La sentencia europea sobre la ¡®doctrina Parot¡¯ se demorar¨¢ ¡°varios meses¡±
¡°Aqu¨ª no se est¨¢ hablando de pol¨ªtica ni de terrorismo, sino del Estado de Derecho¡±, afirma la defensa de la etarra In¨¦s del R¨ªo en la vista ante el Tribunal de Estrasburgo
¡°En realidad, es un caso sencillo¡±, comienza a decir en ingl¨¦s uno de los abogados de la etarra In¨¦s del R¨ªo, Mark Muller. ¡°No trata sobre pol¨ªtica ni sobre terrorismo, sino sobre la universalidad del principio de legalidad y las condiciones que permiten a un Estado privar a un ciudadano de su libertad¡±. El letrado cita a Thomas Jefferson: ¡°Es m¨¢s peligroso que un culpable sea castigado sin que se cumpla la ley a que escape¡±. Y concluye: ¡°El imperio de la ley sustenta todos los sistemas civilizados de justicia¡±.
El Gobierno espa?ol responde poco despu¨¦s, y lo hace con una pregunta: ¡°?Es igual un asesinato que 132?¡±. ¡°La doctrina Parot determina que no puede darse el mismo trato a quien ha cometido un asesinato que a quien ha cometido 200¡±, dice uno de los letrados, Isaac Salama. Y acude al caso concreto: ¡°In¨¦s del R¨ªo cometi¨® 24 asesinatos y 108 en grado de tentativa¡±. La defensa de la etarra vuelve a argumentar en contra: ¡°Aqu¨ª no se est¨¢ discutiendo sobre si esa doctrina es razonable o no en abstracto, sino sobre si se puede aplicar de forma retroactiva una interpretaci¨®n judicial nueva e imprevisible¡±.
Las bases del debate est¨¢n sentadas. Sobre las nueve y cuarto de la ma?ana, los representantes del Ejecutivo y la defensa de In¨¦s del R¨ªo se sientan frente a los 17 jueces de la Gran Sala del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. El Gobierno es el recurrente. Tiene que demostrar al tribunal que la sala que lo conden¨® en julio pasado por vulnerar con la doctrina Parot dos art¨ªculos del convenio ¨Cel 7, que recoge el principio de legalidad y la irretroactividad de la ley penal desfavorable; y el 5, que consagra los derechos a la libertad y seguridad- se equivoc¨®. Y probar que un fallo en el mismo sentido supondr¨ªa una injerencia intolerable en la autonom¨ªa de los Estados para decidir su pol¨ªtica penitenciaria y cambiarla sobre la marcha si es necesario.
Los abogados de In¨¦s del R¨ªo defienden, sin embargo, esa primera sentencia y sus argumentos. Deben convencer a los jueces de que tienen que mantenerla en sus mismos t¨¦rminos; de que la decisi¨®n de 2006 del Tribunal Supremo espa?ol vulnera el Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950; y de que la doctrina Parot debe ser revocada porque cuando se le aplic¨® a In¨¦s del R¨ªo era nueva e ¡°imprevisible¡± y cambiaba de repente una doctrina jurisprudencial opuesta, consolidada y un¨¢nime a lo largo de los a?os, que se hab¨ªa aplicado a un sinf¨ªn de delincuentes ¨Ctambi¨¦n terroristas-.
Si gana el Ejecutivo, Del R¨ªo permanecer¨¢ en prisi¨®n hasta 2017. Si se ratifica la primera sentencia de Estrasburgo, ella saldr¨¢ ya de la c¨¢rcel. Se considerar¨¢, adem¨¢s, que acab¨® de cumplir su pena en 2008. Pero la sentencia definitiva de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para "confirmar o modificar" el fallo de su Tercera Secci¨®n del pasado mes de julio tardar¨¢ a¨²n meses en conocerse, a tenor del ritmo habitual de trabajo de la sala. En cualquier caso, seg¨²n fuentes del tribunal, no ser¨¢ "antes del verano".
