Rajoy y la creaci¨®n del caos
El dontancredismo va unido casi siempre en la gesti¨®n del PP a una injustificada prepotencia.
En el fondo, lo que m¨¢s importa en el reciente rifirrafe del PP sobre la financiaci¨®n de Catalu?a, es lo que tiene de indicador de irracionalidad. Pueden ser discutibles tanto la f¨®rmula de S¨¢nchez-Camacho, consistente en conceder una serie de ventajas a la comunidad aut¨®noma, como la oposici¨®n rotunda de Cospedal y de otros dirigentes regionales a que tal cosa tenga lugar. Resulta en cambio absurdo que un cambio de esa entidad sea planteado primero, y rechazado a continuaci¨®n, dentro del partido de gobierno, sin estudio ni discusi¨®n interna que previamente hiciera posible una postura unificada y razonada ante la opini¨®n. No est¨¢n las cosas en Catalunya, con Mas y Junqueras en plan de locomotoras por la independencia, como para que desde el principal centro de decisiones espa?ol se hiciera esta exhibici¨®n de inseguridad.
Dec¨ªa el historiador Jos¨¦ Antonio Maravall que para los conservadores gobernar es resistir. En el caso particular de Rajoy, ante la emergencia de los conflictos, gobernar es quedarse clavado. Estamos ante un panorama opuesto al trazado por Cameron en Reino Unido ante el independentismo escoc¨¦s. Lo l¨®gico es que Rajoy no entre en clinch con Mas, e incluso en esto falla, con la famosa apelaci¨®n a la ¡°grandeza¡± del l¨ªder catal¨¢n, signo de su vac¨ªo mental sobre el tema y que adem¨¢s le viene devuelta de inmediato como un bumer¨¢n. Pero un gobierno tiene muchos medios, y de Londres pod¨ªa tomar ejemplo para desarrollar una pol¨ªtica de esclarecimiento ideol¨®gico y econ¨®mico. A estas alturas, lo del ¡°expolio¡± se lo han tragado y parecen desconocer la importancia de estudiar una reforma profunda de la financiaci¨®n auton¨®mica, no solo para Catalu?a. Un m¨ªnimo esbozo de configurar una c¨¦lula plural de especialistas para debatir el tema en un centro de estudios oficial se qued¨® en un simulacro. La defensa de la Constituci¨®n se convierte as¨ª en un muro de contenido exclusivamente negativo, adecu¨¢ndose as¨ª a la imagen difundida por el oponente. Sobre la oferta federal de los socialistas, por lo dem¨¢s encerrada aun en un marco intencionado de doble personalidad (no en Madrid, s¨ª del PSC), rechazo no argumentado. Desde el viejo debate parlamentario con Rubalcaba en la gestaci¨®n del Estatut, tengo la impresi¨®n de que Rajoy simplemente no sabe.
Ahora bien, el dontancredismo va unido casi siempre en la gesti¨®n del PP a una injustificada prepotencia. La respuesta de Montoro sobre los salarios ha sido, siguiendo esta l¨ªnea de conducta, todo un ejemplo de desconocimiento de los usos parlamentarios. Para apuntalar su inveros¨ªmil afirmaci¨®n sobre la subida de salarios, en vez de aportar datos, tira de chuler¨ªa, no explica nada y se pone en maestro displicente. En gran medida, tal actitud corresponde a la de tantos personajes incorporados a puestos gestores por el PP, sobre la base de influencias personales, derechismo profundo, recomendaciones e incompetencia demostrada. No exagero. Ser¨ªa ¨²til seguir sus pistas, que estar¨ªan salpicadas de rasgos de humor negro. Eso s¨ª, tienen un acendrado sentido patrimonial del poder. As¨ª nos gobiernan y as¨ª nos va.
La ¨²ltima muestra es la LOMCE de Wert, que desde su t¨ªtulo incurre en contradicci¨®n terminol¨®gica, en un ox¨ªmoron, pues es absurdo hablar de ¡°mejora¡± cuando se ha desprovisto a la educaci¨®n de tantos recursos econ¨®micos. Solo que en este como en otros temas (educaci¨®n, sanidad, pronto aborto), la restricci¨®n econ¨®mica resulta compatible con una firme orientaci¨®n reaccionaria. Basta con atender al significado de la supresi¨®n de la Ciudadan¨ªa como asignatura, sustituy¨¦ndola por Religi¨®n, y por el a?adido surrealista de Valores culturales y sociales, luego ¨¦ticos, para percibir hasta qu¨¦ punto la presunta reforma tecnocr¨¢tica est¨¢ sometida a las presiones de una Iglesia preconciliar, la de Rouco, kikos, Opus, y dem¨¢s. El Papa Francisco no ha llegado a Espa?a. La formaci¨®n para la democracia es rechazada y sustituida por cosas que ni siquiera tienen apariencia de asignatura.
Este solo es un componente m¨ªnimo de una contrarreforma, dirigida como siempre en el PP a la externalizaci¨®n de los centros de decisi¨®n, supervisi¨®n y gesti¨®n, privando a la estructura educativa de todo elemento de autonom¨ªa. El centro de poder est¨¢ fuera, vinculado a la esfera privada en sus intereses, pero actuando sobre el sector p¨²blico, incluidos controles aberrantes y vetos externos sobre el profesorado. Todo juega a favor de la ense?anza concertada, la suya. Y para rematar, Wert cree llegado el momento de acabar con la inmersi¨®n en catal¨¢n para Catalunya. Buen momento para promover all¨ª ¡ªy aqu¨ª con lo dem¨¢s¡ª una insumisi¨®n generalizada. Caos.
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