Historiadores y expertos critican el manique¨ªsmo de un congreso envenenado

¡°Es un error¡±, ¡°equ¨ªvoco y poco prudente¡±, ¡°simplista¡±, ¡°confunde pol¨ªtica e historiograf¨ªa¡±, ¡°infantil y maniqueo¡±, ¡°no es un encuentro cient¨ªfico, sino un alegato a favor de una causa¡±. Hac¨ªa tiempo que un congreso de historia no causaba tanto revuelo y tantos comentarios, la mayor¨ªa ajenos al mundo acad¨¦mico, y es in¨¦dito que un encuentro de historiadores sea protagonista en los medios antes de que se celebre. El simposio Espa?a contra Catalu?a: una mirada hist¨®rica (1714- 2014), que arranca hoy en el Institut d¡¯Estudis Catalans de Barcelona, organizado por el Centro de Historia Contempor¨¢nea, instituci¨®n vinculada al Departamento de Presidencia de la Generalitat de Catalu?a, lleva seis meses haciendo correr r¨ªos de tinta. Los t¨ªtulos, tanto del congreso en general como de muchas de las comunicaciones que se han presentado, en las que se analiza la ¡°represi¨®n¡± institucional, militar, pol¨ªtica, cultural y administrativa en Catalu?a desde el siglo XVIII hasta la actualidad, han generado una gran pol¨¦mica.

Grandes historiadores catalanes y del resto de Espa?a muestran su desacuerdo con los planteamientos de este congreso, que se celebra al amparo de los fastos del 1714, en los que se conmemoran los 300 a?os de la ca¨ªda de Barcelona en manos de las tropas borb¨®nicas de Felipe V, y coinciden en lo desafortunado del t¨ªtulo y del planteamiento general del encuentro. Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel, catedr¨¢tico de Historia Moderna y Contempor¨¢nea de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y Premio Nacional de Historia 2012, considera que ¡°la celebraci¨®n del congreso es en s¨ª misma un error y, adem¨¢s, defiende una tesis insostenible¡±. Seg¨²n el historiador, el tema del congreso en estos momentos ¡°escandaliza a muchos, y a m¨ª tambi¨¦n¡±.

Las cr¨ªticas son partidistas o acient¨ªficas¡±, dice el director Sobrequ¨¦s

Para Garc¨ªa C¨¢rcel, que ha publicado un buen n¨²mero de estudios sobre la dial¨¦ctica Catalu?a y Espa?a, no se puede hablar de un ¡°enfrentamiento continuo y una postura victimista de Catalu?a frente a una Espa?a permanentemente opresora y tir¨¢nica desde la noche de los tiempos¡±. Presuponer esta actitud es ¡°objetivamente repudiable por la historia seria y objetiva¡±.Seg¨²n Garc¨ªa C¨¢rcel, no se pueden criticar las comunicaciones porque solo se conocen sus t¨ªtulos y sus autores, pero describir el papel de Espa?a ¡°como si fuera la madrastra de Blancanieves es algo infantil, y la historia no es un cuento de ni?os. Verlo as¨ª es una visi¨®n maniquea que se destruye por s¨ª misma. Catalu?a no es un sujeto paciente de exterminio¡±, remarca. El problema, seg¨²n ¨¦l, ¡°es que se le est¨¢ dando demasiada cancha¡±.Lo peor para el historiador es que congresos como el que comienza hoy puedan representar un retroceso a nivel historiogr¨¢fico. ¡°Espa?a es enormemente plural. Las relaciones han pasado por momentos buenos y malos. Habr¨ªa que saber de qu¨¦ Espa?as estamos hablando en cada momento¡±, explica.

En cuanto a su participaci¨®n, Garc¨ªa C¨¢rcel asegura que ten¨ªa claro que no ser¨ªa invitado: ¡°Soy demasiado molesto¡±, asegura. ¡°Los historiadores que participan no representan al gremio de los historiadores. Hay mucho soci¨®logo y mucho pol¨ªtico. No est¨¢n todos lo que tienen que estar, pero es normal. Cada a?o se celebran unos 200 congresos sobre Historia Moderna donde no participan todos los especialistas¡±, remacha.El catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, Borja de Riquer, tras asegurar que no puede opinar porque no participa en el encuentro y solo conoce los titulares de las ponencias y sus autores, no duda en descalificar tambi¨¦n el t¨ªtulo del c¨®nclave: ¡°Me parece err¨®neo, simplemente equ¨ªvoco y poco prudente¡±, explica de forma lac¨®nica.Otro de los ausentes es Joaquim Albareda, catedr¨¢tico de Historia Moderna en la Universitat Pompeu Fabra y uno de los mayores especialistas de este periodo hist¨®rico, que considera que ¡°el asunto se est¨¢ complicando excesivamente y est¨¢ tomando unas dimensiones desproporcionadas¡±.

