La direcci¨®n del PP se indigna con la ¡°deslealtad sin l¨ªmites¡± de Aguirre
La c¨²pula considera que aprovecha en su favor cualquier debilidad del partido Varios dirigentes creen que su actitud en el pasado no le permite dar lecciones
En septiembre de 2012, cuando Esperanza Aguirre anunci¨® que abandonaba la pol¨ªtica, hubo una convulsi¨®n en el PP. Pero los marianistas, despu¨¦s del impacto inicial, respiraron algo m¨¢s tranquilos: entendieron que desaparec¨ªa de escena el principal rival pol¨ªtico interno de Mariano Rajoy en los ¨²ltimos a?os. Menos de cinco meses despu¨¦s, Aguirre vuelve a ser un problema para el marianismo , que ayer, en conversaciones privadas cruzadas entre distintos miembros de la direcci¨®n nacional y del Gobierno, seg¨²n coinciden diversas fuentes consultadas, repiti¨® una palabra: ¡°?Basta!¡±. Y a la delicad¨ªsima situaci¨®n pol¨ªtica creada por el esc¨¢ndalo del caso B¨¢rcenas, se une ahora una importante batalla interna en la que Rajoy de momento no ha entrado, concentrado como est¨¢ en la cumbre de la UE en Bruselas.
La direcci¨®n nacional, compuesta pr¨¢cticamente en su totalidad por marianistas fieles al presidente, empez¨® a movilizarse tras leer la informaci¨®n de EL PA?S en la que se daba cuenta de la tensa reuni¨®n del Comit¨¦ de Direcci¨®n del PP de Madrid en el que Aguirre se enfrent¨® con la alcaldesa, Ana Botella, dijo que ella habr¨ªa hecho dimitir a la ministra de Sanidad, Ana Mato, por el caso G¨¹rtel, y critic¨® la gesti¨®n del caso B¨¢rcenas que est¨¢ realizando Mar¨ªa Dolores de Cospedal, la secretaria general.
De la sorpresa inicial se pas¨® a la indignaci¨®n. Varios dirigentes consultados ayer insisten en que en la c¨²pula se ha instalado la idea de que la ¡°deslealtad sin l¨ªmites¡± de Aguirre, que ellos ven en varios gestos cada vez que Rajoy o el PP sufren un momento de debilidad, es inaceptable. Sin embargo, y pese a que este enfado ha llegado ya a los principales despachos de la direcci¨®n nacional, de momento no parece que se vayan a tomar medidas dr¨¢sticas contra ella. ¡°No se puede abrir un expediente disciplinario por algo que se ha dicho en una reuni¨®n interna y que no consta oficialmente, no es una declaraci¨®n en prensa. La indignaci¨®n es total, pero no es el momento para abrir una batalla por la presidencia del PP de Madrid¡±, explica un dirigente.
De Aguirre, a los marianistas, les molesta ya casi todo. Pero lo que les tiene especialmente indignados es que ella trate de venderse como la imagen de la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica cuando tiene en su historial bastantes muestras de todo lo contrario.
En privado las palabras que se escuchan son muy duras. En p¨²blico, a¨²n con m¨¢s cautela, el mensaje tambi¨¦n es claro. El martes, antes de que Aguirre la criticara en el Comit¨¦ de Direcci¨®n del PP de Madrid, Cospedal ya le mand¨® un recado desde Toledo. ¡°Estas personas han ejercido responsabilidades pol¨ªticas y p¨²blicas muy importante¡±, dijo al ser preguntada por las palabras de Aguirre y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar sobre la regeneraci¨®n ¡°y estar¨¢n de acuerdo conmigo en que tambi¨¦n eran momentos de hablar [de regeneraci¨®n] cuando ellos estaban en responsabilidades institucionales¡±, remat¨®. El golpe era muy evidente y el mensaje claro: nadie puede dar lecciones.
