Correa, el atildado patibulario que se codeaba con los grandes
Son tantos los personajes en esta trama de c¨ªrculos conc¨¦ntricos, que hay que seleccionar y jerarquizar para guardar una cierta proporci¨®n. Hoy, el cerebro de la red
Francisco Correa debe andar a punto de cumplir los 60 a?os. Personaje poli¨¦drico, nunca se sabe c¨®mo enfrentar sus muchas caras. Porque existe la tentaci¨®n de entrar a saco en esa personalidad patibularia que nos han mostrado las cintas grabadas por aquel que fue su amigo, Jos¨¦ Luis Pe?as, escaparate deleznable de un tipo deleznable. Busquen rasgos despreciables en un ser humano ¡ªmachista, golfo, prepotente, tir¨¢nico, putero¡ª y tengan por seguro que los encontrar¨¢n en las cintas. Bien, s¨ª, est¨¢ justificado incidir en esa faceta porque es muy propia y muy definitoria del personaje. Pero tambi¨¦n conviene insistir en que nuestro protagonista logr¨® codearse de t¨² a t¨² y pasar horas y horas, am¨¦n de hacer sustanciosos negocios, con personajes tan encopetados como los que todos sabemos. Ese tipo fanfarr¨®n, de porte atildado, cuerpo modelado en muchas horas de gimnasio ¡ªy pocas de trabajo¡ª, grosero y zafio, en nada molest¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a Luis B¨¢rcenas, a Francisco ?lvarez Cascos, a Javier Arenas, a Francisco Camps, a Ricardo Costa o a Alejandro Agag, ellos que son tan finos y comedidos. Y se?ores tan respetables como Pablo Crespo ¡ªsecretario de organizaci¨®n en Galicia del Partido Popular¡ª, o Jos¨¦ Ram¨®n Blanco Bal¨ªn, inspector de Hacienda, exvicepresidente de Repsol, ah¨ª es nada, trabajaron felizmente en sus empresas y mov¨ªan con donosura los dineros compartidos. As¨ª que impresentable, pero qu¨¦ bien nos llev¨¢bamos con ¨¦l.
De origen modesto, Correa enseguida aprendi¨® la primera norma de su peculiar c¨®digo: p¨¦gate a los que mandan
¡°Las personas felices no tienen historia¡±, dej¨® escrito Simone de Beauvoir. El que en el esplendor de sus d¨ªas de leche y miel gustaba de o¨ªr c¨®mo le llamaban Don Vito, naci¨® en Casablanca hacia mediados de los cincuenta. Inicios muy modestos, y a su llegada a Madrid su padre consigue un trabajo en la lavander¨ªa del hotel que estaba ¡ªest¨¢¡ª frente a la Estaci¨®n del Norte o de Pr¨ªncipe P¨ªo. Y el avispado Paquillo, con 13 a?os, se emple¨® all¨ª de botones, agraciado entre otras cosas por un franc¨¦s mamado en la infancia. Luis G¨®mez, ver El Pa¨ªs del 18 de octubre de 2009, dio cumplida cuenta de aquellos a?os. Y de los ¨²ltimos pasados por sus padres, Jos¨¦ Francisco, fallecido en 2011 y Concepci¨®n, 95 a?os, que es quien finalmente pag¨® su fianza. Misterios de los dineros de Correa. Su madre vive en una casa de dise?o muy cercana a la estaci¨®n de los inicios. Tiene Correa, tambi¨¦n, un hermano aquejado de una par¨¢lisis cerebral. Pronto se cas¨® con su primera mujer, Mar¨ªa Antonia. Tampoco tuvo suerte en este otro ambiente familiar. La pareja tuvo un hijo que naci¨® con una fibrosis qu¨ªstica, y del pronosticado a?o de vida por los m¨¦dicos se lleg¨® a los 13 reales. ?Pena por Correa? Poca: su mujer dej¨® escrito esto en una carta a un peri¨®dico: ¡°Durante esos a?os, su padre no se ocup¨® un solo segundo de su hijo¡ No voy a consentir que este hombre vuelva a dar pena ni fuera ni dentro de la c¨¢rcel como al parecer ha hecho estos a?os¡ En cuanto su hijo muri¨®, no dud¨® en aceptar el importe de la mitad de la casa donde viv¨ªamos su hijo y yo, y que todav¨ªa estoy pagando, no le remordi¨® para nada coger ese dinero despu¨¦s de no haberse ocupado de su hijo enfermo durante 13 a?os¡±.