No se puede hablar de una Espa?a siempre opresora y tir¨¢nica¡±, seg¨²n Carc¨ªa C¨¢rcel

Tras afirmar que todos los historiadores que participan le merecen absoluto respeto, y asegurar que no ha sido invitado a participar, critica abiertamente el planteamiento y el t¨ªtulo del simposio: ¡°Establece unas conclusiones antes de celebrarse, sobre una realidad que siempre es compleja y cambiante. Se trata de un enunciado aprior¨ªstico¡±. Adem¨¢s, ¡°han sido grupos dirigentes los que en determinados momentos han ido contra Catalu?a, no Espa?a en su conjunto¡±.El problema, seg¨²n Albareda, es que se ¡°est¨¢ confundiendo pol¨ªtica e historiograf¨ªa, y cada cosa tiene que estar en su lugar y no mezclarse, porque es muy contraproducente. La historiograf¨ªa catalana ha acumulado un enorme prestigio gracias a los maestros Vicens Vives, Pierre Vilar o Josep Fontana¡± y planteamientos como los del congreso ¡°parecen poner en duda este gran bagaje cient¨ªfico¡±.En todo caso, Albareda cree que los medios de comunicaci¨®n han puesto en exceso el foco en este congreso y asegura que la semana que viene la Universidad de Barcelona celebra otro sobre la guerra de Sucesi¨®n y que en abril pr¨®ximo la Pompeu Fabra, el Museo de Historia de Catalu?a y la Sorbona de Par¨ªs organizan un gran congreso internacional en Barcelona sobre los tratados de Utrecht, ¡°de los que no se ha dicho absolutamente nada¡±.M¨¢s beligerante es Jos¨¦ ?lvarez Junco, catedr¨¢tico de Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Para ¨¦l, ¡°el titular no es equ¨ªvoco, es clar¨ªsimo. Es una toma de posici¨®n que un congreso cient¨ªfico nunca debe hacer¡±. Como Albareda, coincide en que la reuni¨®n ya parte con unas conclusiones predeterminadas.

Falta sentido hist¨®rico, ¡°porque Espa?a no es una unidad que ha actuado siempre igual de forma homog¨¦nea, oprimiendo a Catalu?a, que es la v¨ªctima¡±. Para el historiador, ¡°la Espa?a del siglo XVIII era distinta a la actual; era una monarqu¨ªa absolutista que nada ten¨ªa que ver con la naci¨®n del siglo XXI. Tampoco Catalu?a funciona como una unidad porque en la Guerra de Sucesi¨®n los catalanes estuvieron en los dos bandos¡±, matiza.Para ¨¦l no se puede hablar de un encuentro cient¨ªfico, sino de un ¡°alegato de parte a favor de una causa que llegar¨¢, presumiblemente, a la culminaci¨®n en el a?o 2014¡±. Por eso, seg¨²n el historiador, no han invitado a historiadores de los dos bandos, sino ¡°a todos los que est¨¢n dispuestos a defender esa tesis. Supongo que nadie ha presentado una comunicaci¨®n en el congreso contraria a la misma. Y si lo ha hecho, la habr¨¢n rechazado¡±.

Preguntado por el hecho de que el prestigioso historiador Josep Fontana sea el encargado de la lecci¨®n inaugural con la conferencia titulada Espa?a y Catalu?a, 300 a?os de conflicto pol¨ªtico, que hoy da el pistoletazo de salida del simposio, ?lvarez Junco asegura que ¡°es un poco raro, pero cada cual hace lo que le parece en la vida. Fontana es un historiador respetable y respetado, que quiz¨¢ tenga alguna tendencia a planteamientos maniqueos, que si antes abraz¨® el marxismo r¨ªgido, ahora est¨¢ m¨¢s bien en posiciones nacionalistas¡±. Por su parte, Enric Ucelay- Da Cal, catedr¨¢tico de Historia del departamento de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, minimiza la importancia de congresos como este, ¡°que no le interesan a nadie¡±.

