Exteriores sopesa llevar el contencioso de Gibraltar a los foros internacionales
Margallo estudia denunciar en la ONU la negativa brit¨¢nica a hablar de soberan¨ªa El ministro sondear¨¢ la posibilidad de un frente com¨²n con Argentina
A principios de septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, viajar¨¢ a Buenos Aires, en v¨ªsperas de que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) anuncie si Madrid es agraciada con la organizaci¨®n de los Juegos de 2020. Con su hom¨®logo argentino, H¨¦ctor Timerman, Margallo no solo abordar¨¢ el pleito por la expropiaci¨®n de las acciones de Repsol en la petrolera YPF, sino que sondear¨¢ tambi¨¦n la posibilidad de que Espa?a y Argentina hagan frente com¨²n en la ONU por Gibraltar y Las Malvinas. Hasta ahora, Madrid ha evitado vincular la reivindicaci¨®n de ambas colonias brit¨¢nicas; a fin de cuentas, Espa?a y Reino Unido son socios en la UE y la OTAN, mientras que Argentina intent¨® recuperar Las Malvinas por la fuerza, en la aciaga guerra de 1982.
En este momento puede resultar atractiva una entente con Buenos Aires: Argentina forma parte del Consejo de Seguridad en el bienio 2013-2014 y podr¨ªa incluir, o intentarlo al menos, el asunto gibraltare?o en la agenda del m¨¢ximo ¨®rgano decisorio de la ONU. Aunque el Reino Unido tiene derecho de veto en este foro, deber¨ªa abstenerse en un tema que le afecta directamente.
Un delito penado con hasta cinco a?os de prisi¨®n
El lanzamiento de 70 bloques de hormig¨®n, cada uno de ellos de tres toneladas, en aguas contiguas al aeropuerto de Gibraltar ha supuesto, "seg¨²n el sector pesquero de la bah¨ªa", que haya "quedado afectada la totalidad de las modalidades y especies que eran habituales de la flota, tanto de Algeciras, como de La L¨ªnea de la Concepci¨®n". As¨ª figura en la denuncia que el ministro de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente, Miguel Arias Ca?ete, present¨® el pasado 29 de julio en la Fiscal¨ªa General del Estado.
¡°La consecuencia de estas acciones es la imposibilidad de pescar [en la zona] con rastro remolcado, mientras que en el caso del cerco depender¨¢ de la profundidad a la que hayan sido hundidos los bloques que, al parecer, est¨¢n recubiertos de ganchos que favorecen el enganche de redes¡±, prosigue el escrito. ¡°El caladero de la bah¨ªa de Algeciras, el llamado de Poniente, ha quedado inutilizado al menos para el rastro remolcado y, muy probablemente, para el resto de las artes¡±, concluye.
A falta de estudiar las consecuencias para el ecosistema marino, la denuncia estima que se puede haber cometido un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, que el art¨ªculo 325 del C¨®digo Penal castiga con dos a cinco a?os de prisi¨®n, multa de hasta 24 meses e inhabilitaci¨®n por hasta tres a?os.
La posibilidad de llevar el contencioso del Pe?¨®n al Consejo de Seguridad es solo una de las opciones que estudia Exteriores. Otra es acudir a la Asamblea General, donde Espa?a ya obtuvo resoluciones favorables a sus tesis a finales de los a?os sesenta ¡ªuna reconoc¨ªa su derecho a la ¡°integridad territorial¡± (2.353) y otra ped¨ªa al Reino Unido que pusiera ¡°t¨¦rmino a la situaci¨®n colonial de Gibraltar antes del 1 de octubre de 1969¡± (2.429)¡ª, aunque sin que ello tuviera consecuencias pr¨¢cticas.
La alternativa m¨¢s arriesgada es acudir al Tribunal Internacional de La Haya para denunciar la ocupaci¨®n ilegal del itsmo que une el Pe?¨®n con La L¨ªnea. De los tres contenciosos que se solapan en Gibraltar ¡ªel territorio cedido por el Tratado de Utrecht, las aguas territoriales y el istmo¡ª es en este ¨²ltimo donde los derechos de Espa?a son m¨¢s claros. El istmo fue ocupado ilegalmente por los brit¨¢nicos a principios del siglo XIX, con el pretexto de montar un campamento sanitario ante una epidemia, y su anexi¨®n se consolid¨® con la construcci¨®n del aeropuerto aprovechando la Guerra Civil espa?ola. Exteriores cree que Londres no puede esgrimir una aceptaci¨®n t¨¢cita de esta ocupaci¨®n de facto, pues Espa?a nunca dej¨® de denunciarla. A¨²n as¨ª, la mayor¨ªa de los expertos desaconsejan acudir a La Haya, pues ello requiere la aquiescencia de Londres, y el fallo podr¨ªa afectar al conjunto del contencioso y no solo al istmo. Espa?a podr¨ªa verse en la tesitura de jug¨¢rselo todo a una carta.
En todo caso, el hecho de que Margallo haya encargado que se estudien todas estas opciones revela, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, que el ministro est¨¢ dispuesto a dar un giro de 180 grados en la pol¨ªtica hacia la colonia.