Pero demos un salto y situ¨¦monos ya en los a?os 90, cuando Correa, que hab¨ªa trabajado en algunas agencias de viajes, se hab¨ªa independizado y creado su propia empresa, FCS, por las iniciales de su nombre y apellidos. Empez¨® a trabajar para el PP como un simple proveedor de billetes de tren, fuera o no gracias al empuj¨®n de Elvira Aznar, tal y como est¨¢ registrado en su declaraci¨®n ante el juez Antonio Pedreira (v¨¦ase v¨ªdeo). Algo debieron ver en ¨¦l los pr¨®ceres del partido porque r¨¢pidamente se hace con el santo y la limosna. En sus declaraciones judiciales con Garz¨®n y Pedreira tiene desperdigadas sus ayudas. Alguna vez habla de ?lvarez Cascos: ¡°Paco Cascos, con el que yo ten¨ªa cierta relaci¨®n, me la dio. Era muy importante, se hac¨ªan Fitur y un mont¨®n de eventos¡±. Alg¨²n contrato de AENA ya les cay¨®, como recoge el sumario. Y del entonces gerente, luego afamado tesorero: ¡°B¨¢rcenas me dijo: ¡®?Vosotros ser¨¦is capaces de organizar un mitin pol¨ªtico?¡±. Correa contest¨® afirmativamente, claro, y al poco ya eran los ¨²nicos encargados de los viajes y los escenarios para los actos del PP, innumerables durante aquellos a?os 90. En ese equipo de apoyo a Correa no nos podemos olvidar de Jes¨²s Sep¨²lveda, aznarista puro y entonces esposo de Ana Mato, la actual ministra de Sanidad, que se ocupaba de organizar todos los actos electorales: el complemento perfecto para aglutinar los intereses de todos ellos. Pero ser¨ªamos injustos si no mencion¨¢ramos en esta breve relaci¨®n al secretario general que sucedi¨® a Cascos, Javier Arenas, o al propio Rajoy, que fue vicesecretario de Organizaci¨®n y jefe de las campa?as de Aznar en 1996 y 2000. O sea, todos ellos, con Correa, en un pa?uelo.
Sus modos en la ¨¦poca los relata uno de los empresarios que hac¨ªa de verdad los actos, porque Correa se limitaba a ser un mero intermediario, sin tener que desempolvar ni un alicate. ¡°Pagaba siempre en negro. Cuando llegaba a nuestras oficinas parec¨ªa el anuncio de Michel¨ªn hasta que se iba sacando los sobres con fajos de billetes ¡ªentonces eran pesetas¡ª que llevaba metidos entre la ropa¡±. Y le gustaba alardear: ¡°La nueva mujer de Cascos y la m¨ªa se entienden de maravilla, y eso me viene muy bien, porque¡¡±.
Su vida familiar ya hab¨ªa pegado un cambiazo. En 1996 se casa con Carmen Rodr¨ªguez Quijano, de la que se separar¨ªa una d¨¦cada despu¨¦s. La boda se celebra en Marbella. Les casa Marisol Yag¨¹e, la alcaldesa tr¨¢nsfuga que, vaya por dios, fue condenada posteriormente a seis a?os de c¨¢rcel por su participaci¨®n en el llamado caso Malaya. Y aqu¨ª, un inciso, porque tiene su explicaci¨®n que los novios eligieran la localidad malague?a. Y es que el padre de la novia, Emilio Rodr¨ªguez Bugallo, amigo y quiz¨¢ algo m¨¢s de Juan Antonio Roca y Jes¨²s Gil, constructor y promotor de numerosas viviendas de lujo en la misma ciudad, con su empresa Construcciones Salamanca, S.L, tambi¨¦n fue uno de los principales imputados en la operaci¨®n Malaya. Su hijo y por tanto hermano de Carmen tambi¨¦n se llama Emilio, y por la zona se le conoce como Don Emilione. Hay que ver qu¨¦ gusto tienen en esta familia por los nombres italianos¡
Correa hizo entonces una gran jugada. Primero, solt¨® los 500.000 euros de la fianza que pidi¨® el juez para que se liberara provisionalmente a su suegro, a quien parece, adem¨¢s, que nunca le hab¨ªa gustado el yerno. Era igual: la pasta es la pasta. Luego, ya en 2003, y a trav¨¦s de Luis de Miguel, uno de los primeros removedores del dinero de Correa, se va haciendo con cinco fincas del suegro en Marbella como pago de esa fianza. La nueva propietaria, Inversiones Kintamani. Posteriormente intervendr¨¢n para la misma funci¨®n Blanco Bal¨ªn y Pablo Crespo. Rodr¨ªguez Bugallo muri¨® en 2008. La casa de Madrid de Correa, en la exclusiva urbanizaci¨®n de La Finca, en Pozuelo, todav¨ªa estaba a su nombre cuando fue detenido.
