Objetivo: lavar la cara de los pol¨ªticos
La vicepresidenta del Gobierno ha encargado un plan para frenar la desconfianza ciudadana en las instituciones. Las primeras medidas se presentar¨¢n en verano
Nunca un presidente del Gobierno estuvo peor valorado. La corrupci¨®n, el fraude y los pol¨ªticos superan a la sanidad y la educaci¨®n en la lista de las 10 preocupaciones de los espa?oles. El grado de desafecci¨®n pol¨ªtica es cada vez m¨¢s elevado pese a que el inter¨¦s por la pol¨ªtica es alto. En las calles, del ¡°no les votes¡± y el ¡°no nos representan¡± se ha pasado al ¡°rodea el Congreso¡± y a cuestionar todo el sistema y a reclamar un proceso constituyente.
El Gobierno parece haber decidido hacer algo. Tras la presentaci¨®n de la Ley de Transparencia, que a¨²n est¨¢ en tramitaci¨®n y es susceptible de bastantes mejoras, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, ha encargado al director del Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales (CEPC), Benigno Pend¨¢s, el dise?o de una estrategia con la que intentar lavar la imagen de los pol¨ªticos, reconciliar a los ciudadanos con la clase pol¨ªtica y frenar ese sentimiento de desconfianza en las instituciones. El plan a¨²n est¨¢ en fase embrionaria, aunque la intenci¨®n es presentar las primeras medidas antes del verano. Sin embargo, los limitados campos en los que trabajan podr¨ªan dejar el loable intento en un suced¨¢neo.
Las encuestas del CIS desvelan que Mariano Rajoy ha alcanzado la nota m¨ªnima en la valoraci¨®n ciudadana desde que se inici¨® la democracia, con un 2,78, seg¨²n el bar¨®metro de octubre. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero obtuvo un 3,07 un mes antes de perder las elecciones; Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue puntuado con un 3,99 en su peor mes; Felipe Gonz¨¢lez suspendi¨® con un 3,86 como peor nota en septiembre de 1995, poco antes de perder el Gobierno, y la peor valoraci¨®n de Adolfo Su¨¢rez fue de un 3,99, en octubre de 1981, poco antes del hundimiento de UCD.
Los ¨ªndices de confianza de los ciudadanos sobre las instituciones y los partidos pol¨ªticos no viven su mejor momento y tan solo el 2,8% de la poblaci¨®n pertenece y participa activamente en un partido pol¨ªtico.
Seg¨²n el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Jos¨¦ Ram¨®n Montero, la situaci¨®n es propia de una democracia joven que vive las consecuencias de una ¨¦poca en la que ha habido ¡°enga?o, abuso y persecuci¨®n¡± y en la que varias generaciones aprendieron que en pol¨ªtica era todo negativo y eso es lo que ha trasladado a sus hijos. ¡°Eso ocurre desde los a?os 80 de forma clara y con muchos indicadores¡±, se?ala.
Esa desafecci¨®n provoca la no participaci¨®n en el sistema ¡°porque se piensa que est¨¢ todo ama?ado y que por mucho que se intente no se va a conseguir nada¡±. Pero a la vez en Espa?a se est¨¢n registrando, como se?ala tambi¨¦n el CIS, niveles de inter¨¦s por la pol¨ªtica muy elevados, de m¨¢s del 25%, propios, seg¨²n Montero ¡°de pa¨ªses comunistas¡±. ¡°Y los ciudadanos, enfadados, empiezan a querer participar en las decisiones pol¨ªticas y se desencadena una ola de protestas intens¨ªsima¡±, indica el catedr¨¢tico.
A partir de aqu¨ª, hay dos v¨ªas: o que los pol¨ªticos reciban el mensaje y cambien o que no cambie nada ¡°y se produzca algo desastroso: el hundimiento de la moral pol¨ªtica de la gente, si no hay resultados¡±, sostiene Montero. Este pone como ejemplo las intensas protestas por la privatizaci¨®n de la sanidad en Madrid. ¡°Despu¨¦s de tanto esfuerzo, tanto tiempo invertido, si no se mueve nada, la desafecci¨®n puede prolongarse durante generaciones¡±, augura.
