El ¡®caso G¨¹rtel¡¯, que s¨ª es el caso PP
C¨®mo Correa y su equipo encontraron en el Partido Popular de la ¨¦poca del aznarismo el terreno abonado para la corrupci¨®n en G¨¦nova, las comunidades y los Ayuntamientos
Se cumplen ahora cinco a?os de aquella ma?ana del 6 de febrero de 2009, en la que decenas de polic¨ªas se desplegaron por la exclusiva urbanizaci¨®n gaditana de Sotogrande, por algunas calles del elegante barrio de Salamanca madrile?o y por diversas poblaciones de los alrededores de la capital. El juez Baltasar Garz¨®n hab¨ªa firmado las correspondientes ¨®rdenes de registro y detenci¨®n y en la redada cayeron, entre otros, Francisco Correa y Pablo Crespo, los grandes jefes de una trama de corrupci¨®n que implicaba de arriba abajo al Partido Popular. Comenzaba a circular el caso G¨¹rtel. Dicen quienes saben alem¨¢n que correa se traduce Leine; G¨¹rtel ser¨ªa cintur¨®n. Solo matices. Cinco a?os m¨¢s tarde, casi 200 imputados esperan juicio en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. La causa, gigantesca: m¨¢s de 2.000 tomos.
Cuenta un juez de los que han intervenido en la instrucci¨®n del caso que lo que en una primera aproximaci¨®n aparentaba ser cosa de cuatro amiguetes se ha convertido finalmente en la acusaci¨®n m¨¢s directa contra la transparencia en la financiaci¨®n de un determinado partido pol¨ªtico. Un segundo juez da un paso m¨¢s all¨¢, y reconoce que todas las piezas del rompecabezas encajaron en su sitio cuando vio que se enfrentaba, n¨ªtidamente, a los modos y maneras de unos individuos organizados para delinquir. Ante una banda de delincuentes.
No hay entre el?caso G¨¹rtel y el caso B¨¢rcenas una separaci¨®n n¨ªtida, porque la suciedad nunca tiene l¨ªmites perfectamente definidos. El llamado caso B¨¢rcenas es ¡ªpor ahora¡ª tan solo una pieza separada del caso G¨¹rtel. El tesorero, aquel que se?al¨® el p¨ªcaro Correa, est¨¢ en la c¨¢rcel porque es uno de los principales imputados en G¨¹rtel. Pero les dec¨ªamos que su propio caso ha alcanzado tal volumen de dinero y notoriedad p¨²blica que se merece otra serie. La tendr¨¢. Porque ya el desarrollo de la G¨¹rtel, sin el gran tesorero, tiene lo suyo.
Porque quisieron hacernos creer desde el Partido Popular que el?caso G¨¹rtel apenas si era la peripecia ¡ªm¨ªnima, por otra parte¡ª de cuatro p¨ªcaros que se hab¨ªan aprovechado de la buena fe y a¨²n mejor nombre del partido. Lleg¨® a decirlo, con una pomposidad digna de mejor causa, el propio Mariano Rajoy, en una comparecencia inolvidable en el discurrir de esta historia. Era el 11 de febrero de 2009 cuando el l¨ªder del PP aparec¨ªa ante la opini¨®n p¨²blica rodeado de la plana mayor de su partido, incluidos los l¨ªderes regionales, en un acto colectivo de todos a una con el l¨ªder natural, m¨¢s propio de una dictadura bananera que de una democracia consolidada. Pero daba perfecta cuenta de su enorme preocupaci¨®n.