Los representantes del Gobierno hablan en espa?ol; los de In¨¦s del R¨ªo, abogados de despachos londinenses, en ingl¨¦s. La vista apenas dura dos horas. Todos tratan de centrarse en el derecho a pesar de que, durante semanas y meses, el debate en torno a la doctrina Parot ha sido m¨¢s pol¨ªtico que jur¨ªdico. Los asistentes reflejan la discusi¨®n pol¨ªtica paralela. El Ministerio del Interior, representado por la directora general de Apoyo a las V¨ªctimas del Terrorismo, Sonia Ramos, hace acto de presencia en la vista junto a la presidenta de la Fundaci¨®n de V¨ªctimas, Mari Mar Blanco, la presidenta de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, ?ngeles Pedraza, y el de Dignidad y Justicia, Daniel Portero. Una amplia delegaci¨®n de representantes de EH Bildu, con intereses contrarios a las asociaciones de v¨ªctimas y encabezada por el parlamentario nacional Mikel Errekondo, tambi¨¦n se ha desplazado a Estrasburgo.
¡°Esperamos que esto sea un tribunal de derechos humanos y que los apliquen¡±, defend¨ªa Pedraza a las puertas del tribunal. ¡°Hoy estamos aqu¨ª las v¨ªctimas para que nos pongan cara y para presentar las 10.000 firmas que hemos conseguido en 48 horas a favor de que se mantenga la doctrina Parot. Eso es lo que quiere Espa?a¡±. ¡°Esperamos que el tribunal ratifique la sentencia anterior¡±, contradec¨ªa poco despu¨¦s Errekondo. ¡°Estamos hablando de derechos de los presos reconocidos por la ley que se cambiaron en aplicaci¨®n de medidas de excepci¨®n¡±.
En el centro del debate hay una interpretaci¨®n judicial de la ley. Los condenados por el C¨®digo Penal de 1973 (vigente hasta que entr¨® en vigor el de la democracia, aprobado en 1995) pod¨ªan redimir penas por trabajo, y, aunque fueran condenados a centenares de a?os de c¨¢rcel, se consideraba que, como solo pod¨ªan cumplir 30 (era el l¨ªmite m¨¢ximo que fijaba la ley), la redenci¨®n de penas y dem¨¢s beneficios penitenciarios deb¨ªan tomar como cifra de referencia esos 30 a?os. A partir de ah¨ª, si trabajaban pod¨ªan reducirla un d¨ªa por cada dos trabajados, lo que era habitual. Las penas, de esta forma, sol¨ªan quedar m¨¢s cerca de los 20 a?os que de los 30. Esta fue la interpretaci¨®n de los tribunales hasta que lleg¨® la doctrina Parot en febrero de 2006.
A partir de ese momento, ya no fue as¨ª. La redenci¨®n no tomaba como base de c¨®mputo los 30 a?os que pod¨ªan cumplir como m¨¢ximo los condenados sino los 300, 500 o 2.000 a los que hab¨ªan sido condenados. Esto implicaba, en la pr¨¢ctica, que la redenci¨®n de penas en condenas altas no serv¨ªa para nada (es imposible trabajar 500 a?os para redimir 250) y que nadie iba a salir de la c¨¢rcel sin haber cumplido enteros al menos los 30 a?os que fijaba la ley como m¨¢ximo de cumplimiento efectivo.
Cambiar esta interpretaci¨®n de la ley d¨¦cadas despu¨¦s de la entrada en vigor del C¨®digo Penal de 1973 ?supon¨ªa aplicar de forma retroactiva una norma penal desfavorable?; ?incumplir el principio de legalidad? As¨ª lo entendi¨® el Tribunal de Estrasburgo en la primera sentencia, de julio de 2012. El argumento jur¨ªdico fue que Del R¨ªo no pudo prever, ni cuando cometi¨® los delitos ni cuando fue condenada, la interpretaci¨®n de la ley que supon¨ªa la doctrina Parot y que lleg¨® d¨¦cadas despu¨¦s del C¨®digo Penal de 1973. Durante a?os, la interpretaci¨®n judicial ¨Ctambi¨¦n la del Tribunal Supremo- fue distinta.
