La ¡®narcotelara?a¡¯ rota de La Paca
55 acusados se sientan en el banquillo en el mayor proceso por narcotr¨¢fico en las islas Es la vista m¨¢s compleja por narcotr¨¢fico celebrada en Mallorca
¡°?Respeten la sala!¡±. La voz de Francisca Cort¨¦s, La Paca, matriarca del hampa de Mallorca, son¨® con autoridad en la Audiencia de Palma para acallar el tenso y casi violento guirigay que reinaba en el sal¨®n de juicios. La telara?a de colaboradores tejida por La Paca, de 57 a?os, se sent¨® este lunes en el banquillo: m¨¢s de medio centenar de miembros de los clanes del narcotr¨¢fico surgidos alrededor de esta mujer se enfrentan al juicio por drogas m¨¢s complejo de los habidos en la isla. Cort¨¦s, presa y con seis condenas, lleg¨® a enterrar m¨¢s de seis millones de euros junto a la cuadra de caballos de carreras de su familia. Se supo porque le robaron ese dinero sucio de la droga y su clan persigui¨® y agredi¨® a los ladrones.
La Paca es analfabeta funcional, fr¨ªa, dura y lista. Era la reina del asentamiento chabolista de Son Banya y de la maquinaria de venta al menudeo de hero¨ªna, resina de cannabis y coca¨ªna. Desde ni?a hu¨ªa de la Guardia Civil y ahora muestra su pelo blanco. Se estren¨® en una fuga a las riendas de un carro con mula, campo a trav¨¦s. Acumula seis condenas. Ahora est¨¢ presa y cumple una pena de m¨¢s de 16 a?os por detenci¨®n ilegal, blanqueo y amenazas. En este nuevo proceso se enfrenta a 19,5 a?os m¨¢s de c¨¢rcel.
La matriarca perdi¨® por la droga a su marido y a uno de sus hijos. Alrededor de Son Banya han fallecido por sobredosis m¨¢s de una decena de persona. A sus parientes adictos a la droga que vend¨ªa los ataba a la pata de una cama cuando ten¨ªan el s¨ªndrome de abstinencia. Otros cinco descendientes y seis hermanos est¨¢n relacionados con sus actividades. En anteriores juicios, La Paca fue acusada por dirigir castigos f¨ªsicos y represalias contra colaboradores que se alejaban de su direcci¨®n o eran ¡°traidores¡±. Uno relat¨® en 2009 que se le raj¨® una oreja con un c¨²ter. La Paca en un anterior juicio testific¨® contra sus exaliados el exinspector de polic¨ªa apodado Jos¨¦ G¨®mez, Pepote ,y la abogada y pareja de este ¨²ltimo, Mar¨ªa ?ngeles L¨®pez. El robo de un bot¨ªn de seis millones de euros de dinero negro procedente de la droga y que estaba enterrado en una cuadra de caballos, hizo nacer el caso penal. Los tres, La Paca, Pepote y la abogada fueron condenados. Solo La Paca no ha cumplido las condenas ni recibe beneficios carcelarios.
En el banquillo se sentar¨¢ hasta marzo con su hermano Juan, El Moreno, y sus hijos Francisco, El Ico, y Manuela, La Guapi, as¨ª como miembros del clan barcelon¨¦s de los Jodorowich. El Ico, tiene el dedo f¨¢cil desde que era adolescente. Manej¨® coches de gran lujo y abri¨® fuego en dos discotecas. En una hiri¨® en una pierna a un portero. En la otra fue grabado por una c¨¢mara de seguridad en un gesto de pistolero de pel¨ªcula.
Un gallo de pelea ante el juzgado
Lejos de los edificios oficiales y del centro de Palma, en la periferia, el juicio tiene un aire siciliano: muchos acusados, m¨¢s de 30 abogados y mucha polic¨ªa, en un edificio blindado por antidisturbios, con sus escudos. Dolientes madres y abuelas de negro estricto con trenzas largas y pa?uelo dominan los grupos de las decenas de familiares de los supuestos narcos y los presos con condena. Los hombres de esos clanes, de luto, como uniformado.
Uno de los parientes se plant¨® en la puerta del improvisado tribunal acunando un gallo de pelea. Lo acarici¨® para calmarlo. En su barrio, Son Banya aman los animales: caballos de trote, guacamayos, perros, jilgueros. Y el juego de apuesta. La Paca, al ser detenida, rog¨® a la polic¨ªa que cuidara a su mono, mordedor, al que ¡°cada noche colocaba pa?ales¡± y dorm¨ªa junto a ella.
Son Banya naci¨® ¡ªy sigue aun¡ª en pleno campo, lejos de Palma pero cerca de las pistas del aeropuerto. La dictadura de Franco lo cre¨® como ¡°poblado de integraci¨®n gitana¡±, decorado de gesti¨®n social de beneficencia. Entonces quitaron barracas y asentamientos populares en primera l¨ªnea del mar, en la entrada de la capital.
La fiscal¨ªa solicita para los acusados 690 a?os de prisi¨®n y 29,4 millones de multa por su participaci¨®n en tramas de tr¨¢fico de coca¨ªna, hero¨ªna y hach¨ªs en un tri¨¢ngulo que va de Barcelona a Mallorca e Ibiza. La fiscal¨ªa ha identificado seis organizaciones de actividades delictivas. El equipo de inteligencia de la Guardia Civil eleva a nueve los clanes que han operado en la telara?a de La Paca, que nutre al supermercado de la droga del poblado chabolista de Son Banya.
Las defensas argumentan que las intervenciones de los tel¨¦fonos fueron ilegales ¡°radicalmente nulas¡± y que una parte de los hechos han sido ya juzgados en otras causas en Barcelona. Los fiscales, Adri¨¢n Salazar y Julio Cano, observaron que los pinchazos no se sustentaron ¡°en el vac¨ªo¡± sino que alud¨ªan a personas ¡°vinculadas durante mucho tiempo a la venta de estupefacientes¡± y ¡°penalmente conocidas¡±.
En una actuaci¨®n se localizaron 300 bolsitas cargadas para la venta de hero¨ªna. Los pinchazos telef¨®nicos desvelaron los transportes en avi¨®n y barco hasta Palma de las partidas de droga. Los alijos suman diez kilos. ¡°Solo hay una huella del dedo ¨ªndice en una bolsa de pl¨¢stico en un paquete¡±, dijo el letrado de uno de los imputados.
Entre las sociedades de este negocio criminal, los graves problemas internos nacieron por cuestiones econ¨®micas, robos e impagos de partidas. El presidente del Tribunal, Diego G¨®mez-Reino, lament¨® tener que atender la petici¨®n de la Polic¨ªa de que se mantuviera esposados a los reos que cumplen pena de c¨¢rcel, ante el riesgo de fuga. Nueve polic¨ªas escoltan el amplio banquillo. Tambi¨¦n para impedir que lleguen a las manos.
Al abrirse la vista hubo voces, sollozos y el desmayo de una de las acusadas. Entre los dos bandos de imputados la guerra est¨¢ abierta, con parientes que han roto relaciones y se cruzan acusaciones. En un tiroteo falleci¨® un familiar de La Paca en Son Banya. Se escuch¨®: ¡°La droga se la trajo ¨¦l¡±. Y se replic¨®: ¡°Lo que encontr¨¦ en la casa era suyo¡±. Entonces vino la llamada al orden de la Paca. La persona que se desmay¨® era hermana de la v¨ªctima del tiroteo de Son Banya. Las heridas sangran.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.