Ayer se escuch¨® otro mensaje clar¨ªsimo contra Aguirre de otro presidente auton¨®mico con mucho peso pol¨ªtico y que siempre figura en los escenarios de futuro del PP si Rajoy cayera: Alberto N¨²?ez Feij¨®o. ¡°El referente de la regeneraci¨®n democr¨¢tica es Mariano Rajoy¡±, afirm¨® con contundencia cuando los periodistas le preguntaron por las palabras de Aguirre, informa Xos¨¦ Hermida. ¡°No considero que pueda haber un presidente que crea m¨¢s en la regeneraci¨®n que ¨¦l¡±, remat¨®. Feij¨®o lanz¨® un ¨²ltimo mensaje contra la presidenta del PP de Madrid, sobre su propuesta de hacer listas electorales abiertas: ¡°Se puede discutir, pero a veces quien defiende eso no lo practica¡±. En el PP es muy conocido el control f¨¦rreo que Aguirre e Ignacio Gonz¨¢lez, su sucesor, establecen sobre las listas electorales, de las que cae r¨¢pidamente cualquiera que no muestre absoluta lealtad.
La c¨²pula del PP est¨¢ tan harta que ya incluso ha decidido lanzar artiller¨ªa contra Aguirre y recordarle que en Madrid estaba el epicentro de G¨¹rtel, controlado por una persona de su absoluta confianza como Alberto L¨®pez Viejo, que lleg¨® a ser consejero de Deportes, pero sobre todo era el hombre que organizaba todos los actos de la presidenta, contratados siempre con la red.
¡°Esperanza ha sobrepasado todos los l¨ªmites de la insolidaridad interna. Siempre que el PP nacional atraviesa un problema aparece ella, empeora el problema y enrarece el ambiente¡±, resume un miembro de la c¨²pula.
Entre ellos hubo ayer varias conversaciones. Varios comentaban que Aguirre, que ahora quiere hablar de regeneraci¨®n, tuvo una actitud bien diferente cuando estall¨® lo que ella misma llama el origen del caso G¨¹rtel. Fue en 2005. El alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, se enfrent¨® con ella por las recalificaciones de unos terrenos. Aguirre sostiene que cort¨® por lo sano en cuanto se enter¨® de que detr¨¢s de la operaci¨®n hab¨ªa rastros de corrupci¨®n y forz¨® la dimisi¨®n de Ortega. Pero lo cierto, recuerdan ahora los dirigentes nacionales del PP, es que ella no denunci¨® el caso ante la justicia y recoloc¨® a Ortega como director del Mercado Puerta de Toledo, un puesto de designaci¨®n pol¨ªtica con un sueldo importante. Y all¨ª lo mantuvo hasta que en 2009 estall¨® el esc¨¢ndalo G¨¹rtel.
Tambi¨¦n est¨¢n molestos porque Aguirre es ahora la que pide con m¨¢s vehemencia que Rajoy y el PP se querellen contra B¨¢rcenas. Pero ella no lo hizo contra L¨®pez Viejo, recuerdan, a pesar de que seg¨²n sus propias declaraciones hab¨ªa traicionado su confianza. Los aguirristas, por el contrario, recuerdan que le destituy¨® sin contemplaciones, mucho antes de que Rajoy cortara ninguna cabeza en la calle G¨¦nova. Tambi¨¦n hay otros casos que le afectan, como el del espionaje, en el que la presidenta nunca cort¨® cabezas y mantuvo a todos los implicados en sus puestos.
El trasfondo del asunto es puramente pol¨ªtico. Algunos marianistas han tratado de convencer a Rajoy varias veces para que d¨¦ la batalla para intentar recuperar el control de Madrid, la ¨²nica comunidad que se le escapa. Algunos atribuyen incluso la virulencia de Aguirre contra Mato al hecho de que la ministra de Sanidad era, hasta que el esc¨¢ndalo G¨¹rtel hundi¨® de nuevo su imagen, una de las candidatas naturales a presidir el PP de Madrid y a otros puestos en esa comunidad.
La batalla de fondo es por el control del PP madrile?o. Aguirre en un principio ten¨ªa pensado dejar su presidencia tras abandonar el Gobierno, y as¨ª se lo cont¨® a la c¨²pula. Pero comprob¨® que los marianistas no iban a aceptar a Ignacio Gonz¨¢lez como presidente y buscar¨ªan ese control. Entonces decidi¨® quedarse para que el aguirrismo no perdiera ese feudo. Ahora esta guerra larvada vuelve al primer plano. Los dirigentes nacionales esperan una orden de Rajoy para actuar con contundencia. De momento no llega, pero todos tienen una cosa clara: el vaso est¨¢ ya muy lleno.
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