Se ha discutido esta ma?ana si la doctrina Parot cambia la pena o solo la ejecuci¨®n de la pena; matiz que puede parecer menor, pero que tiene importancia en relaci¨®n con el art¨ªculo 7 del convenio europeo de derechos humanos. La defensa de Del R¨ªo considera que esta doctrina ¡°redefine¡± la pena, y que mientras antes la condena efectiva final se consideraba de 30 a?os, la nueva regla establece una pena nueva e imprevisible a?os atr¨¢s, cuando fue condenada la etarra.
¡°El papel de un tribunal es aplicar e interpretar la ley¡±, ha dicho Muller. ¡°Pero no adaptar la interpretaci¨®n de un supuesto legalmente ya asentado. Lo que hace Parot es legislar por la puerta de atr¨¢s del precedente lo que el Ejecutivo no pudo hacer por la puerta delantera del Parlamento¡±, se?ala, en referencia a la eliminaci¨®n de la redenci¨®n de penas por trabajo del C¨®digo Penal de 1995 que no inclu¨ªa (entre otras cosas, porque est¨¢ prohibido por la Constituci¨®n), su aplicaci¨®n retroactiva a los presos condenados con el c¨®digo anterior.
Uno de los dos letrados que ha hablado a favor del Gobierno espa?ol, Isaac Salama, vuelve sobre el concepto de pena. ¡°El C¨®digo Penal de 1973, como cualquiera, fija penas en abstracto. Despu¨¦s, los tribunales fijan la pena en concreto atendiendo a la gravedad de los hechos. (¡) La prescripci¨®n opera sobre cada una de las penas y no sobre el l¨ªmite de cumplimiento. Lo mismo ocurre con el indulto¡±, argumenta para defender que la condena est¨¢ integrada por la totalidad de las penas; no solo por los a?os que el reo podr¨¢ cumplir como m¨¢ximo. Critica, adem¨¢s, al tribunal de Estrasburgo (a esa primera sala que conden¨® al Ejecutivo) ¡°por convertirse en juez de c¨®mo los Estados aplican los beneficios penitenciarios y los permisos carcelarios¡±.
El abogado insiste en que equiparar un asesinato con 200 a efectos del c¨®mputo de la pena es ¡°contrario a los principios m¨¢s b¨¢sicos que compartimos todos los Estados¡±, y cita tres casos en los que, seg¨²n afirma, la jurisprudencia de Estrasburgo no conden¨® a Estados que modificaron sobre la marcha medidas dentro del ¨¢mbito de ejecuci¨®n de la pena como la libertad condicional. ¡°Espa?a no puede entender porqu¨¦ en este caso el tribunal se ha apartado de su jurisprudencia (¡) Debe respetarse el margen de apreciaci¨®n de cada estado para entender c¨®mo deben aplicarse las penas¡±.
Tras dos preguntas formuladas por uno de los jueces, el presidente dio la vista por concluida. Hoy comenzar¨¢n las deliberaciones a puerta cerrada, y la sentencia puede tardar en conocerse semanas o incluso varios meses. A la salida, todos parec¨ªan encantados. Los letrados del Gobierno espa?ol declinaron hacer declaraciones. Pero los representantes de las asociaciones de v¨ªctimas dec¨ªan tener ¡°m¨¢s esperanzas que cuando llegaron¡±. ¡°La exposici¨®n de los abogados del ejecutivo ha sido brillante¡±, ha dicho ?ngeles Pedraza. ¡°Salgo asombrada de la mala defensa de In¨¦s del R¨ªo¡±.
Amaia Izko, una de las abogadas de Del R¨ªo, opinaba sin embargo que el Gobierno espa?ol no hab¨ªa motivado ¡°por qu¨¦ considera que la sentencia es err¨®nea¡±. ¡°Era lo que esper¨¢bamos escuchar y no lo hemos hecho. Han sido los mismos argumentos de la otra vez¡±. El parlamentario vasco Oskar Matute, de EH Bildu, ha criticado al ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez, por decir esta ma?ana que si la doctrina Parot es abolida, habr¨ªa que pensar en hacer ingenier¨ªa jur¨ªdica. ¡°Interpreta la justicia como una extensi¨®n de la pol¨ªtica b¨¦lica¡±, ha dicho Matute.
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