El a?o con menos superficie forestal incendiada en medio siglo
Los expertos apuntan a una primavera h¨²meda y un verano sin olas de calor
A falta de cuatro meses para acabar el a?o y a uno de salir de la ¨¦poca m¨¢s sensible para los incendios, 2013 es el a?o con menos superficie quemada en el ¨²ltimo medio siglo. Se trata tambi¨¦n del que menos extensi¨®n abrasada ha acumulado en la ¨²ltima d¨¦cada, comparando solo el periodo entre enero y agosto.
Son, aun as¨ª, 25.027 hect¨¢reas arrasadas por el fuego en lo que va de a?o en Espa?a, la mitad en julio, 25.000 campos de f¨²tbol, 90.000 menos que la media de la ¨²ltima d¨¦cada y 175.000 menos que 2012, un a?o especialmente crudo para los bosques espa?oles. Hay que remontarse hasta 1963 para encontrar una cifra tan baja: 22.679 hect¨¢reas, frente a cuatro picos de m¨¢s de 400.000. Los expertos alertan de que el final del verano puede traer un repunte de las llamas. Explican que, pese a que el riesgo de incendios est¨¢ siempre presente, la primavera especialmente larga de este a?o y la falta de olas de calor muy intensas en julio han sido las condiciones id¨®neas para contener las llamas.
¡°Es espectacular¡±, exclama Miguel ?ngel Soto, responsable de la campa?a de bosques de Greenpeace, aunque se remite a 2006 para moderar su optimismo: ¡°A principios de agosto, la estad¨ªstica iba muy bien, pero entre el 4 y el 16 de ese mes ardieron casi 80.000 hect¨¢reas. Fue una oleada con hasta cien incendios activos en Galicia que provocaron una gran alarma social porque en las R¨ªas Baixas no se ve¨ªa el sol¡±. El experto en ecolog¨ªa del fuego Jaime Baeza apunta que lo de este a?o se debe a ¡°coincidencias en el tiempo y en el riesgo¡±. Jonathan G¨®mez Cantero, vocal del Colegio de Ge¨®grafos de Espa?a, a?ade que tras un a?o tan duro como el pasado, la poblaci¨®n est¨¢ m¨¢s concienciada. El aumento de las detenciones e imputaciones son ejemplarizantes: 268 en 2010, 493 en 2011 y 672 en 2012.
Marzo fue ¡°extremadamente lluvioso¡±, seguido de un abril, mayo y junio m¨¢s fr¨ªos de lo normal, seg¨²n los informes anuales de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet), que por primera vez, elabora a diario un ¨ªndice de peligro de incendios donde especifica las zonas con mayor riesgo en base a la f¨®rmula del 30/30/30: las peores condiciones para que un incendio se propague son temperaturas superiores a los 30 grados, vientos a m¨¢s de 30 kil¨®metros por hora y una humedad inferior al 30%. Pero las condiciones meteorol¨®gicas son solo un caldo de cultivo en el que cualquier despiste se convierte un la chispa tr¨¢gica.
Otro de los condicionantes es el lugar donde se produce, espeta Diana Colomina, coordinadora de restauraci¨®n forestal de WWF. ¡°La orograf¨ªa es fundamental. Si en 15 o 20 minutos no se accede al centro del incendio, se expande y es muy dif¨ªcil de controlar¡±. Fue el caso, el a?o pasado, del fuego de La Gomera, que se comi¨® un 11% de las 4.000 hect¨¢reas de la isla, que los servicios de emergencias tardaron 12 d¨ªas en sofocar.
El 90% de la superficie espa?ola es rural, pero solo el 20% de la poblaci¨®n vive en esas zonas. El abandono de los bosques, en muchas ocasiones repoblados en los a?os sesanta para comercializar su madera, ha dejado una masa de sotobosque muy densa que arde con facilidad. Las causas, sin embargo, no dependen tanto del tipo de vegetaci¨®n como de la acci¨®n humana, recuerda Soto. El hombre est¨¢ detr¨¢s del 97% de los fuegos, aunque algo m¨¢s de la mitad son inintencionados, por ejemplo, por construir hogueras en temporada estival o utilizar herramientas de fuego en zonas rurales secas.
Las centellas de una radial devolvieron la pesadilla a las Cortes de Pall¨¤s (Valencia) el ¨²ltimo verano. Unas 30.000 hect¨¢reas que ya hab¨ªan sufrido el fuego en 1994 ardieron durante d¨ªas. Varias colillas mal apagadas, incendiaron 9.000 hect¨¢reas en L'Empord¨¤ (Girona). Este mes de julio, en Mallorca, un descuido al apagar una barbacoa acab¨® con 2.300 hect¨¢reas de vegetaci¨®n de unas monta?as protegidas por la UNESCO. Aunque el error humano es inevitable, la vuelta al campo de muchas familias golpeadas por la crisis, puede estar tambi¨¦n detr¨¢s del apaciguamiento, coinciden los expertos.
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