Rajoy protege a los cuestionados
Malestar en el Ejecutivo porque el PP se enreda en la explicaci¨®n de G¨¹rtel El presidente no prev¨¦ cambios en el Gobierno y respalda a Mato y Montoro
Pa?ra Ma?riano Ra?joy lo m¨¢s ur?gen?te sue?le ser es?pe?rar. Cuando la tormenta arrecia, aguarda a que escampe con la confianza de que surjan acontecimientos que sepulten los anteriores. Y en gran medida va ocurriendo as¨ª con los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. ¡°Mi decisi¨®n fue no tomar ninguna decisi¨®n y eso ya es una decisi¨®n¡±, dijo el mi¨¦rcoles ante sus parlamentarios. Se refer¨ªa a la no petici¨®n de rescate a la UE, pero es aplicable a casi todos los asuntos, empezando por los esc¨¢ndalos que han desbaratado la agenda pol¨ªtica y que afectan a varios ministros. ¡°No hay ning¨²n cambio previsto¡±, responden con unanimidad los miembros del equipo de Rajoy y cualquiera que conozca m¨ªnimamente su manera de actuar cuando se les pregunta por supuestas crisis de Gobierno.
Solo cambi¨® el ritmo hace dos semanas para hacer frente al caso B¨¢rcenas, con una comparecencia ante los dirigentes del PP, en la que neg¨® haber cobrado sobresueldos y anunci¨® la publicaci¨®n de sus cuentas. Considera La Moncloa que la iniciativa de publicar su renta ha logrado cambiar el paso al PSOE y, adem¨¢s, ha quedado claro que la petici¨®n de dimisi¨®n de Rajoy que ha hecho su l¨ªder, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ha sido extempor¨¢nea por prematura.
Pero a Rajoy y a su ya maltrecha credibilidad les pasa factura el incumplimiento de la m¨¢xima pol¨ªtica que exige no hacer lo que no se pueda explicar: mantuvo de forma oculta los v¨ªnculos de respeto y hasta protecci¨®n de los imputados B¨¢rcenas y Jes¨²s Sep¨²lveda y paga un precio muy alto por el enredo en el que se meten en el PP cada d¨ªa con desmentidos y rectificaciones. Solo le ha beneficiado el ¡°todos son iguales¡± que extiende la sospecha a otros partidos, gracias a sucesos como los del espionaje pol¨ªtico en Catalu?a. Su desgaste, seg¨²n los sondeos, corre casi a la par al del PSOE, demostrando el hundimiento del bipartidismo y a falta de confirmar si es un movimiento coyuntural.
La reacci¨®n se completar¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el debate sobre el estado de la naci¨®n con el anuncio de reformas legales contra la corrupci¨®n y, a partir de ah¨ª, no est¨¢ previsto ninguna modificaci¨®n en la estructura o funcionamiento del Gobierno, un a?o despu¨¦s. No le afecta el enorme desgaste que muestra su Ejecutivo en todas las encuestas o que se pida la dimisi¨®n de ministros como Ana Mato o Crist¨®bal Montoro. M¨¢s bien lo contrario: cuanto m¨¢s se pida su renuncia, m¨¢s les proteger¨¢.
En el ministro de Hacienda, Rajoy tiene especial confianza, entre otras cosas porque sobre ¨¦l gravita una de las prioridades de su Gobierno: la lucha contra el d¨¦ficit p¨²blico, que incluye el control de las cuentas de las comunidades aut¨®nomas. Valora su criterio y su gesti¨®n y, adem¨¢s, Montoro es persona de la m¨¢xima confianza de la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. El ahora titular de Hacienda era miembro destacado de su equipo restringido en la direcci¨®n del grupo parlamentario en la anterior legislatura y est¨¢ especialmente protegido por La Moncloa y la direcci¨®n del PP. Como es sabido, el PSOE pidi¨® su dimisi¨®n por la amnist¨ªa fiscal, pero el ministro se ha revuelto frenando la regularizaci¨®n extraordinaria de B¨¢rcenas y explicando que solo uno de los imputados en G¨¹rtel se acogi¨® a ella y pag¨® solo 350 euros.
No se oculta que algunos dirigentes del PP contienen la respiraci¨®n esperando a saber si la lista de los acogidos a la amnist¨ªa esconde alguna bomba. Respecto a Ana Mato, fuentes de La Moncloa explican que Rajoy no se plantea entregar su cabeza porque ser¨ªa abrir una puerta a asumir responsabilidades por G¨¹rtel que no admite. En el entorno de Mato se pone de manifiesto que ella no tiene intenci¨®n de abandonar el cargo y que ha recibido apoyos de sus compa?eros de Gobierno y partido en p¨²blico y en privado. Solo Esperanza Aguirre habl¨® de su dimisi¨®n, pero fue en una reuni¨®n de la direcci¨®n del PP de Madrid y no lo explicit¨® luego en p¨²blico. La ministra de Sanidad era del equipo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y, con la llegada de Rajoy al PP en 2004, ella prefiri¨® retirarse al Parlamento europeo hasta que el ahora presidente la recuper¨® para un puesto relevante. Cuando le nombr¨® titular de Sanidad en diciembre de 2011 conoc¨ªa la vinculaci¨®n de su exmarido, Jes¨²s Sep¨²lveda, con G¨¹rtel y asumi¨® ese riesgo.
Tampoco se prev¨¦ que toque a Jos¨¦ Ignacio Wert, porque ve esencial sacar adelante la reforma educativa. El choque con la realidad ha erosionado notablemente al Gobierno, pero los principales problemas de funcionamiento ya ven¨ªan de serie desde el mismo momento en que arranc¨®. Entre los errores de dise?o se mantiene la carencia de un vicepresidente econ¨®mico que coordine a los ministerios afectados.
En el d¨ªa a d¨ªa, ha emergido la figura del director de la oficina econ¨®mica de La Moncloa, ?lvaro Nadal. Ante ese vac¨ªo, el principal asesor de Rajoy ha aumentado su poder casi en la misma medida que Jorge Moragas. La imagen del jefe de Gabinete de Rajoy recibiendo el martes en las escaleras de La Moncloa al presidente del BCE, Mario Draghi, es la muestra perfecta de su creciente ascenso.
Entre los fallos de dise?o de la estructura y funcionamiento del Gobierno se mantiene la dif¨ªcil coordinaci¨®n con el partido y las disfunciones por la multitarea de Dolores de Cospedal, a caballo entre G¨¦nova y la presidencia de Castilla-La Mancha. No hay una estructura permanente entre Gobierno y PP, porque no hay nadie del Ejecutivo en las reuniones de maitines de los lunes y porque a lo m¨¢s que se llega es a reuniones extraordinarias en las que los ministros explican por turnos su gesti¨®n a los dirigentes regionales. Cospedal se niega a delegar un mil¨ªmetro de la direcci¨®n del d¨ªa a d¨ªa del PP; el partido se l¨ªa con la respuesta al caso y sus relaciones con la vicepresidenta son tan mejorables como que cada una mantiene aislado su ¨¢mbito de poder. Las dos pugnan por preservar su c¨ªrculo de las turbulencias.
En el banquillo sigue Javier Arenas, primer candidato a entrar en el Gobierno, aunque tenga que frenar la publicaci¨®n de los tres libros que prepara.
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