Madrid, impotente ante la basura
Vecinos, comerciantes y hasta el PP critican la incapacidad de la alcaldesa para atajar la protesta El Ayuntamiento descarta, de momento, la alerta sanitaria
Nueve d¨ªas lleva la basura acumul¨¢ndose en las calles de Madrid. Y, de momento, no hay visos de soluci¨®n. El PP empieza a desesperarse con la gesti¨®n del conflicto por parte de su alcaldesa, Ana Botella, que da?a la imagen del partido. El presidente regional, Ignacio Gonz¨¢lez, pidi¨® ayer ¡°m¨¢s contundencia¡± contra los piquetes. Y es que cuatro d¨ªas tard¨® la regidora en reunirse con unas contratas que no son capaces de pactar con sus 6.000 trabajadores tras decidir m¨¢s de 1.000 despidos.
Una cadena de decisiones pol¨ªticas tomadas en los despachos del Ayuntamiento que, en principio, ten¨ªan por objeto mejorar la gesti¨®n de los servicios municipales y, de paso, ahorrar, ha acabado con cientos de trabajadores al borde del despido, zonas de la ciudad cubiertas por toneladas de basura, residentes enfadados, medios extranjeros estupefactos y una alcaldesa superada.
Botella llevaba a?os ya, desde que era edil de Medio Ambiente con Alberto Ruiz-Gallard¨®n como regidor, preparando una revoluci¨®n en los servicios de basura, alumbrado y parques. Su prop¨®sito era agrupar decenas de contratos y aprovechar para reducir su coste. En el caso de la limpieza viaria, la rebaja iba a ser del 10%. Pero el Ayuntamiento incentiv¨® que las empresas compitieran por esos contratos con reducciones de precio adicionales, de forma que la licitaci¨®n se produjo finalmente con un recorte de hasta el 33% sobre el coste inicial.
Botella acept¨® esa rebaja porque le conven¨ªa para ahorrarse dinero (373 millones). Y a¨²n le conviene: la oposici¨®n (PSM, IU y UPyD) le ha instado a cambiar la concesi¨®n para eliminar las bajas suicidas de precio, pero, m¨¢s all¨¢ de que anular la licitaci¨®n, obligar¨ªa probablemente a indemnizaciones millonarias.
Antes de licitar el contrato, el Ayuntamiento asegur¨® que no se producir¨ªan despidos porque los convenios de los cerca de 6.000 barrenderos obligaban a las concesionarias a subrogar sus servicios. Y as¨ª lo hicieron en casi todos los casos. Semanas despu¨¦s, sin embargo, las empresas aprobaron un expediente de regulaci¨®n de empleo para echar a 1.134 trabajadores.
El lunes, tras una semana de huelga, redujeron la cifra a 625, pero a cambio de fuertes bajadas de salario en un colectivo que cobra de 500 (el turno de fin de semana) a 1.300 euros. Los sindicatos lo rechazaron. Ha habido m¨¢s de media docena de reuniones con las empresas por separado y con todas juntas en la Inspecci¨®n de Trabajo sin acuerdo.
La ¨²ltima propuesta de la patronal reduce los despidos a la mitad, pero a cambio impone un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo de un mes que afectar¨ªa al resto de la plantilla. Es decir, un mes menos de trabajo a cambio de un 12% menos de sueldo, y la ¡°eliminaci¨®n de acuerdos de centros de trabajo, jubilaciones, excedencia o bajas incentivadas¡±.
Los sindicatos (UGT, CCOO y CGT) lo consideran ¡°inaceptable" y miran directamente a la alcaldesa. ¡°Botella es la ¨²nica capaz de solucionar esto, con el contrato anterior hab¨ªa un n¨²mero m¨ªnimo de trabajadores, lo que han puesto encima de la mesa es una subasta de despidos. O lo frenan o tenemos un problema¡±, se?ala Juan Carlos del R¨ªo, de UGT, la central mayoritaria en el sector.
Botella ve la huelga de limpieza como un mero conflicto laboral. En las primeras horas, acus¨® a los piquetes de ensuciar la ciudad volcando cubos de basura. Ayer, la polic¨ªa detuvo a cuatro piquetes por reventar contenedores. Al cuarto d¨ªa de paros, admiti¨® que se estaba reuniendo con las empresas para impulsar un acuerdo. Reunirse puede traducirse como presionar. Otra cosa es que pueda obligarlas. A cambio de las fuertes rebajas, el Ayuntamiento renunci¨® a fijar un l¨ªmite m¨ªnimo de trabajadores en el contrato, como hab¨ªa hasta ahora: dio mano libre a las empresas para organizarse a placer a cambio de pagar menos. Ahora que el conflicto le ha estallado, carece de margen de maniobra para solventarlo de un plumazo, como hizo en 2012 ante la amenaza de una huelga de recogida de basuras.
La alcaldesa ha maniobrado. Amenaza con descontar dinero a las empresas por la huelga, ha puesto escolta policial a los servicios m¨ªnimos, y vigila que no se produzca una alerta sanitaria. Ayer, el concejal de Medio Ambiente, Diego Sanjuanbenito, neg¨® que la hubiera, lo que inhabilita en la pr¨¢ctica al Ayuntamiento para soslayar el derecho de huelga de los trabajadores.
