Hay espacio
Los espa?oles no entienden que su participaci¨®n p¨²blica se reduzca a depositar el voto cada cuatro a?os
La aparici¨®n de movimientos ciudadanos, plataformas, asociaciones y manifiestos en los ¨²ltimos dos a?os constituye un fen¨®meno que debe de ser analizado con atenci¨®n en la medida en que pone de manifiesto el profundo descontento ciudadano, no solo con la pol¨ªtica de recortes ¡ªcomo a veces se quiere interpretar de una manera un tanto reduccionista o sesgada¡ª sino con la forma de hacer pol¨ªtica en Espa?a. M¨¢s all¨¢ de la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica, lo cierto es que la democracia nacida en la Transici¨®n, basada en un modelo de partidos cerrado y f¨¦rreamente disciplinado, no ofrece cauces a la ciudadan¨ªa para manifestar su descontento ni, sobre todo, para el debate de ideas o propuestas. Tampoco las instituciones son accesibles, al menos cuando se pretende aportar una opini¨®n independiente. Los medios de comunicaci¨®n de masas, incluso los que est¨¢n m¨¢s dispuestos a amparar una discusi¨®n seria de ideas, no est¨¢n al alcance de todos y los foros de encuentro no suelen tolerar la cr¨ªtica, dada su dependencia del poder pol¨ªtico o simplemente de los ¡°poderes f¨¢cticos¡±. En definitiva, los partidos han ocupado todo el espacio y ahora los ciudadanos no tienen espacio que ocupar. ?O s¨ª?
El caso es que los espa?oles ya no entienden que su participaci¨®n en la vida p¨²blica se reduzca a depositar su voto cada cuatro a?os, pero tampoco encuentran otros cauces institucionales o simplemente organizados para hacerlo. La explosi¨®n del uso de las redes sociales con sus posibilidades de comunicaci¨®n interactiva hacen que esta situaci¨®n sea a¨²n m¨¢s incomprensible para la generaci¨®n m¨¢s joven, acostumbrada a debatir con total libertad y de forma inmediata sobre cualquier tema en cualquier foro. Efectivamente, el contraste con la lentitud y la burocracia de las democracias representativas nacidas en el siglo XIX es muy grande.
La frustraci¨®n que experimentan muchos ciudadanos est¨¢ detr¨¢s de algunos de los movimientos ciudadanos que m¨¢s eco han tenido en los medios, desde el 15-M a los escraches. Puesto que las formas m¨¢s tradicionales de participaci¨®n pol¨ªtica no est¨¢n disponibles, no es sorprendente que muchos prefieran f¨®rmulas m¨¢s agresivas que garantizan un impacto mayor en la opini¨®n p¨²blica y que pueden, por ese mismo motivo, conseguir mayor receptividad por parte de los partidos pol¨ªticos. Y no hay que desconocer, por otra parte, que estos movimientos generan una gran corriente de simpat¨ªa, con lo que eso significa.
En estas circunstancias podemos acercamos a una situaci¨®n explosiva si no conseguimos abrir cauces institucionales a la participaci¨®n ciudadana de manera inmediata, empezando por los propios partidos pol¨ªticos. De ah¨ª que sea tan importante su reforma y su apertura a la sociedad. Es innegable que la democracia representativa en Espa?a tiene todav¨ªa un enorme margen de mejora hasta alcanzar los niveles de las democracias de corte anglosaj¨®n. No necesitamos empezar siempre desde la casilla de salida, como nos suele gustar a los espa?oles. De otra forma los ciudadanos pueden llegar a identificar partitocracia con democracia representativa, cuestionando ambas con consecuencias imprevisibles. Hay margen, pero no mucho tiempo.
?Elisa de la Nuez es abogada de Estado y directora de Iclaves
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.