La polit¨®loga Marta Romero, ex investigadora del CSIC y ex analista de la Presidencia del Gobierno, tambi¨¦n ha expuesto en un an¨¢lisis para la Fundaci¨®n Ideas (vinculada al PSOE) c¨®mo ¡°el profundo descontento que siente la ciudadan¨ªa con los pol¨ªticos y los partidos se ha convertido desde hace meses en una especie de trending topic diario¡±. Se?ala que una de las causas de enquistamiento del problema es la falta de reacciones de la clase pol¨ªtica y argumenta que ¡°el inmovilismo podr¨ªa acabar desbordando al Gobierno de Rajoy¡±. ¡°Pero la falta de contundencia o de iniciativa tambi¨¦n podr¨ªa acabar desbordando, como principal partido de la oposici¨®n, al PSOE¡±, agrega Romero.
As¨ª, una de las medidas que estudia el Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales es el fomento de la participaci¨®n social en la tramitaci¨®n de proyectos de ley, no una consulta previa, como se hizo con la Ley de Transparencia, sino en pleno tr¨¢mite parlamentario. El Gobierno idea c¨®mo dar voz a asociaciones y colectivo sociales que puedan exponer, ¡°con luz y taqu¨ªgrafos¡± su punto de vista sobre las normativas que m¨¢s les afecten, de manera que esta participaci¨®n forme parte ¡°con naturalidad¡± de la tramitaci¨®n legislativa, como apunta el director del centro.
Adem¨¢s, el Ejecutivo de Rajoy analiza un sistema para evaluar las leyes a los dos o tres a?os de su aprobaci¨®n y ¡°que se realice un debate formal en la que los grupos parlamentarios valoren la norma con la posibilidad de incorporar a colectivos sociales¡±.
Sin embargo, en ninguno de los dos casos se plantea, de momento, la posibilidad de que esa participaci¨®n provenga de colectivos profesionales. ¡°Es un paso¡±, se?ala el catedr¨¢tico Montero, ¡°pero no s¨¦ si funcionar¨¢ y, en cualquier caso, no es suficiente¡±. Por ello, expone otras opciones, que ya est¨¢n en marcha en otros pa¨ªses, como son la creaci¨®n de incentivos fiscales para el apoyo a asociaciones que se dediquen a la vigilancia y control de los pol¨ªticos. ¡°Normalmente se hace con pol¨ªticos locales que han de rendir cuentas y funciona a medio plazo¡±, asegura.
Una medida cercana a esta opci¨®n es la de ¡°facilitar las reuniones entre los diputados y senadores, y sus electores, una especie de encuentros formalizados en la circunscripci¨®n entre los representantes y los ciudadanos¡±, seg¨²n el director del centro que dise?a la estrategia.
El Gobierno, de momento, ni ha comunicado ni ha trabajado con el principal partido de la oposici¨®n, el PSOE, el dise?o de esta estrategia para mejorar la imagen de los pol¨ªticos.
Seg¨²n un trabajo del catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica, Manuel Villoria, y el profesor de la mismas especialidad Fernando Jim¨¦nez, los ¡°acuerdos de alta calidad¡± exigen un cumplimiento riguroso, mientras que en los de baja calidad ¡°los incumplimientos son mutuos e impl¨ªcitamente asumidos¡±.
El caso es que el Gobierno a¨²n no ha hablado con el PSOE y que el plan, seg¨²n admite el propio Pend¨¢s, no estudia ninguna medida para atajar la corrupci¨®n. Seg¨²n Villoria y Jim¨¦nez, la percepci¨®n de que existe una expansi¨®n de la corrupci¨®n ¡°refuerza la desafecci¨®n institucional¡±.9
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