Reiniciar el PSOE
El partido socialista tiene la necesidad de limpiar unas organizaciones totalmente anquilosadas
El PSOE ha decidido dar una oportunidad a las ideas con una conferencia pol¨ªtica que pretende sentar las bases ideol¨®gicas de su renovaci¨®n antes de poner en marcha los procedimientos de selecci¨®n de los l¨ªderes del futuro. Sin embargo, en la sociedad de la comunicaci¨®n de masas es dif¨ªcil que las se?ales de cambio lleguen a la ciudadan¨ªa, si no se dispone de un l¨ªder que les ponga rostro y credibilidad.
Que el PSOE haga sus deberes es urgente para el propio equilibrio del sistema pol¨ªtico. Amagado bajo el estilo deliberadamente pasota de su presidente, el Gobierno del PP es uno de los m¨¢s ideol¨®gicos que hemos conocido. Dec¨ªa Robert Solow que el programa de las pol¨ªticas conservadoras ¡°ha sido siempre la distribuci¨®n de la riqueza en beneficio de los m¨¢s ricos y de poder en beneficio de los m¨¢s poderosos¡±. El Gobierno de Rajoy cumple a rajatabla este principio, en un pa¨ªs en el que la desigualdad hace estragos, los salarios se hunden ¡ªser mileurista hoy parece una ganga¡ª, los impuestos castigan a las rentas del trabajo y no se garantizan las condiciones para una vida digna ni siquiera a los que tienen empleo.
El punto de partida de los socialistas no es bueno. Las actuales pol¨ªticas de austeridad son una continuaci¨®n de las que inici¨® Zapatero en 2010. El PSOE sali¨® de aquella experiencia de gobierno completamente desnortado, con una crisis an¨ªmica de la que no se ha recuperado. Y comparte con el resto de la socialdemocracia europea la dificultad para encontrar un discurso que le devuelva la confianza de las clases medias y populares. Estas viven en un gran desconcierto, por el empobrecimiento y por la p¨¦rdida de referencias culturales en vertiginosos procesos de cambio. Las otras crisis de la crisis, la social, por supuesto, pero tambi¨¦n la antropol¨®gica (la aceleraci¨®n que ha dado lugar al mito de la competitividad o la adaptaci¨®n de un ser anal¨®gico a un mundo digital), la cultural (la transformaci¨®n de elementos articulares de la vida como la familia, la religi¨®n y el trabajo y la convivencia con gentes de tradiciones diferentes), la moral (el nihilismo, la idea de que todo es posible y la negaci¨®n de los espacios de responsabilidad compartida en nombre de un individuo econ¨®mico sin otra gu¨ªa que sus intereses), han sumido a muchos ciudadanos en el desconcierto de la falta de referentes, sin que la izquierda haya sido capaz de renovar los suyos y ofrecerles nuevas perspectivas.
A este problema general de la socialdemocracia hay que a?adir otro espec¨ªfico de Espa?a: la crisis del r¨¦gimen pol¨ªtico del que el PSOE y el PP han sido las piezas articulares. ¡°En Espa?a aguantamos hasta que el edificio se derrumba¡±, ha dicho Santiago Mu?oz Machado, despu¨¦s de levantar acta de que el sistema institucional est¨¢ lleno de agujeros y urge reformar la Constituci¨®n. Esta deber¨ªa ser la primera l¨ªnea de trabajo de la conferencia socialista, sabiendo que la renovaci¨®n del r¨¦gimen empieza por el PSOE mismo. Este partido tiene un problema de programa, pero tambi¨¦n la necesidad de limpiar unas organizaciones territoriales totalmente anquilosadas que, en vez de atraer a la gente, la escupen. PSOE y PP han sido beneficiarios principales del r¨¦gimen gripado que hay que reparar. Se entiende su resistencia. Pero el hundimiento del edificio les puede pillar debajo.
Patxi L¨®pez ha dicho que ¡°ser progresista es tener una alternativa a lo que est¨¢ pasando¡±. Vasto programa. Bastar¨ªa que el PSOE fuera capaz de ampliar realmente el campo de lo posible. Por eso es prioritaria la renovaci¨®n de su lenguaje y es imprescindible dejar de mimetizar a la derecha. No se puede repetir como una cotorra el listado de t¨®picos que emanan del poder normativo del dinero: austeridad, competitividad, emprendedores, esfuerzo, privatizaciones, y otras lindezas. Hablar de futuro es hablar de gobernabilidad en un momento en que hay indicios de que el mundo financiero vuelve a las andadas. Y eso requiere pol¨ªtica europea. Pero, tambi¨¦n, decir la verdad sobre el trabajo y prepararnos para una sociedad en la que el empleo ser¨¢ un bien escaso y no enga?ar con promesas de reducci¨®n del paro que ninguna se?al confirma a medio plazo. Y recuperar la idea de justicia en un momento en que las desigualdades ponen la democracia en peligro. Hay que perder el miedo a la ciudadan¨ªa, porque solo si esta recupera cierta capacidad de intimidaci¨®n cambiaran algunas cosas. A la izquierda no le sienta bien el papel de defensora del statu quo. Sin la idea de cambio y de progreso, el PSOE no ser¨¢ m¨¢s que un recambio de la derecha en los momentos de desgaste. Solo con actualizaciones potentes se reiniciar¨¢ con ¨¦xito el partido.
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