¡°Esto no es una trama del PP, es una trama contra el PP¡±, clam¨® en una intervenci¨®n que convendr¨ªa leer con calma cinco a?os despu¨¦s para compararla con los hechos ¡ªhechos, repetimos¡ª que la justicia ha ido probando uno a uno. Y en esa presunta trama el PP incluy¨® a jueces, fiscales y polic¨ªas, todos ellos acusados de servil sometimiento a la vesania de los malvados Rubalcaba y Zapatero. ?Cu¨¢nta mentira aquel d¨ªa! Un repaso por aquella foto no deja de tener su inter¨¦s. Flanquean al l¨ªder Dolores de Cospedal y Ana Mato; detr¨¢s, Francisco Camps; a dos metros, Javier Arenas y Esperanza Aguirre; a tres, Rita Barber¨¢, y a cuatro, Federico Trillo, a quien encarg¨® en ese mismo acto, como todo el mundo pudo entender, que dirigiera la batalla contra ese juez osado que se hab¨ªa atrevido a mover las placenteras aguas de la copiosa financiaci¨®n del partido: Baltasar Garz¨®n era el objetivo, como el propio Rajoy dej¨® dicho con nombre y apellido. Todos estos circunspectos escoltas ir¨¢n saliendo, de una forma u otra, en esta historia de corrupci¨®n y miserias. Porque a pesar de las palabras de Rajoy, el?caso G¨¹rtel s¨ª es una trama del PP. Y lo es del partido a todos sus niveles: nacional ¡ªcon la sede de G¨¦nova en el centro de la tempestad¡ª, auton¨®mico ¡ªMadrid y Valencia, aunque no solo¡ª y, por supuesto, municipal: Arganda, Majadahonda, Pozuelo, Boadilla¡
G¨¹rtel? se adhiere al PP como una segunda piel. Hay m¨¢s de 70 cargos populares imputados
Y es que G¨¹rtel ¡ªsu equipo, su alineaci¨®n¡ª es inseparable del PP. Se adhiere a ¨¦l como una segunda piel. No habr¨ªa uno sin el otro. Siameses: trama Correa-cargos del PP. Y por eso, porque s¨ª es una historia del PP, hay m¨¢s de 70 excargos del partido imputados en las distintas causas, y por eso la Unidad Central de Delincuencia Econ¨®mica y Fiscal (UDEF), de su propio Ministerio del Interior, en su informe definitivo del 30 de diciembre de 2013, se?ala hasta cinco veces que el Partido Popular se ha servido durante a?os y a?os de la trama G¨¹rtel para financiar, entre otras cosas, sus actos electorales. All¨ª est¨¢n las facturas y all¨ª est¨¢n los proveedores. ?Todo era una maniobra contra el inocente PP?
Es cierto que este drama tiene un punto de fuga algo rid¨ªculo. Veremos aparecer a un atildado conseguidor con aires de g¨¢nster de la Ley Seca al que le gusta que le llamen don Vito, como a Marlon Brando en El Padrino. Est¨¢ tambi¨¦n El Bigotes, personaje m¨¢s bien bufo que parece escapado de una pel¨ªcula de Pajares y Esteso. Y precisamente de ah¨ª, de Pajares, proviene. Hay, adem¨¢s, alguna mamachicho. Y est¨¢n el Albondiguilla, el Gafitas, el Rata, la Perla, la Barbie y hasta un tal Luis, que parece ser que era un cabr¨®n. Habr¨¢, tambi¨¦n, viajes de fantas¨ªa y relojes de lujo. Muchos, much¨ªsimos relojes de lujo. Sin olvidarnos de que Correa y su socio, El Bigotes, se gastaron 481.000 euros en un espect¨¢culo con ¡ªatentos¡ª Marlene Morreau, Malena Gracia y Rosanna Walls. La obra, que se estren¨® en Barcelona en 2005, dur¨® exactamente tres d¨ªas. Se titulaba, hay que verlo, Las corsarias.
