Rajoy intenta salir del agujero

No pod¨ªa llegar peor el presidente del Gobierno al debate del estado de la naci¨®n. Con casi seis millones de parados, en plena recesi¨®n, con malas noticias econ¨®micas a diario ¨Csolo esta semana dos quiebras, Orizonia y Reyal Urbis- y la sangr¨ªa de un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que le afecta directamente porque su extesorero, Luis B¨¢rcenas, que se llev¨® 22 millones de euros a Suiza, redact¨® unos papeles en los que apunt¨® pagos durante 11 a?os al propio Mariano Rajoy y otros dirigentes. Rajoy, dicen los suyos, se crece en esos momentos en los que parece no haber salida. Y el presidente ha intentado hoy, con un discurso rotundo y medidas importantes contra la corrupci¨®n, salir del agujero en el que est¨¢ metido y que compromete su credibilidad. El presidente no ha citado ni una sola vez a B¨¢rcenas, pero toda la parte final de su discurso, la m¨¢s contundente, la que m¨¢s aplausos ha recibido de su grupo, parec¨ªa dise?ada al mil¨ªmetro para salir del atolladero al que le ha llevado el esc¨¢ndalo de su extesorero.

Una de las medidas parec¨ªa dise?ada precisamente para evitar un nuevo caso B¨¢rcenas: los tesoreros de los partidos no solo tendr¨¢n que rendir cuentas al Tribunal de Cuentas, tambi¨¦n comparecer¨¢n anualmente en el Congreso para explicar al detalle c¨®mo han gastado el dinero de las formaciones, que en el caso del PP es en un 95% p¨²blico. En alg¨²n momento el presidente parec¨ªa querer lanzar el mensaje de que se va a dedicar a evitar que se repita lo que ha pasado hasta ahora, pero sin concentrarse en qu¨¦ hacer ante lo que ha pasado.

La diferencia entre el discurso rotundo con cambios legales y la realidad del PP era evidente. Rajoy propon¨ªa una nueva ley de transparencia total de las cuentas de los partidos mientras los populares ni siquiera aclaran si est¨¢n en su contabilidad oficial las partidas de los papeles de B¨¢rcenas que ya est¨¢n confirmadas. Rajoy promet¨ªa una auditor¨ªa del patrimonio de todos los responsables pol¨ªticos pero el PP ni siquiera aclara estos d¨ªas si B¨¢rcenas sigue contratado en el partido o en concepto de qu¨¦ le pag¨® un dinero fijo al mes y la seguridad social hasta diciembre de 2012.

Era evidente que el presidente no quer¨ªa hablar de casos concretos. Su ¨²nica menci¨®n indirecta al extesorero lleg¨® al pedir que no se confunda a todos los pol¨ªticos con los corruptos. ¡°No es verdad que en Espa?a haya un estado generalizado de corrupci¨®n, eso es una insidia. No nos hundimos por culpa de la corrupci¨®n. En todas partes brotan malas yerbas, pero Espa?a es un pa¨ªs limpio, generalizar la conducta indeseable de algunos a todos los pol¨ªticos es indeseable¡±. El fondo del discurso parec¨ªa claro: el presidente no quiere hablar de lo que ha pasado hasta ahora pero s¨ª plantea medidas de fondo y muy novedosas en Espa?a para que no vuelva a pasar.

Ese discurso rotundo del presidente, que gust¨® mucho a su bancada y que en materia econ¨®mica exhibi¨® sobre todo el logro de haber evitado que Espa?a fuese rescatada, entr¨® de lleno en el asunto de la corrupci¨®n y no trat¨® de esquivarlo como hab¨ªa hecho hasta ahora. Rajoy mostr¨® a la C¨¢mara y a los ciudadanos que es plenamente consciente del enorme deterioro de imagen de la pol¨ªtica espa?ola. Pero sobre todo pidi¨® a los diputados de la oposici¨®n que le ayuden a salir de este ambiente. ¡°Se?or¨ªas, es necesario acabar con este clima que empieza a ser irrespirable¡±, dijo en un tono muy serio, casi dram¨¢tico. Frente a ese descr¨¦dito, y sin entrar en ning¨²n momento en el caso concreto de B¨¢rcenas, Rajoy plante¨® cuestiones que en otros pa¨ªses son habituales, como el control de los lobbies, pero que en Espa?a nunca se han producido.

A falta de grandes anuncios econ¨®micos ¨Caunque s¨ª hubo alguna medida de est¨ªmulo importante como los 45.000 millones para cr¨¦ditos, que est¨¢ a¨²n por concretar- el presidente concentr¨® el peso pol¨ªtico de su discurso inicial, muy trabajado por su gabinete y por ¨¦l mismo en los ¨²ltimos d¨ªas ¨Cel presidente no ten¨ªa pr¨¢cticamente agenda hace dos semanas- en las medidas contra la corrupci¨®n. Con una idea clara: ha captado el mensaje, est¨¢ dispuesto a hacer reformas profundas, sabe que la credibilidad de la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ por los suelos. Rajoy no quiso entrar al barro de su propia corrupci¨®n, pero el debate es muy largo, y las r¨¦plicas a los partidos de la oposici¨®n sin duda le obligar¨¢n a bajar a ese lodazal. Una de las principales inc¨®gnitas consiste en saber si conseguir¨¢ superar dos d¨ªas de debate sin siquiera pronunciar la palabra B¨¢rcenas. Sin duda, la oposici¨®n intentar¨¢ pon¨¦rselo dif¨ªcil.