¡°Yo soy Amy Martin¡±
La esposa del exdirector de la Fundaci¨®n Ideas confiesa que es la columnista fantasma Zoe Alameda afirma que su marido, destituido ayer, no sab¨ªa nada y que est¨¢n separados
A media ma?ana del mi¨¦rcoles, la mentira salt¨® en mil pedazos. Un miembro de la c¨²pula del PSOE, cuya direcci¨®n llevaba tres d¨ªas intentando localizar a una tal Amy Martin, colaboradora de la Fundaci¨®n Ideas, para comprobar si era una persona real o un fantasma, consigui¨® su tel¨¦fono y llam¨®. Ella respondi¨® en castellano, y sigui¨® hablando en castellano durante toda la conversaci¨®n. Se contradijo, fue incapaz de responder con precisi¨®n a las preguntas sobre su curr¨ªculo... Pero tan determinante como todo eso fue el acento, o la falta de ¨¦l. Te¨®ricamente, era una reputada columnista estadounidense y se encontraba en EE UU. ?Por qu¨¦ no hablaba en ingl¨¦s Amy Martin?, se pregunt¨® el interlocutor. Porque ni era estadounidense ni era Amy Martin.
Dos horas despu¨¦s y de forma fulminante, Carlos Mulas, director de la fundaci¨®n, era destituido. Su esposa, la escritora Irene Zoe Alameda, confes¨® este jueves en un comunicado que Amy Martin ¡ªcuya historia y misterios ya estaban causando furor en las redes sociales¡ª es ella. Su seud¨®nimo, m¨¢s bien. A?adi¨® que su esposo, del que ¡ªdijo¡ª est¨¢ separada ¡°sentimental y f¨ªsicamente¡±, no sab¨ªa nada. Que nadie m¨¢s que ella y su agente literaria lo sab¨ªan. Y que no ten¨ªa constancia de haber hecho nada malo, aunque estaba dispuesta a devolver el dinero cobrado a la fundaci¨®n del PSOE: 60.000 euros en dos a?os, por 14 art¨ªculos de tem¨¢tica variada (y sus 14 traducciones del ingl¨¦s) y trabajos de documentaci¨®n para art¨ªculos firmados por otros.
La direcci¨®n del PSOE, sin embargo, no acaba de creerse esa versi¨®n, y no va a echar marcha atr¨¢s en su decisi¨®n de destituir a Mulas, un economista de prestigio. ¡°Varios de los art¨ªculos firmados por Amy Martin son an¨¢lisis econ¨®micos que Irene Zoe Alameda, que es una fil¨®loga y cineasta sin formaci¨®n econ¨®mica, dif¨ªcilmente ha podido escribir. O al menos no es probable que lo haya hecho sola¡±, sostienen fuentes socialistas; a?aden que, hasta donde ellos saben, Mulas y Zoe Alameda no est¨¢n separados, y que tampoco es cre¨ªble que ¨¦l, durante dos a?os, no hablase por tel¨¦fono con Amy Martin ni se interesara por saber qui¨¦n era, teniendo en cuenta que le pagaba una media de 2.000 euros por art¨ªculo.
El PSOE no ha llegado a acusar a Mulas de haber escrito ¨¦l mismo los art¨ªculos, o en connivencia con su esposa, para endosarse un sobresueldo; oficialmente, lo ha destituido ¡°por mentir¡± cuando dijo que Amy Martin era el nombre real de una colaboradora. EL PA?S ha intentado, en vano, contactar con Mulas y Alameda.
As¨ª es como cre¨¦ a una autora ficticia cuya identidad se fue forjando a golpe de publicaciones reales"
En su comunicado, la autora ¡ªque a sus 38 a?os ha escrito varios libros (y art¨ªculos en este peri¨®dico) y dirigido varios cortometrajes, fue directora del Instituto Cervantes en Estocolmo entre 2009 y 2010 y tiene un grupo musical de est¨¦tica g¨®tica¡ª afirma que se ha decidido a confesar al ver c¨®mo la figura de Mulas ¡°se ha visto vilipendiada de forma ins¨®lita e irracional, aplastada por una especie de enorme bola de furia que pone de manifiesto la sed de sacrificios de nuestra herida sociedad¡±. Explica que, creando a Amy Martin, quiso llevar a la realidad una historia que ella misma hab¨ªa inventado para una de sus novelas ¡ª¡°de inminente publicaci¨®n¡±, aprovecha para decir¡ª: "La existencia de una autora (Adda Weinstein en la novela), de la cual s¨®lo se conocen el nombre y las obras, pero de la que no hay rastro, protegida su identidad por su agente literaria". "Ir¨®nica y tr¨¢gicamente", prosigue Zoe Alameda, "la trama de Warla Alkman remeda la historia que estoy viviendo en estos momentos: un esp¨ªa, Fracques o ¡°Fracas¡±, a las ¨®rdenes de un hombre poderoso, trata de desvelar la verdadera identidad de Adda Weinstein (en la vida ¡°real¡± l¨¦ase Amy Martin)". Y admite: ¡°Mi pretensi¨®n era mantener a Amy Martin activa a lo largo de toda mi vida, de mantener una doble¡±.
Seg¨²n su relato, en 2009, ya separada de Mulas, decidi¨® ofrecer sus servicios a la Fundaci¨®n Ideas y us¨® para ello el nombre de una antigua amiga de la Universidad, Amy Martin. ¡°A lo largo de los m¨¢s de dos a?os en los que colabor¨¦ con Ideas, incluso mantuve conversaciones telef¨®nicas con miembros de la fundaci¨®n en las que encarn¨¦ a Amy Martin, y llegu¨¦ a dotarle de rostro para ilustrar un libro en el cual ella particip¨® de forma activa como analista pol¨ªtico y como negra de algunos otros autores¡±, contin¨²a la explicaci¨®n/confesi¨®n de Zoe Alameda, sin precisar de qui¨¦n era el rostro que coloc¨® en ese libro. ¡°As¨ª es como cre¨¦ a una autora ficticia cuya identidad se fue forjando a golpe de publicaciones reales¡±.
Aunque parece orgullosa de su criatura, la autora acaba pidiendo perd¨®n ¡°por haber inventado y hecho trabajar a Amy Martin¡± y reclama que se ponga fin a la ¡°injusticia y crueldad¡± del escarnio sufrido por Carlos Mulas, un hombre "honesto, trabajador y admirable", v¨ªctima, asegura ella, de un juego literario.
La Fundaci¨®n Ideas recibi¨® en los ¨²ltimos cuatro a?os 11 millones de euros en subvenciones p¨²blicas. Su vicepresidente, Jes¨²s Caldera, admiti¨® este jueves que ¨¦l fue el ¡°responsable directo¡± del nombramiento de Mulas; pero insisti¨® en que no habido ninguna ilegalidad y en que todo el dinero pagado a Amy Martin ¡°se va a reintegrar¡±. La direcci¨®n del PSOE sostiene tambi¨¦n que este no es un caso de corrupci¨®n, sino de ¡°p¨¦rdida de confianza¡±. Pero ha encargado una "investigaci¨®n exhaustiva" de la gesti¨®n de la Fundaci¨®n Ideas y esperar¨¢ a conocer el resultado para decidir si toma otras medidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.