El oto?o de los patriarcas
La reivindicaci¨®n de su figura, el inter¨¦s por la Transici¨®n y el deseo de influencia de las editoriales explican el aluvi¨®n de libros de pol¨ªticos hist¨®ricos
Imposible circular ayer por cierto Madrid sin toparse con un expresidente del Gobierno hablando de su libro. Por la ma?ana, Felipe Gonz¨¢lez disertaba sobre el liderazgo en tiempos de crisis con los tejados de la Gran V¨ªa de fondo en el C¨ªrculo de Bellas Artes, ante un centenar de periodistas que iban a preguntarle sobre Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y la Conferencia Pol¨ªtica del PSOE. Por la tarde, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar glosaba las mieles de sus a?os de mayor¨ªa absoluta en un hotel de La Castellana que alguna vez fue moderno, ante un multitudinario auditorio de partidarios y los mismos periodistas de por la ma?ana, que iban a preguntarle sobre sus discrepancias con Rajoy.
As¨ª, a su estilo, presentaron sus obras los dos expresidentes m¨¢s p¨²blica y notoriamente distanciados entre ellos de la democracia. ¡°Dudo que se preste a leer algo que no sea su propia Biblia¡±, le solt¨® Felipe Gonz¨¢lez a un reportero que se ofreci¨® a llevarle su libro a Aznar m¨¢s tarde. Junto a los pr¨®ceres, sus editores ¡ªMiguel Aguilar (Debate) y Carlos Rev¨¦s (Planeta)¡ª no disimulaban su satisfacci¨®n. Poco o nada es casual en el negocio, y la fecha de presentaci¨®n est¨¢ estudiada al mil¨ªmetro. Cuanto m¨¢s agitada est¨¦ la actualidad, m¨¢s cobertura. Independientemente del contenido y calidad del libro, la prensa aguanta la charla por llevarse su titular. Los pol¨ªticos, su ba?o de jab¨®n. Y los libreros, la cita gratuita de su producto en los medios. Todos contentos.
Gonz¨¢lez, con En busca de respuestas (Debate), y Aznar, con El compromiso del poder (Planeta), se suman a la publicaci¨®n, en octubre, de Puedo prometer y prometo (Plaza y Jan¨¦s), la memoria de los a?os del periodista Fernando ?nega como jefe de prensa del expresidente Adolfo Su¨¢rez, y a la pr¨®xima aparici¨®n, el 26 de noviembre, de El dilema, 600 d¨ªas de v¨¦rtigo (Planeta), la evocaci¨®n del expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero de la crisis econ¨®mica que se llev¨® por delante su mandato. Adem¨¢s, est¨¢n al caer Recuerdos, 40 a?os de servicio p¨²blico, (Deusto), del exministro de Econom¨ªa Pedro Solbes; La Espa?a que so?¨¦ (Catarata), las memorias del expresidente del Congreso Fernando ?lvarez de Miranda; y Contra la ceguera, 40 a?os de lucha por la utop¨ªa (Catarata), del expresidente del PCE, Julio Anguita.
Estas novedades, sumadas a las memorias de Alfonso Guerra y Jos¨¦ Bono, a¨²n en el mercado, conforman una in¨¦dita cosecha oto?al de patriarcas pol¨ªticos en las librer¨ªas. La pregunta es si tendr¨¢ o no salida en un mercado, el editorial de no ficci¨®n, en profunda crisis, y en un momento en el que los ciudadanos expresan en las encuestas y en la calle su desafecci¨®n, cuando no su desprecio, hacia los dirigentes pol¨ªticos.
¡°Esto es contraprogramaci¨®n¡±, bromeaba, sard¨®nico, Felipe Gonz¨¢lez sobre la coincidencia de su presentaci¨®n con la de Aznar, provocando la risa de un p¨²blico que, mayoritariamente, era adolescente, ni?o o ni siquiera hab¨ªa nacido cuando ¨¦l lleg¨® al poder en 1982.