Pero no nos dejemos enga?ar, porque tambi¨¦n hay personajes de alto copete. Por ejemplo, el todopoderoso tesorero del partido, despacho a diez metros del de Rajoy, presidentes de comunidades aut¨®nomas, consejeros auton¨®micos, alcaldes, mandos del partido y dirigentes de todas las autonom¨ªas en las que gobernaba el PP, con lugar destacado para el que fuera secretario de organizaci¨®n del propio partido en Galicia. La n¨®mina se engorda con flamantes empresarios, alg¨²n vicepresidente de petrolera, expertos en finanzas internacionales y abundantes amigos y familiares de aquel presidente que gobern¨® Espa?a de 1996 a 2004 que se llamaba Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Hay, tambi¨¦n, amplitud geogr¨¢fica: Suiza, Miami, Nueva York, Panam¨¢ o Venezuela. Pero tambi¨¦n mencionaremos las islas V¨ªrgenes, Singapur o la Polinesia. Ya puestos, hasta aparecer¨¢ en esta historia un papa, Benedicto XVI, lluvia divina r¨¢pidamente transformada en euros para las arcas de aquella trama. As¨ª que cuidado con que la an¨¦cdota nos tape lo fundamental: estamos ante un asunto gigantesco, un robo a mano armada de bienes p¨²blicos de una banda formada por puros atracadores con la connivencia de estirados neoliberales que echan pestes de lo p¨²blico, pero que tanto gustan de echarse sus dineros a la faltriquera, que tanta falta les hacen para engordar cuentas en Suiza, lucir coches de lujo o llegarse en viajes de novios a islas ex¨®ticas y hoteles paradisiacos.
La solemne aparici¨®n de Rajoy aquel d¨ªa en la sede del PP pretend¨ªa conjurar el peligro que todo el PP vio llegar, con la firma torrencial de Garz¨®n. El juez, la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y la UDEF llevaban trabajando un par de a?os y empalmaba, ya lo veremos, con otro caso anterior, el de las cuentas del BBVA-Privanza. Los mortales hab¨ªamos descubierto unos d¨ªas antes que hab¨ªa un se?or que se llamaba Francisco Correa y que parec¨ªa ser el jefe de una cuadrilla de delincuententes, tal como los pinta Hollywood; su segundo se llamaba Pablo Crespo y aparentaba un mayor empaque en la figura. Pronto se vio que tanto uno como otro no es que estuvieran relacionados con el PP, no, es que estaban encarnados en ¨¦l.
Las presiones a los polic¨ªas
Este pasado mes de enero, los jueces Pablo Ruz (Madrid) y Jos¨¦ Ceres (Valencia) han tenido que urgir con dureza a la polic¨ªa a que acabara los informes que les han pedido para poder acabar la instrucci¨®n. El Ministerio del Interior de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz y de Ignacio Cosid¨® se toma las cosas con calma, con excesiva calma, y ha retrasado hasta exasperar a los jueces la elaboraci¨®n de esos informes, al parecer fundamentales para poder cerrar la causa. Y no han llegado hasta los magistrados porque las presiones sobre los funcionarios policiales que hacen su trabajo con rigor y honestidad no solo no han cesado, sino que se han agravado seg¨²n se acercaba el final de la instrucci¨®n. En apenas 24 meses, Fern¨¢ndez y Cosid¨® han cambiado a los jefes policiales cuatro veces, a ver si as¨ª se encontraba la pieza deseada que acatara servilmente las ¨®rdenes precisas del ministro. Pero afortunadamente, los polic¨ªas entienden que su labor se limita a investigar y decir la verdad.