Y entre tanto, el resto de la ciudad desespera. Desesperan los madrile?os y los comerciantes, desespera el sector tur¨ªstico ante el deterioro de imagen internacional, y desespera el PP, cuya direcci¨®n en Madrid ve c¨®mo escapa a borbotones un cr¨¦dito que necesita para sobrevivir a las elecciones locales y auton¨®micas de 2015.
En privado, altos cargos del PP madrile?o transmiten su preocupaci¨®n por la gesti¨®n de Botella, pues consideran que, ¡°al ponerse de perfil en el conflicto¡±, contagia un problema de ¨¢mbito municipal tambi¨¦n a la Comunidad. En su opini¨®n, la alcaldesa deber¨ªa ser m¨¢s contundente con las concesionarias, informa Jos¨¦ Marcos.
Las fotograf¨ªas de contenedores desbordados y calles repletas de desechos en los principales diarios europeos (Le Monde, Frankfurter Allgemeine, The Guardian...) hicieron saltar ayer la alarma entre comerciantes y empresarios, preocupados por el impacto en la imagen de la ciudad y su efecto en el malogrado sector tur¨ªstico, en ca¨ªda libre. Madrid ha perdido un 6,7% de viajeros extranjeros en un a?o, seg¨²n el Ministerio de Industria.
La capital asociada a un cubo de basura volcado ¡°es un ara?azo a la marca Espa?a¡±, considera Hilario Alfaro, presidente de la Confederaci¨®n de Comercio de Madrid. Alfaro reclam¨® ayer al Ayuntamiento que refuerce la limpieza en las ejes comerciales y las zonas de gran afluencia tur¨ªstica, y pidi¨® a los piquetes que respeten el cumplimiento de los servicios m¨ªnimos, para los que solicita incluso la intervenci¨®n de la Delegaci¨®n de Gobierno.
Alfaro solicit¨® ¡°la mediaci¨®n del Ayuntamiento ya¡± en la negociaci¨®n de empresas y sindicatos, pues el conflicto le parece demasiado largo y teme que afecte a la campa?a de compras de Navidad. Ni los comerciantes ni los empresarios tur¨ªsticos han cuantificado de momento las posibles p¨¦rdidas. ¡°El da?o ser¨ªa incuantificable si la huelga se prolonga. Puede ser tan nefasto como el efecto que tuvo la huelga de controladores y el cierre del espacio a¨¦reo de Espa?a¡±, se?ala Jes¨²s Gatell, presidente de la Comisi¨®n de Turismo de la Confederaci¨®n de Empresarios de Madrid.
"?Est¨¢ m¨¢s sucio que Nueva York!"
Los turistas que pasean por Madrid estos d¨ªas se encuentran con una estampa muy diferente a la de las postales. ¡°La visit¨¦ por primera vez hace 12 a?os y pens¨¦ que era una de las ciudades m¨¢s limpias¡±, se queja Daniel, de Miami. ¡°?Est¨¢ m¨¢s sucio que Nueva York!¡±, exclama su compa?ero Michael.
La huelga de limpieza, que comenz¨® hace ocho d¨ªas, ha cambiado radicalmente las expectativas que ten¨ªan muchos de estos extranjeros nada m¨¢s al salir del avi¨®n. ¡°Me impresionaron mucho las monta?as de basura a la salida del aeropuerto¡±, explica Joanna, que viene de Londres por motivos de trabajo. Su compa?ero Paul tambi¨¦n confirma esta sensaci¨®n: ¡°Est¨¢ todo muy desordenado. No recuerdo haber visto Madrid as¨ª la ¨²ltima vez que vine¡±.
¡°Es muy decepcionante¡±, afirma Cinzia Richardson, de Nueva Jersey, que visit¨® la ciudad hace 20 a?os. ¡°Recordaba una ciudad bonita y ahora ves que la basura no ha sido recogida durante d¨ªas¡±, se lament¨®.
En la Puerta de Sol, Hugo, de Hong Kong, opina que es una ¡°situaci¨®n de emergencia¡±, sobre la que se deber¨ªa actuar. ¡°Madrid est¨¢ perdiendo su rostro. Toda esta basura tirada destruye su imagen internacional¡±, dice. ¡°He visto a muchos turistas sacar fotos a la basura, y eso no est¨¢ bien¡±.
Para otros, su primera vez en la capital ha sido imponente. ¡°Me qued¨¦ en shock¡±, relataba Stephanie, una londinense de vacaciones. ¡°Cuando llegu¨¦ este s¨¢bado hab¨ªa basura por todas partes. No olvidar¨¦ la imagen de la plaza de la ?pera cubierta de desperdicios¡±, a?ade.
¡°Se ve muy deteriorada la ciudad. Es la primera vez que vengo, y la verdad es que esto da muy mal aspecto¡±, comenta Miguel, un venezolano que estar¨¢ de vacaciones una semana.
Por la calle del Arenal, atiborrada de papeles y desperdicios, Ma?a y Tove, dos chicas de Serbia y Noruega, pasean tranquilamente. Les parece ¡°extra?o¡± caminar por una v¨ªa llena de desperdicios en una ciudad tan tur¨ªstica, pero siguen apreciando el atractivo de la capital. Desde que llegaron, hace apenas un d¨ªa, les ha llamado la atenci¨®n la actitud de la gente. ¡°Una de las cosas que m¨¢s me asombr¨® esta ma?ana es la iniciativa de muchos vecinos que recog¨ªan la basura por su propia cuenta¡±, se?ala Tove.
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