El t¨ªtulo es err¨®neo, equ¨ªvoco y poco prudente, afirma Borja de Riquer

El problema, seg¨²n ¨¦l, es que se celebra en un momento en el que ¡°todos se est¨¢n tirando los trastos a la cabeza¡±. El historiador, que tampoco ha sido invitado a participar, lamenta la utilizaci¨®n que se est¨¢ haciendo de la Historia por el nacionalismo catal¨¢n, aunque reconoce que ¡°entra dentro de lo normal, ya que hay congresos de todo: En Madrid se celebr¨® uno para demostrar que los visigodos eran espa?oles¡±, explica. Para ¨¦l, ¡°Espa?a no existe, ni Catalu?a tampoco; existen ideas que por un giro mental se convierten en realidad, son estadios mentales. Cuando se publiquen las actas, dentro de dos a?os o m¨¢s, nadie se acordar¨¢ del congreso¡±. Para Andreu Mayayo, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad de Barcelona, tambi¨¦n el t¨ªtulo es desafortunado. ¡°Si se trataba de organizar un congreso acad¨¦mico y cient¨ªfico, ya que en este mundo no se utiliza el blanco y el negro. Utilizar el concepto Espa?a como algo centralista y casposo, es obviar a todos los espa?oles que han intentado construir pol¨ªticas democr¨¢ticas y de autogobierno en Catalu?a¡±. Tampoco comprende la utilizaci¨®n de conceptos como ¡°expolio¡±, por inadecuado.

¡°Los responsables se descalifican ellos mismos¡±, asegura. Mayayo defiende que puede entender que un historiador pueda aparecer en un congreso en el que iba a participar que acaba teniendo un t¨ªtulo pol¨¦mico que desconoc¨ªa, pero ¡°han pasado seis meses desde que se empez¨® a hablar del tema y todos los que participan saben y aceptan el marco en el que participan y cada uno de los participantes son los responsables del t¨ªtulo de sus comunicaciones¡±.El historiador recuerda que en la primera circular del congreso aparec¨ªa una comunicaci¨®n sobre la inmigraci¨®n como factor de desnacionalizaci¨®n, que luego ha desaparecido.La opini¨®n de estos destacados historiadores contrasta con la de Jaume Sobrequ¨¦s, el responsable del simposio y director del Centro de Historia Contempor¨¢nea. El lunes, durante la presentaci¨®n del simposio, en el que participar¨¢n 200 especialistas, asegur¨® que la reuni¨®n reflejar¨¢ ¡°una realidad indiscutible¡±. En cuanto a las cr¨ªticas que ha generado tan contundente enunciado, las minimiz¨® por considerar que no proced¨ªan de ning¨²n historiador o desde una perspectiva hist¨®rica, sino que eran fruto de intereses ¡°partidistas o acient¨ªficos¡±.

Peligra el prestigio de la historiograf¨ªa catalana¡±, advierte Joaquim Albareda

En ese momento desacredit¨® la opini¨®n del prestigioso hispanista John H. Elliott, que calific¨® directamente el congreso de ¡°disparate¡±. Seg¨²n Sobrequ¨¦s, ¡°sus palabras no eran merecedoras de ninguna credibilidad porque las pronunci¨® antes de conocer a fondo el contenido del simposio¡±. Ahora, Elliott no est¨¢ solo. Mayayo considera que, entre todos, hay que intentar ¡°bajar el sufl¨¦¡± y que lo que acabe perdurando tras el congreso sea, si las hubiera, las aportaciones historiogr¨¢ficas importantes. ¡°Todos nosotros tenemos que ser m¨¢s rigurosos y estrictos con nuestro trabajo. En este momento deber¨ªamos dar m¨¢s elementos de compresi¨®n que no apuntarnos al blanco o el negro¡±. El catedr¨¢tico critica que detr¨¢s del congreso est¨¦ la Generalitat de Catalu?a: ¡°La historia la hacen los historiadores y la academia, no las instituciones. Se puede ayudar para la realizaci¨®n de congresos y reuniones, pero no liderarlos, como en este caso¡±.

El titular no es equ¨ªvoco, es una toma de posici¨®n¡±, subraya ?lvarez Junco

La historia la hacen los historiadores, no las instituciones¡±, manifiesta Andreu Mayayo