Seg¨²n la contabilidad oficial del partido, la trama comenz¨® a contratar con ellos en 1993. La primera factura registrada en sus libros oficiales, por un valor de 25.191 pesetas, apenas 150 euros, aparece junto a las iniciales FCS, Francisco Correa S¨¢nchez. Desde entonces, y a trav¨¦s de decenas de empresas ¡ªSpecial Events, Easy Concept, Good and Better, etc¨¦tera¡ª, lleg¨® a facturar al partido m¨¢s de 50 millones. Un largo pero jugoso camino. Empez¨® Correa organizando viajes y acab¨® haci¨¦ndose cargo de miles de actos electorales de las 14 elecciones ¡ªgenerales, auton¨®micas, locales¡ª que se celebraron en aquellos 11 a?os, desde 1993 hasta 2004. Y sigui¨® despu¨¦s en otras comunidades, con Madrid y Valencia en posici¨®n muy destacada. Entre medias, a finales de los noventa hab¨ªan abierto otra v¨ªa de expolio. Los billetes de avi¨®n, los vinilos y las sillas eran poco bot¨ªn para un grupo tan ambicioso. Pensaron que el dinero de verdad estaba en el boom inmobiliario que se ve¨ªa venir. Los Ayuntamientos, se dijeron. Ah¨ª est¨¢ la pasta. Donde ya campaban por sus respetos los compadres de las nuevas generaciones del partido que Correa frecuent¨® durante aquellos a?os con su amigo Alejandro Agag: Gin¨¦s L¨®pez, Guillermo Ortega, Gonz¨¢lez Panero¡ Pero no adelantemos acontecimientos.
Logr¨® el dicharachero agente de viajes codearse con todos los cargos m¨¢s relevantes de la direcci¨®n del partido durante toda la d¨¦cada de los noventa. Se acercaba con frecuencia al mism¨ªsimo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Charlaba y negociaba con el todopoderoso gerente, Luis B¨¢rcenas, tantos a?os en la sombra y quiz¨¢ otros tantos a la sombra. De su mano hac¨ªa mangas y capirotes. O con los secretarios generales de la ¨¦poca, Francisco ?lvarez-Cascos y Javier Arenas. Chalaneaba con todos los cargos y dedicaba notables ¡ªy caros¡ª cuidados hacia quienes ten¨ªan mano en las campa?as electorales, como Jes¨²s Sep¨²lveda, el marido de Ana Mato, o el secretario del gran jefe, Antonio C¨¢mara. Tambi¨¦n tuvo tiempo para confraternizar, y mucho, con Alejandro Agag, que pronto ser¨ªa el yerno de Aznar y Botella, tras ejercer de testigo en aquella desaforada ceremonia de El Escorial el 5 de noviembre de 2002, cuando el adusto y austero presidente del Gobierno perdi¨® las verg¨¹enzas y se transmut¨® en rumboso y pr¨®digo dirigente. Volveremos a la Bas¨ªlica en otra pieza. Se lo merece.
La primera factura es de 1993. Desde entonces, la trama lleg¨® a facturar al partido m¨¢s de 50 millones
Decimos que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y la polic¨ªa llevaban dos a?os trabajando en investigar esta trama. Pero antes, al hilo de la investigaci¨®n del Juzgado n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional en torno a las cuentas secretas del BBVA-Privanza, se registraron varios despachos de abogados expertos en blanqueo de dinero y en desviar cuentas a para¨ªsos fiscales. En el de Luis de Miguel se encontraron pistas sobre unas cuentas a nombre de un tal Francisco Correa. Se abri¨® pieza separada. En paralelo, la Fiscal¨ªa y la polic¨ªa llevaban trabajando dos a?os en un caso en el que aparec¨ªa el mismo nombre. El 7 de noviembre de 2007, un exconcejal del PP de Majadahonda, Jos¨¦ Luis Pe?as, acompa?ado del abogado ?ngel Galindo, present¨® una explosiva denuncia ante la UDEF. No era cualquier cosa. Se trataba de una denuncia muy detallada, con abundantes anexos documentales y societarios sobre el modo de proceder de Correa y sus gentes, de manera muy especial en los Ayuntamientos de Madrid dominados por el PP: Arganda, Boadilla, Majadahonda, Pozuelo¡ Y entregan algo m¨¢s: un CD con 18 horas de grabaciones¡ y su transcripci¨®n. En marzo de 2008, Pe?as y Galindo ratifican la denuncia ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n.