Al menos desde la declaraci¨®n de Bruselas de 1984, Espa?a ha fiado la resoluci¨®n del contencioso a la negociaci¨®n bilateral con Reino Unido. El objetivo pareci¨® al alcance de la mano en 2002, cuando el entonces jefe de la diplomacia espa?ola, Josep Piqu¨¦, y su colega Jack Straw llegaron a un principio de acuerdo sobre la cosoberan¨ªa, que fue rechazado en refer¨¦dum por el 99% de los llanitos. Desde entonces, Londres se ha negado a hablar de soberan¨ªa sin el visto bueno de las autoridades del Pe?¨®n, que lo rechazan de plano. Pese a ello, espa?oles y brit¨¢nicos han pactado cada a?o en Nueva York un resoluci¨®n inocua que el Comit¨¦ de los 24 (Descolonizaci¨®n) endosa a la Cuarta Comisi¨®n y a la Asamblea General, sin que se llegue siquiera a votar.
En esta ocasi¨®n, sin embargo, Espa?a podr¨ªa presentar una propuesta de resoluci¨®n que denunciase el incumplimiento por el Reino Unido de los mandatos de la Asamblea General y sirviera como instrumento de presi¨®n para que se siente a negociar. La apuesta no est¨¢ exenta de peligro, pues el ministro principal del Pe?¨®n, Fabian Picardo, pretende sacar a Gibraltar de la lista de territorios pendientes de descolonizar de la ONU, con el argumento de que los llanitos ya se han autodeterminado y han elegido seguir siendo brit¨¢nicos.
Pero la estrategia a medio plazo se ha visto desbordada, una vez m¨¢s, por las urgencias del momento. El pasado d¨ªa 24, con toda Espa?a conmocionada por el accidente ferroviario de Santiago de Compostela, un remolcador y una gabarra arrojaron 70 bloques de hormig¨®n en aguas contiguas al Pe?¨®n, segando la posibilidad de que los pescadores gaditanos vuelvan a faenar all¨ª. El Gobierno espa?ol no fue avisado de la supuesta instalaci¨®n de un arrecife artificial y, seg¨²n asegura, tampoco el brit¨¢nico, aunque esto ¨²ltimo es m¨¢s dudoso, pues la polic¨ªa gibraltare?a depende del gobernador.
La reacci¨®n del Gobierno ante esta pol¨ªtica de ¡°hechos consumados¡± fue endurecer los controles en la verja, provocando colas kilom¨¦tricas, aunque no se admita oficialmente que se trata de una represalia; y preparar una bater¨ªa de medidas para demostrar que ¡°las pol¨ªticas contrarias a Espa?a tienen un coste¡±, seg¨²n se advierte en un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La crisis pareci¨® encauzarse despu¨¦s de que, el pasado d¨ªa 7, hablaran tef¨®nicamente los dos primeros ministros, Mariano Rajoy y David Cameron, y sus respectivos cancilleres, Margallo y William Hague. Lo que tranquiliza menos es comprobar las discrepancias en torno al contenido de dichas conversaciones. Mientras, seg¨²n Downing Street, Rajoy prometi¨® suavizar los controles en la verja, La Moncloa lo niega de plano.
La Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica inform¨® de que los dos ministros se hab¨ªan ¡°comprometido a trabajar para resolver la situaci¨®n, creando grupos de trabajo ad hoc en los que, adem¨¢s del Reino Unido y Espa?a, est¨¦n presentes aquellas autoridades que puedan tener competencias en esas materias¡± (protecci¨®n del medio ambiente y pesca); es decir, el Gobierno de Gibraltar y la Junta de Andaluc¨ªa. M¨¢s ambigua era la nota de Foreign Office, seg¨²n la cual ambos ¡°estuvieron de acuerdo en la necesidad del di¨¢logo, en el contexto de las propuestas del secretario de Exteriores [Hague] de abril del a?o pasado para explorar un di¨¢logo ad hoc que incluya al Gobierno de Gibraltar¡±; sin citar, pero tampoco excluir, a la Junta. Por si acaso, Picardo reafirm¨® ese mismo d¨ªa su apuesta por el foro tripartito ¡ªque rechaza el Gobierno del PP porque sienta a la colonia en igualdad de condiciones con dos Estados soberanos¡ª y mostr¨® su rechazo absoluto a la creaci¨®n de grupos de trabajo sobre pesca o medio ambiente, ¡°asuntos que son de exclusiva competencia del Gobierno de Gibraltar¡±.
Exteriores sostiene que la creaci¨®n de los grupos ad hoc fue propuesta por el propio Hague en una carta de 14 de abril de 2012, pero Rajoy no lo da por hecho y el pasado viernes, tras la audiencia con el Rey en Palma de Mallorca, reivindic¨® la negociaci¨®n a cuatro bandas.
Si Londres sigue dando derecho de veto a las autoridades gibraltare?as, advierten fuentes diplom¨¢ticas, no habr¨¢ di¨¢logo, ni sobre pesca ni sobre nada.
La baza que se guarda el Gobierno es la creaci¨®n de una ¡°tasa de congesti¨®n¡± de 50 euros a todo veh¨ªculo que entre o salga del Pe?¨®n. Margallo asegura que no se cobrar¨¢ a los m¨¢s de 4.000 trabajadores espa?oles que cada d¨ªa van al Pe?¨®n y la ha comparado con la tasa que pagan los autom¨®viles por acceder al centro de Londres. Fuentes diplom¨¢ticas admiten que se est¨¢ estudiando cuidadosamente la f¨®rmula, para asegurarse de que es compatible con la legislaci¨®n comunitaria. Si se aplica, resultar¨¢ menos rentable el contrabando de tabaco y m¨¢s costoso residir en Gibraltar y tener una vivienda en la Costa del Sol, como hacen 6.700 llanitos. Sin llegar al extremo de cerrar la verja, como hizo hace 44 a?os el ministro Fernando Mar¨ªa Castiella, el mismo que dio la batalla por Gibraltar en la ONU.
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