La Infanta rinde cuentas en La Zarzuela y alivia la tensi¨®n en la familia real
Spottorno y Roca coordinaron la estrategia para ir a declarar y acortar el ¡°martirio¡±
Tras declarar durante seis horas en el juzgado frente al retrato vigilante de su padre, el Rey, la infanta Cristina vol¨® a Madrid y fue directa a La Zarzuela para examinarse frente a frente ante el Monarca. En el vuelo a la capital, donde viajaba una periodista de Telecinco con c¨¢mara oculta, conservaba la sonrisa con la que se hab¨ªa vestido para acudir a declarar como imputada. Do?a Cristina cen¨® con los Reyes, quienes durante toda la jornada, como los Pr¨ªncipes, hab¨ªan estado muy pendientes de su cita con el juez. Durmi¨® en palacio y ayer por la ma?ana regres¨® a Ginebra para reencontrarse con su marido y sus cuatro hijos.
Esa cena en La Zarzuela habla de un un punto de inflexi¨®n entre la Infanta, la familia real y la Corona. A do?a Cristina le cost¨® entenderlo. Durante meses, al igual que su marido, ha vivido las imputaciones ¡ªlas suyas y las de I?aki Urdangarin¡ª y la investigaci¨®n del juez Jos¨¦ Castro casi como una conspiraci¨®n, seg¨²n fuentes de su entorno. La Infanta no parec¨ªa consciente de la gravedad de la situaci¨®n y sobre todo, del da?o que el caso N¨®os estaba haciendo a la Corona, que ya ten¨ªa sus propios problemas: la cacer¨ªa de Botsuana, las entradas y salidas del quir¨®fano del Rey...
Esa actitud explica torpezas como imponer la presencia de su marido en la habitaci¨®n en la que estaba ingresado el jefe del Estado o insistir en presentarse en el hospital acompa?ada del imputado Carlos Garc¨ªa Revenga, su secretario. Gestos como aquellos, o el de la Reina, que antepuso su condici¨®n de madre al dejarse fotografiar en Washington en apoyo de su hija y su yerno cuando estall¨® el esc¨¢ndalo, provocaron una permanente tensi¨®n entre la instituci¨®n y la familia y el distanciamento total de los Pr¨ªncipes, que no estaban dispuestos a dejarse arrastrar, como do?a Cristina, por Urdangarin.
Mientras la Infanta cerraba filas con su marido, la Casa del Rey dispon¨ªa, uno tras otro, cuantos cortafuegos se le ocurrieron para proteger a la instituci¨®n. Ambos fueron apartados de la agenda oficial en octubre de 2011.
Do?a Cristina no es recuperable para las actividades oficiales de la Corona, que ha prometido, como dijo el Monarca en su discurso de Nochebuena, asumir su ¡°obligaci¨®n de ejemplaridad¡±. Pero la cena del s¨¢bado en La Zarzuela marca un punto de inflexi¨®n en esa tensi¨®n familiar que tanto estaba afectando a la instituci¨®n. La cena tras la declaraci¨®n judicial fue informativa para la Casa del Rey, que necesita saber a qu¨¦ atenerse, y bals¨¢mica para la familia. Los Pr¨ªncipes, que cortaron por lo sano con los duques de Palma ¡ªa los que antes estaban muy unidos¡ª cuando empezaron los problemas con la justicia, tambi¨¦n quer¨ªan escuchar ayer, saber c¨®mo le hab¨ªa ido a la Infanta en la crucial cita en los juzgados.
Do?a Cristina cerr¨® filas con su marido, no se plante¨® la separaci¨®n ni la renuncia a sus derechos din¨¢sticos. Pero ha empezado a comprender el da?o que ha causado a la Monarqu¨ªa. Ese cambio comenz¨® a apreciarse hace un mes, tras una visita de su abogado, Miquel Roca, a La Zarzuela. Tras el encuentro con el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, se hizo ver a la Infanta que lo mejor para todos era no recurrir la segunda imputaci¨®n y acudir a declarar ante el juez para no arriesgarse a que el recurso fuera rechazado y sobre todo, para no alargar el ¡°martirio¡±.
Que la Infanta ha empezado a comprender se vio tambi¨¦n en el interrogatorio del s¨¢bado. El ¨²nico momento en que pareci¨® perder la calma y emocionarse fue, seg¨²n fuentes judiciales, cuando las preguntas alud¨ªan a su padre, el Rey: cuando el juez le pregunt¨® por el pr¨¦stamo de 1,2 millones de euros que le hizo para comprar el palacete de Pedralbes y por su grado de conocimiento sobre los negocios de Urdangarin.
La Zarzuela y los miembros de la familia real hablan poco, sobre todo, por temor a equivocarse. Pero sus gestos dicen mucho. Y en los del ¨²ltimo mes est¨¢n escritos los pasos para lograr una estrategia com¨²n ¡ªla mediaci¨®n de Roca, el abogado elegido por el Rey ha sido clave¡ª con el fin de frenar el desgaste de la instituci¨®n. As¨ª, se cuid¨® que la Infanta no fuera a La Zarzuela la semana antes de su declaraci¨®n; que tampoco la Reina fuera a verla a Barcelona para apoyarla p¨²blicamente como hab¨ªa hecho con su yerno en Washington; que de la Casa del Rey no salieran declaraciones similares a las del presidente Mariano Rajoy asegurando que a do?a Cristina le ir¨ªa ¡°bien¡± en los tribunales; que no fuera al palacio de Marivent; y que nadie de La Zarzuela la acompa?ara a Palma. Gestos coordinados, para el bien de todos, para el futuro de una familia en la que el ¨²nico que se queda fuera es Urdangarin.
El Rey viaja ma?ana a Lisboa
Superado el trance de la declaraci¨®n de la Infanta y bastante recuperado de su operaci¨®n de cadera del pasado noviembre, el Rey retoma ma?ana con una visita a Lisboa los viajes al extranjero ¡ªel ¨²ltimo fue hace siete meses, a Marruecos¡ª.
Ma?ana cenar¨¢ con el presidente portugu¨¦s, An¨ªbal Cavaco Silva, y el italiano, Giorgio Napolitano. Y el mi¨¦rcoles pronunciar¨¢ un discurso para clausurar el IX encuentro Cotec Europa, que pone en contacto a emprendedores y l¨ªderes pol¨ªticos.
Antes, el Monarca recibir¨¢ hoy en La Zarzuela al exprimer ministro de T¨²nez Hamadi Yebali. Precisamente el pasado viernes, el Pr¨ªncipe asisti¨® a la ceremonia de la adopci¨®n de la la nueva constituci¨®n del pa¨ªs tras la primavera ¨¢rabe.
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