Los seis pilares del ¡®caso N¨®os¡¯

La Infanta se hab¨ªa convertido en la imagen de modernidad de la monarqu¨ªa espa?ola. Fue la primera mujer en la Casa del Rey con un t¨ªtulo universitario, se licenci¨® en 1989 como polit¨®loga en la Universidad Complutense. Se mud¨® a Barcelona donde comparti¨® piso con una amiga y trabaj¨® en La Caixa con un sueldo de 1.200 euros mensuales. Se cas¨® con Urdangarin por amor, seg¨²n ha afirmado. Ahora est¨¢ imputada por segunda vez. Se le acusa por blanqueo de capital y fraude fiscal. Por su cabeza no cabe la idea de divorciarse. La infanta Cristina sigue enamorada.?

A los 30 a?os el Duque de Palma era el hombre perfecto: profesional de balonmano retirado, licenciado en empresariales, guapo, deportista, de buena familia y casado con la infanta Cristina. Un cuento de hadas que se torci¨® cuando se asoci¨® con Diego Torres, su profesor en la escuela de negocios. En 2003 form¨® parte de la empresa N¨®os, fundada en 1999 por Torres. Un instituto?sin ¨¢nimo de lucro que, sin embargo, de 2004 a 2007 ingreso nueve millones de euros. Urdangarin se distanci¨® de Torres en 2008, pero cometi¨® el error de dejar todos sus correos electr¨®nicos en la empresa y por lo tanto, en manos de su exsocio.?

Es el impulsor creador del instituto N¨®os. Fue profesor en la escuela de negocios Esade, en Barcelona, donde tuvo de alumno a I?aki Urdangarin. All¨ª se conocieron y ah¨ª comenz¨® todo. Naci¨® en un barrio humilde de Mah¨®n (Menorca) en 1965, est¨¢ casado y tiene dos hijos. No declar¨® hasta despu¨¦s de que lo hiciera el duque de Palma. Urdangarin se lav¨® las manos y le atribuy¨® todas las decisiones a Torres. As¨ª inici¨® la guerra entre ambos. Torres guardaba centenares de correos electr¨®nicos escritos por el yerno del Rey y no dud¨® en utilizarlos en su contra. Hasta el d¨ªa de hoy no han llegado a una tregua. En su perfil profesional, se presenta como un experto en todo tipo de estrategias: de patrocinio, de responsabilidad social corporativa, de crecimiento

Es el juez que ha decidido llamar a declarar a la infanta Cristina. El temible instructor, no realiza declaraciones ni se deja retratar como personaje. Es campechano, solidario y dispuesto para hacer las guardias complejas de sus colegas. No pertenece a ninguna asociaci¨®n de jueces ni participa en eventos gremiales o activistas. Ha sido denunciado por sectores ultras por supuesta filtraci¨®n de un sumario, pero siempre ha ganado. En los interrogatorios, el instructor de 67 a?os, impone su autoridad y exige respeto a poderosos y delincuentes comunes. En los juicios r¨¢pidos busca el pacto e invita a la narraci¨®n simple de los hechos.

El indomable fiscal anticorrupci¨®n mallorqu¨ªn de 47 a?os, ha estado presente desde el inicio del caso. Ha actuado en la construcci¨®n del sumario que suma 41.000 folios, y en ¨¦l ha archivado a personas, hechos, documentos, muchas cuentas y declaraciones. Es minucioso, herm¨¦tico, deportista, militante del caf¨¦ cortado y del tabaco rubio. No es la primera vez que se enfrenta a un caso gordo, en varias ocasiones ha investigado y acusado a mafiosos pol¨ªticos de Mallorca. Se opuso a la primera imputaci¨®n de la Infanta porque aseguraba no ver datos claros en los cuales mantener una acusaci¨®n concreta. Ahora tendr¨¢ que estar como acusador de la hija del Rey, de la misma manera que lo estuvo contra Urdangarin y Torres.

Desde hace 20 a?os es el querido secretario de las infantas. El licenciado en Magisterio fue profesor de la infanta Elena, y fue ella quien lo propuso como secretario. Con el tiempo tambi¨¦n Cristina le cogi¨® cari?o y los c¨®nyuges e hijos de ambas. Se convirti¨® en ¡°mucho m¨¢s que un secretario¡±. No solo ha acompa?ado a las infantas en actos p¨²blicos, sino en eventos privados y aventuras empresariales. El 23 de septiembre de 2003 figur¨® como tesorero en el acta que design¨® la junta directiva del Instituto N¨®os, en la que Urdangarin es presidente; Diego Torres vicepresidente; Miguel Tejeiro, secretario general, y la infanta Cristina, vocal.