Unos cuantos n¨²meros
-El?caso G¨¹rtel es el m¨¢s voluminoso de todos cuantos se han visto en la Audiencia Nacional, incluido el 11-M, y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana tiene abiertas otras seis causas.
-Se han sobrepasado los 2.000 tomos.
-Solo en el Juzgado n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional se han registrado m¨¢s de 5.000 acontecimientos, 1.000 por a?o, 3 por d¨ªa.
-Hay alrededor de 200 imputados.
-El PP tiene m¨¢s de 70 cargos imputados.
-Se han cursado 147 comisiones rogatorias a 21 pa¨ªses. Solo a Suiza se han enviado 38, contando las ampliaciones.
Aquello ten¨ªa dinamita. Los datos eran abrumadores, y las voces, demoledoras. Pe?as hab¨ªa estado grabando dos a?os las conversaciones de Correa. Terribles en fondo y forma. Por lo que se contaba en ellas y por c¨®mo se contaba. La extorsi¨®n, el chantaje, la compra de pol¨ªticos y funcionarios por parte de un chulo de barrio que presum¨ªa de su poder y su capacidad de comprar voluntades. Todo estaba ah¨ª. Y apuntaba al centro del Partido Popular y sus aleda?os. Sin estos papeles que aportaron Pe?as y Galindo quiz¨¢ hoy no tendr¨ªamos caso G¨¹rtel. Para completar la acci¨®n, lo que faltaba pronto se encontr¨®. En el registro de la oficina principal de la trama, en la madrile?a calle de Vel¨¢zquez, n¨²mero 40, aparecieron los apuntes contables con sus correspondientes nombres, desde consejeros y diputados de la Comunidad de Madrid hasta aquellas ya famosas referencias a L. B. o L. B¨¢rcenas, junto a centenares de pruebas de similar importancia. Jos¨¦ Luis Izquierdo, el contable o administrador, los ten¨ªa grabados en un pen drive. Relojes de miles de euros, coches todoterreno, viajes de novios, trajes de marca, dinero en efectivo¡ Todos los cohechos estaban documentados y debidamente anotados en la casilla correspondiente. Compraban, vend¨ªan, especulaban, enga?aban, robaban. En unos casos era un centro de deporte de alto nivel que nunca se construy¨®, como en Boadilla del Monte. En otros, como Majadahonda, oficinas de informaci¨®n al ciudadano superfluas y costos¨ªsimas. Y en todos, el ama?o de contratos en favor de quienes tan generosos eran para pagar sus caprichos. Era, entre otras cosas, la demostraci¨®n de la especulaci¨®n inmobiliaria que aliment¨® la corrupci¨®n m¨¢s descarnada. Es la terrible complicidad y conchabamiento de constructoras y pol¨ªtica. A todos los niveles.
