa?a para prostituirse. Aunque, seg¨²n la Audiencia de Girona, no las forzaba a hacerlo.
¡°Si estoy condenado no lo s¨¦, estoy libremente, tengo mis negocios con licencia¡±, da por toda explicaci¨®n Moreno cuando se le pregunta por sus juicios. Adem¨¢s, la polic¨ªa se incaut¨® de varios de sus bienes, y entr¨® en su casa, desde donde controla el negocio a trav¨¦s de c¨¢maras.
La obsesi¨®n de los mossos ahora es saber qui¨¦n quiere hundir el negocio a Moreno. Ya en agosto de 2010, dos meses antes de que el Paradise abriese sus puertas, unos encapuchados entraron en el local en obras, apalearon al vigilante de seguridad, rociaron con gasolina la fachada del establecimiento y le prendieron fuego. Su letrado, Llu¨ªs Frigola, lo atribuy¨® a malas artes de la competencia.
?Qui¨¦nes pueden querer ver c¨®mo cierra el Paradise? Las hip¨®tesis est¨¢n abiertas y son variopintas. Desde los m¨²ltiples burdeles de la zona (Lady Dallas, Madam¡¯s, New Baby Doll...) a las mafias, que pueden desear instalarse en la zona, arrasando antes con la competencia m¨¢s feroz. Otras fuentes policiales no descartan una vendetta por la muerte de un joven franc¨¦s, en abril, despu¨¦s de un altercado con los vigilantes de seguridad. Aunque falleci¨® de un ataque al coraz¨®n.
Ajenos a las amenazas, muchos clientes siguen pagando los 15 euros para entrar en el Paradise y ver a las mujeres desfilar. Una noche de jueves, abundan los veintea?eros y treinta?eros, franceses en su mayor¨ªa. ¡°?Pet¨®?¡±, pregunta un joven franc¨¦s sobre el Astra. Cuando se le dice que no, hace un gesto con la cabeza restando importancia al suceso y entra al local. ¡°Si te toca morir, te toca morir¡±, se mofa otro joven, que pide no ser identificado porque est¨¢ casado. ¡°?Miedo? ?Por qu¨¦?¡±, se suma el portero del local. ¡°Me han sacado a tiros del Saratoga, me han tirado c¨®cteles molotov en el Madam¡¯s... Eso es lo que buscan, que tengamos miedo. Y no lo vamos a consentir¡±, desaf¨ªa.
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