F¨¢brica de cuchillas entre c¨ªtricos
Una empresa malague?a confecciona en exclusiva las concertinas de Melilla
La concertina que corona la valla fronteriza de Melilla se fabrica en una nave de 3.600 metros cuadrados ubicada en un municipio malague?o de 23.664 habitantes: C¨¢rtama, en el valle del Guadalhorce, conocido por sus cultivos de c¨ªtricos. La empresa European Security Fencing (ESF) tiene patentado desde 2003 el t¨¦rmino que define este alambre con cuchillas en forma de acorde¨®n que se utiliza para evitar el paso en territorios y propiedades privadas, adem¨¢s de las herramientas que aceleran su confecci¨®n. ¡°Ven, c¨®gelo¡±, invita Antonio Mora, gerente de la compa?¨ªa, rodeando fuerte con la mano uno de los rollos para intentar demostrar que pueden pinchar, pero ¡°no cortan¡±.
La empresa est¨¢ integrada en el Grupo Mora Salazar, propiedad de Antonio y de sus tres hermanos, y es la ¨²nica de toda Europa que elabora este producto. La factor¨ªa trabaja en ¨¢mbitos diversos y sus clientes se cuentan por miles. La OTAN, el Ministerio de Defensa franc¨¦s y Gobiernos de otros pa¨ªses, urbanizaciones o empresas como Repsol y Endesa demandan las concertinas para uso militar o para cerrar per¨ªmetros de seguridad. En la factor¨ªa malague?a trabajan 12 operarios de media y en momentos punta se pueden alcanzar los 70 trabajadores.
Existen 11 modelos de concertinas. El que se ha colocado en la valla de Melilla es un rollo de 70 cent¨ªmetros de di¨¢metro con una cuchilla de 22 mil¨ªmetros de largo y 0,5 de grosor. ¡°La tapa de una lata de at¨²n o de anchoas tiene un espesor de 0,2 mil¨ªmetros, corta m¨¢s¡±, argumenta Mora, defensor de este m¨¦todo de seguridad ¡°disuasorio¡±. La concertina de la pol¨¦mica tiene 55 espirales (o vueltas) y se extiende, una vez desplegada como un acorde¨®n, a lo largo de ocho metros. En el paso fronterizo se han cubierto dos kil¨®metros y medio. Se ha colocado encima de una malla de seis metros de altura que es m¨¢s tupida de lo habitual en las lindes entre pa¨ªses. El objetivo es evitar que una persona pueda trepar por ella.
En las instalaciones del grupo Mora Salazar hay ahora mismo siete remolques listos para partir rumbo a Kuwait, cargados de concertinas destinadas a delimitar un terreno que el ej¨¦rcito de ese pa¨ªs ocupar¨¢ para hacer maniobras. Mora abre diligente las puertas de los carros y muestra el material que fabrica en exclusiva en Europa. Hay otras empresas en China, EE UU y Sud¨¢frica.
Antonio Mora ten¨ªa poco m¨¢s de 20 a?os cuando puso el germen del grupo empresarial. En 1975 empez¨® a hacer cerramientos rurales y despu¨¦s se especializ¨® en vallados de alta seguridad para las fincas de c¨ªtricos del Guadalhorce, que necesitaban protecci¨®n ante posibles robos. Los encargos de otros puntos del pa¨ªs no tardaron en llegar. ESF ha surtido de concertinas a m¨¢s de una veintena de c¨¢rceles espa?olas. La primera, la de Due?as (Palencia), en los a?os 90. Fue el primer contacto con las cuchillas. A finales de esa d¨¦cada salieron los primeros pedidos para las vallas de Ceuta y Melilla. La empresa ha exportado su producto a los cinco continentes, y entre sus clientes hay centrales nucleares, urbanizaciones privadas, empresas pirot¨¦cnicas, centrales el¨¦ctricas, centros de internamiento de menores¡ Los buques que navegan por el ?ndico tambi¨¦n han recurrido a concertinas para disuadir a los piratas. ESF trabaja ahora en un m¨¦todo similar pero menos agresivo. Ya lo tiene patentado, pero Mora guarda silencio sobre los detalles.
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