Porque esa es otra de las caracter¨ªsticas de Correa: no tiene nada a su nombre, y ni siquiera hac¨ªa declaraciones de la renta. Contaba todo a todo el mundo¡ menos a Hacienda. As¨ª que ten¨ªa ocultas, entre otras cosas, que no sabemos, algunas bagatelas como las siguientes: cuentas corrientes en Suiza que alcanzan los 21 millones de euros. ?Descarta esto que haya m¨¢s cuentas tal que en las Islas V¨ªrgenes, alg¨²n otro para¨ªso fiscal o en cualquier pa¨ªs latinoamericano? Pues en absoluto. Pero sigamos. Tuvo unas 50 casas ¡ªsiempre con propietario interpuesto¡ª en Andaluc¨ªa, las ya citadas de Marbella y en Sotogrande, Baleares, Madrid o Barcelona, entre otros lugares; dos barcos, 22 autom¨®viles de alta gama, garajes y atraques para barcos. Unos 20 millones de euros tirando por lo bajo. Anoten, adem¨¢s, otras residencias en el extranjero: Estados Unidos, Colombia o Panam¨¢.
La ma?ana del 6 de febrero de 2009 detuvo la polic¨ªa a Correa en su chal¨¦
Ya entonces hab¨ªa comenzado su ampliaci¨®n del negocio hacia donde de verdad se hallaba la pasta: el sector inmobiliario. Sus j¨®venes amigos del PP, a los que hab¨ªa conocido a trav¨¦s de Alejandro Agag, ya eran alcaldes en importantes ayuntamientos madrile?os, feudos hist¨®ricos del PP y que iban a crecer de forma desmesurada en la entrada al siglo XXI. Majadahonda, Pozuelo, Boadilla o Arganda. En 2004 se frena su relaci¨®n con G¨¦nova. Hay quien cree que B¨¢rcenas prescinde de ¨¦l porque ya el tesorero ha volado a m¨¢s altas cumbres, y hay quien asegura que fue Rajoy quien ordena el corte tras un extra?o episodio de un posible chantaje (V¨¦ase Los otros m¨¦todos de Correa). Desde entonces, los actos los prepara la empresa Free Handicap, de Elena S¨¢nchez ?lvarez, esposa del exministro Juan Costa y cu?ada, por tanto, del Ricardo Costa valenciano, tan amante de los relojes y los coches caros. Este mundo, ya se sabe, es como una escalera de gallinero. As¨ª que el conseguidor traslada sus cuarteles a la Comunidad de Madrid, donde encuentra la inestimable colaboraci¨®n del consejero Jos¨¦ Luis L¨®pez Viejo, que le contrata para ocuparse de todos los actos de la presidenta. Una amistad fruct¨ªfera, de varios ceros. Tambi¨¦n se llega a Valencia, donde su empleado ?lvaro P¨¦rez, m¨¢s conocido por El Bigotes, logra hacerse con el absoluto dominio de los contratos de la Generalitat. Iremos viendo c¨®mo el crecimiento del patrimonio de Correa va necesitando apoyos superiores. Tiene que contratar a Crespo, pero tendr¨¢ que recurrir a expertos en movimientos de dineros m¨¢s all¨¢ de los Pirineos: ser¨¢n De Miguel y Blanco Bal¨ªn. Etiqueta negra, divisi¨®n de honor.
El 6 de febrero de 2009 hac¨ªa un d¨ªa nublado en Sotogrande, la lujosa urbanizaci¨®n gaditana. Decenas de agentes desplegados para su detenci¨®n acabaron con el sue?o de aquel botones de hotel. Trasladado a Madrid, Garz¨®n decret¨® su ingreso en Soto del Real. Solo el mucho ejercicio y el seguimiento de sus cuentas, en Espa?a y fuera de Espa?a, le sacaban de peri¨®dicas depresiones.
Atr¨¢s qued¨® el gran Correa ¡ªya tan conocido y del que tanto se ha escrito¡ª que ten¨ªa permanentemente pagadas dos suites contiguas en el hotel F¨¦nix, su oficina habitual, el que hablaba de las mujeres y sus presuntos ligues en el club Pigmalion como se oye en el CD, el de las propinas de 100 euros o el Correa que se sentaba a comer con alguna se?ora o caballero importante para hablar de negocios y le dejaba un paquetito en el borde la mesa.
¡°?brelo luego, dec¨ªa¡±.
El mi¨¦rcoles, cap¨ªtulo 4
Con todos ustedes, ?El Bigotes!
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