La Marca Espa?a se pone de largo en Bruselas

Con un a?o de retraso, la Marca Espa?a ¡ªla iniciativa impulsada por el Gobierno para recuperar la deteriorada imagen internacional del pa¨ªs¡ª tuvo ayer su puesta de largo. El escenario elegido fue la sede del Parlamento europeo, en Bruselas, donde casi 500 personas ¡ªen su mayor¨ªa funcionarios y europarlamentarios espa?oles¡ª asistieron a una gala presentada por el periodista Carlos Herrera. En ausencia del presidente de la Euroc¨¢mara, Martin Schultz, la personalidad europea m¨¢s destacada fue el vicepresidente de la Comisi¨®n y comisario de la Competencia, el espa?ol Joaqu¨ªn Almunia, quien rechaz¨® el estereotipo que contrapone a un ¡°norte industrioso con un sur perezoso¡± y pidi¨® que se recuperen ¡°los valores de la Transici¨®n ¡ªconsenso, transacci¨®n y pacto¡ª, que no son diferentes de los de la construcci¨®n europea¡±.

Almunia rechaza el estereotipo ¡°norte industrioso y sur perezoso¡±

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, llam¨® a superar el clich¨¦ de ¡°la Espa?a de charanga y pandereta¡± y advirti¨® a nacionalistas catalanes y vascos, que intentan vender en el extranjero su propia imagen, que ¡°quien tiene una marca tiene una marca, pero quien tiene dos solo tiene media y quien tiene tres, ninguna¡±. El flamenco, con un espect¨¢culo en vivo; la moda (con la presencia de modistas como Victorio & Luchino, Francis Montesinos, Sara Coleman, Fernando Lemoniez, etc.) y la gastronom¨ªa (con chefs como Mario Sandoval o Dar¨ªo Barrio) fueron los protagonistas del acto, al que asistieron tambi¨¦n empresarios como Antoni Brufau (Repsol) o Pedro Ballv¨¦ (Campofr¨ªo). El coste del lanzamiento de la Marca Espa?a fue modesto (menos de 10.000 euros, seg¨²n los organizadores), ya que cont¨® con el patrocinio del Foro de Marcas Renombradas y de Cook & Fashion, pero su eficacia dudosa: se trat¨®, b¨¢sicamente, de un encuentro hispano-espa?ol en el que casi nadie necesit¨® recurrir a la traducci¨®n. Margallo se propone repetir la experiencia ante otros p¨²blicos menos favorables, como alemanes, brit¨¢nicos, estadounidenses o japoneses. Y convencerles de que una empresa espa?ola, por el hecho de serlo, no debe pagar cuatro veces m¨¢s que una alemana por un cr¨¦dito.