Isabel Burdiel (1958), premio nacional de Historia 2011, estima que, lejos del desapego con los pol¨ªticos actuales, s¨ª existe un inter¨¦s creciente por los protagonistas de la Transici¨®n. ¡°Todo esto vuelve porque estamos en un momento muy dif¨ªcil, y queremos saber de d¨®nde venimos, c¨®mo abordaron los retos de entonces, para ver si nos sirve para los de ahora. El tiempo les ha dado estatura a estos personajes. En el momento del ¡®y t¨², m¨¢s¡¯, tenemos nostalgia de aquellos consensos. Ahora pasa lo contrario que en la Transici¨®n: est¨¢n m¨¢s encabronados los pol¨ªticos entre s¨ª que la poblaci¨®n en la calle, y no est¨¢ mal que se conozca la historia, aunque solo sea para no repetirla¡±, opina.
Los 50.000 ejemplares que lleva despachados Puedo prometer y prometo, la memoria de Su¨¢rez en la pluma de ?nega, han sorprendido, pero no tanto, a David Tr¨ªas, el editor que persigui¨® al periodista hasta lograr que escribiera el libro. ¡°Su¨¢rez es un caramelo¡±, afirma Tr¨ªas. ¡°Carism¨¢tico para ellos, y para ellas, que compran m¨¢s libros. La enfermedad lo ha convertido en un mito. Y, dada la imposibilidad de que ¨¦l escriba, la suma de su nombre y una firma de prestigio fue una apuesta todo lo segura que puede ser en este negocio¡±, reconoce. ?nega es m¨¢s modesto: ¡°Publiqu¨¦ el primero, y quien golpea primero, golpea dos veces. Pero Su¨¢rez interesa. Fue denostado por todos. Pero hay un gran desconocimiento entre j¨®venes y no tanto del esfuerzo colectivo para cambiar la dictadura y construir el Estado de derecho, y quiero pensar que tambi¨¦n curiosidad¡±.
Tr¨ªas y ?nega omiten qu¨¦ adelanto acordaron, pero vi¨¦ndole la cara del editor, se nota que fue una apuesta rentable. No siempre es as¨ª. Es vox populi en el sector que el Grupo Planeta, que ha publicado las memorias de Aznar, Bono, Guerra y, ahora, Zapatero, y sus adelantos millonarios ¡ªun mill¨®n por las de Aznar, 0,8 por las de Bono, cifras no desmentidas¡ª se han estrellado con unas ventas ¡ª30.000-40.000 ejemplares¡ª diez veces menores del umbral de rentabilidad de semejante ¨®rdago. ¡°Leyendas urbanas¡±, arguye Ram¨®n Perell¨®, portavoz del Grupo. ¡°La rentabilidad depende de la venta y las condiciones contractuales, pero todos nuestros libros han tenido inter¨¦s para los objetivos que nos gu¨ªan: ofrecer obras de calidad y referencia. Entendemos que los ciudadanos tienen derecho a reclamar esos textos, a esa rendici¨®n de cuentas¡±.
Dado que las editoras no son ONG, parece que el prestigio, y la influencia supuestamente asociada al hecho de contar con esos autores en su cat¨¢logo puede ser otro acicate para publicarlos.
Juli¨¢n Casanova, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea, no tiene prisa por leer las memorias de Aznar o de Zapatero, aunque lo acabar¨¢ haciendo. ¡°El g¨¦nero no cuenta con grandes figuras en Espa?a. Suelen ser planas, banales, insustanciales y, lo peor, aburridas. Una mezcla de ¡®yo estuve all¨ª¡¯, ¡®hice lo que deb¨ªa¡¯ y ¡®esto habr¨ªa que hacer¡¯ para lavar su imagen y ajustar cuentas con el pasado. A¨²n as¨ª¡±, a?ade, ¡°son valiosas para un historiador. Mejor una mala memoria que ninguna¡±.
El 21 de noviembre, Fernando ?lvarez de Miranda, el presidente del Congreso que firm¨® la Constituci¨®n, presenta sus memorias en el hemiciclo. ¡°Era ahora o nunca, hija¡±. En enero cumple 90 a?os.
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