En 2004, dec¨ªamos antes, la mala fama de los chicos de Correa y sus chanchullos en los Ayuntamientos ya ha trascendido a G¨¦nova. Quiz¨¢ por inconsciencia o quiz¨¢ por excesiva avaricia, hab¨ªan tocado puntos neur¨¢lgicos que deber¨ªan haber dejado quietos. Como Majadahonda, donde reinaba el todopoderoso Ricardo Romero de Tejada, exalcalde y secretario regional del partido. Tampoco Luis B¨¢rcenas necesitaba de sus servicios, que por entonces volaba hacia destinos m¨¢s sustanciosos y de nivel muy superior. Ya hab¨ªan hecho tambi¨¦n sus negocios con AENA cuando ?lvarez-Cascos era ministro de Fomento. As¨ª que la trama se centra con fuerza en la Comunidad de Madrid y en Valencia. En el reino de Esperanza Aguirre se cuenta con la inestimable colaboraci¨®n de Alberto L¨®pez Viejo, consejero y ayudante de campo de la presidenta, por mucho que ¡ªahora, en diciembre¡ª insistiera la lideresa ante el juez que no era su hombre de confianza. El Bigotes despliega toda su bater¨ªa de encantos en la Comunidad Valenciana y organiza todo un espect¨¢culo de brillante colorido: chal¨¦ en La Nuc¨ªa (Alicante) y piso de lujo en la capital, motos espectaculares, chaquetas y chaquetillas a medida, manos largas para el regalo y frases dulzonas para la adulaci¨®n a cursis redomados y se?oras educad¨ªsimas. Se trafica con marquesinas y carpas, pero tambi¨¦n con el pabell¨®n de Fitur o la visita del Papa en 2006, y para ello se cuenta con la inestimable colaboraci¨®n de la direcci¨®n de Canal 9, hoy cerrada, v¨ªctima de sus muchas miserias. Pero Orange Market se dedica, sobre todo, a hacer lo que en Madrid hab¨ªan hecho durante a?os. Obras verdaderas y falsas, y facturas verdaderas y falsas. M¨¢s lo segundo que lo primero. Financiaci¨®n ilegal del PP, dicen las causas que hay abiertas en Valencia.
Se cuenta con la inestimable colaboraci¨®n de la direcci¨®n de Canal 9, hoy cerrada, v¨ªctima de sus muchas miserias
Garz¨®n hab¨ªa desatado la galerna con aquellas ¨®rdenes de detenci¨®n, y el PP ¡ªpillado in fraganti¡ª no pod¨ªa consentir que todos los ciudadanos vi¨¦ramos sus muchas verg¨¹enzas. Desatados sus dirigentes y alertados los estrategas, comenzaron entonces todas las batallas para evitar los da?os. Desde las mentiras repetidas una y otra vez hasta las presiones indisimuladas a algunos jueces, como a un debilitado por una dura enfermedad Antonio Pedreira, maniobra orquestada por el siempre dispuesto Federico Trillo, incluidas las coacciones y amenazas a testigos comprometidos. ?Se acuerdan de las visitas del exministro a la sastrer¨ªa de Jos¨¦ Tom¨¢s, que aguant¨® a pie firme una canallesca persecuci¨®n del PP y su prensa adicta? Aquello no deb¨ªa prosperar, y hay que reconocer que el actual embajador en Londres obtuvo alg¨²n triunfo relevante. Hoy, cinco a?os despu¨¦s de aquel auto de detenci¨®n, la justicia solo ha redactado una condena: la de Baltasar Garz¨®n. Esa vergonzante expulsi¨®n, m¨¢s la dilaci¨®n del caso, tan favorable a la causa, han sido algunos de sus triunfos. Pero a pesar de que en la tramitaci¨®n judicial el PP intent¨® lo que no est¨¢ escrito, imp¨²dicos tejemanejes incluidos, nunca lograron frenar del todo el paso implacable del Estado de derecho.
Pero en el PP no contaban con la independencia de algunos o algunas fiscales anticorrupci¨®n, en la Audiencia Nacional y en Valencia, as¨ª como el arrojo de algunos jueces que han seguido adelante con el caso en Madrid y en Valencia ¡ªGarz¨®n, Pedreira, Ruz, Flors, Ceres¡ª a pesar de las dificultades y las zancadillas, con una investigaci¨®n tan compleja como esta. Se avanza renqueando y a rastras, pero se avanza. Al esfuerzo y valor de quien acabamos de citar debemos agradec¨¦rselo. El sistema democr¨¢tico funciona gracias a ellos.
En los siguientes cap¨ªtulos iremos viendo ¡ªcon detalle¡ª c¨®mo actuaban unos y otros. Una verg¨¹enza, un descaro, una impudicia. De los Correas y de los cargos del PP. Porque G¨¹rtel es un caso de ambos.
Ma?ana, cap¨ªtulo 2
El largo y tortuoso proceso que no lograron frenar los torpedos del PP
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