Una frontera parada por los papeles
Primer d¨ªa sin colas en la Verja en las ¨²ltimas semanas La revisi¨®n de la documentaci¨®n al entrar y el registro del coche al salir causa las retenciones
El primer paso de entrada lleva a toparse con los polic¨ªas espa?oles, que reclaman el DNI o el pasaporte. Si se quiere penetrar con menores, hay que mostrar el Libro de Familia. Este paso suele ser r¨¢pido. Los polic¨ªas espa?oles pr¨¢cticamente revisan de reojo los papeles cuando se trata de personas con documentaci¨®n espa?ola o gibraltare?a. De la misma forma act¨²an los agentes del Pe?¨®n. Eso s¨ª, en alguna ocasi¨®n, de forma espor¨¢dica, los agentes aduaneros brit¨¢nicos, preguntan a los ocupantes del turismo: ¡°?Tienen algo que declarar?¡±.
Los problemas y las retenciones surgen a la entrada cuando el control de la polic¨ªa espa?ola se ralentiza al revisar uno por uno los documentos de quienes viajan a bordo de los veh¨ªculos, e incluso se solicita la carta verde del seguro (certificado internacional) del veh¨ªculo. El retraso es breve por coche, apenas unos minutos, pero provoca que, poco a poco, las esperas se vayan multiplicando y se alargue la cola en la avenida Pr¨ªncipe Felipe de La L¨ªnea, la v¨ªa que conecta el casco urbano con la Verja.
A la salida, los veh¨ªculos enlazan desde la zona del aeropuerto gibraltare?o con la avenida Winston Churchill, que lleva hasta las explanadas donde el tr¨¢fico empieza a ser repartido de forma ordenada y minuciosa para llegar al control. All¨ª, al igual que a la entrada, los funcionarios espa?oles reclaman otra vez la documentaci¨®n para entrar a Espa?a. Una vez superado este tr¨¢mite, los veh¨ªculos llegan a la zona de cabotaje, donde son inspeccionados por la Guardia Civil. Es el lugar en el que se produce el verdadero freno de las colas. Aqu¨ª los agentes inspeccionan los turismos en busca de mercanc¨ªas il¨ªcitas, principalmente tabaco.
En las conversaciones del Foro de Di¨¢logo, los Gobiernos de Espa?a, Reino Unido y Gibraltar decidieron crear dos carriles de salida, uno rojo y otro verde, para quienes ten¨ªan o no mercanc¨ªas que declarar. Pero cuando se ordena incrementar los controles, ambos carriles se convierten en uno y todos los turismos son inspeccionados por los cuatro agentes que suelen prestar servicio en cada turno en el puesto aduanero. Cada coche se revisa minuciosamente, se obliga a sus conductores a abrir cada compartimento del veh¨ªculo y, en algunos casos, los perros policiales olisquean buscando algo il¨ªcito.
Siempre que el Gobierno espa?ol ha endurecido los controles aduaneros ha sido porque se ha sistematizado este procedimiento. Hasta nueve horas de espera tuvieron que soportar quienes cruzaron al Pe?¨®n el d¨ªa 28 de julio y hasta tres horas quienes casi a diario han cruzado entre las 16.00 y las 20.00 en las ¨²ltimas semanas. En horarios de salida de los trabajadores espa?oles o durante las tardes de los viernes, cuando numerosos gibraltare?os que parten hacia sus segundas viviendas en Espa?a, el n¨²mero de veh¨ªculos se multiplica y las colas se alargan hasta atascar incluso el centro de Gibraltar.
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