Thierry, el jefe de ETA que dinamit¨® la tregua de 2006, muere en Par¨ªs
El exdirigente etarra falleci¨® tras sufrir un derrame cuando estaba hospitalizado Decidi¨® reventar la negociaci¨®n entre la banda y el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero
De Xabier L¨®pez Pe?a, Thierry, el exjefe de ETA fallecido? esta madrugada en un hospital de Par¨ªs tras sufrir el pasado jueves un derrame cerebral, quedar¨¢n en la memoria inmediata una fotograf¨ªa y una frase. La imagen, la que acompa?a a este texto, es la de su rostro crispado mientras era trasladado esposado para uno de los registros, tras su detenci¨®n en Burdeos el 20 de mayo de 2008, forcejeando con los agentes entre vivas a ETA y proclamas por la libertad de Euskal Herria. La frase ¡ª¡°Si se rompe el proceso, esto va a ser Vietnam¡±¡ª se la dijo al presidente del PSE, Jes¨²s Eguiguren, el 11 de diciembre de 2006 en un restaurante de Oslo, la ciudad donde el Gobierno y ETA negociaban. Diecinueve d¨ªas despu¨¦s de aquella amenaza, la tregua que ETA manten¨ªa desde marzo de aquel a?o saltaba por los aires con la bomba en la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas, llev¨¢ndose por delante las vidas de dos ciudadanos ecuatorianos. Thierry estaba entonces al frente de la banda.
L¨®pez Pe?a (Galdakao, Bizkaia, 1958) siempre hab¨ªa ocupado puestos de segunda fila en ETA, en la que militaba ¡ªprimero lo hizo en los polimilis¡ª desde finales de los a?os setenta. Un excompa?ero suyo de aquellos a?os le tachaba de ¡°paranoico¡±, como coment¨® a EL PA?S tras su arresto hace un lustro. Detenido en 1983 en Bayona (Francia) y encarcelado en relaci¨®n con el aparato de extorsi¨®n, tras salir de prisi¨®n pas¨® a la clandestinidad, estuvo huido en Am¨¦rica, volvi¨® a Francia y se incorpor¨® a tareas del aparato log¨ªstico.
Un cuadro medio que, sin embargo, apoyado en el engranaje militar que controlaba Garikoitz Azpiazu, Txeroki, tuvo su papel estelar en el m¨¢s largo y complejo proceso de di¨¢logo que un Gobierno espa?ol ¡ªel de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ª mantuvo nunca con la banda.
Thierry entr¨® en escena en septiembre de 2006, tres meses despu¨¦s de que arrancase el proceso de di¨¢logo que ven¨ªa gest¨¢ndose desde verano de 2004 y que hab¨ªa conducido a la tregua etarra de marzo de ese a?o. Ya entonces deja constancia de su duro talante. En diciembre ya ha desplazado a Josu Ternera como principal interlocutor. Y llega la comida con Eguiguren en Oslo que el dirigente socialista narr¨® en su libro ETA, las claves de la paz (Editorial Aguilar), escrito junto al periodista de EL PA?S Luis Rodr¨ªguez Aizpeolea: ¡°Lo que yo diga va a misa. Podemos atentar donde queramos y como queramos. Si se rompe el proceso, esto va a ser Vietnam. Responderemos a las detenciones con un atentado en Espa?a¡±, dijo Thierry. Y la tregua qued¨® dinamitada en Barajas.
Tras ese atentado las conversaciones con ETA continuaron en secreto durante cinco meses. L¨®pez Pe?a fue el interlocutor etarra hasta que en mayo de 2007 se produjo la ¨²ltima reuni¨®n.
Entre ese final y su detenci¨®n en Burdeos con tres de sus principales colaboradores, L¨®pez Pe?a fue protagonista de una de las m¨¢s serias crisis que ETA vivi¨® en su seno, una lucha por el poder con Txeroki y el sucesor de este como jefe militar etarra, Mikel Kabikoitz Karrera, Ata, entre acusaciones mutuas y listas negras, que estuvo en ciernes de provocar la ruptura de la banda. Quiz¨¢ ETA haga en unos d¨ªas p¨²blico un comunicado recordando a Thierry, pero el hecho es que la banda le expuls¨® como militante cuando ya llevaba tres meses detenido y su rival segu¨ªa, a¨²n, en libertad.
Arrestado cuando era ¡°la persona con m¨¢s peso pol¨ªtico y militar en la banda¡±, como dijo el entonces ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, la amplia documentaci¨®n que le fue incautada propici¨® la detenci¨®n de numerosos terroristas en los a?os sucesivos. Su expulsi¨®n y su condena en Francia le fueron dejando como uno m¨¢s de los exjefes etarras que siguen purgando sus cr¨ªmenes entre rejas. Mientras, varios sumarios se acumulaban en su contra en Espa?a.
La consecuencia m¨¢s inmediata de su muerte ser¨¢ previsiblemente una reactivaci¨®n de las demandas de la izquierda abertzale y de las asociaciones de apoyo a los presos de la banda como Etxerat o Herrira para que sean puestos en libertad los presos que sufren enfermedades graves, exigencia que ya repiten hoy. Su fallecimiento llega adem¨¢s cuando ETA ha hablado p¨²blicamente esta misma semana anunciando ¡°consecuencias negativas¡± tras la expulsi¨®n de varios de sus dirigentes, precisamente, de Oslo.
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