R¨¦quiem por la octava legislatura en Navarra
La pol¨¦mica gesti¨®n de la presidenta Barcina acaba con 30 a?os de acuerdos
Yolanda Barcina, presidenta de Navarra (UPN), ha definido la actual legislatura como ¡°la m¨¢s dif¨ªcil de la democracia¡±. Un an¨¢lisis de la historia pol¨ªtica navarra revelar¨ªa que pocas fueron f¨¢ciles, pero esta, la octava, puede ser la m¨¢s breve y aquella en la que ha estallado el mecanismo por el cual UPN y PSN se han alternado en el gobierno y apoyado desde 1984. Los partidos trabajan en el escenario de unas elecciones anticipadas para el pr¨®ximo 25 de mayo, a las que se llega un a?o antes de lo previsto y por un c¨²mulo de factores en el que convergen diferencias pol¨ªticas y personales en un Parlamento fragmentado en siete grupos para una comunidad de 643.000 habitantes.
El anterior presidente, Miguel Sanz (UPN), describi¨® el escenario pol¨ªtico como el de los ¡°quesitos¡± del Trivial, las fichas de un conocido juego de mesa en el que se deben sumar seis porciones para ganar. Nunca un partido ha logrado la mayor¨ªa absoluta y la combinaci¨®n de ¡°quesitos¡± preferida de Sanz era la de regionalistas y socialistas para evitar la influencia en el poder de los distintos partidos nacionalistas vascos, que rondan el 30% del apoyo.
UPN y PSN pactaron un Gabinete de coalici¨®n en 2011 y, a los tres meses, Barcina acord¨® presentarse conjuntamente con el PP a las generales de noviembre. Gan¨® Rajoy, y los socialistas, en el Gobierno foral, sufrieron m¨¢s incluso que UPN el desgaste de aplicar en Navarra los recortes de presupuesto. La tormentosa relaci¨®n personal entre la presidenta y el l¨ªder socialista y entonces vicepresidente, Roberto Jim¨¦nez, termin¨® la noche del 14 de junio de 2012 cuando, con una llamada de tel¨¦fono, Barcina expuls¨® a Jim¨¦nez y al PSN del Ejecutivo.
Desde entonces, Barcina se encasquill¨® en un Gabinete en minor¨ªa con 19 de los 50 esca?os del Parlamento. Tras superar el esc¨¢ndalo de las dietas de Caja Navarra, que le dej¨® al borde de la imputaci¨®n judicial, todo apuntaba a un tranquilo final de legislatura hasta 2015, debido al veto que la direcci¨®n federal del PSOE hab¨ªa impuesto para un relevo en la presidencia que dependiera de los votos de Bildu.
Pero las acusaciones de tr¨¢fico de influencias en Hacienda que realiz¨® el pasado martes la exdirectora de este departamento, Idoia Nieves, contra la vicepresidenta, Lourdes Goicoechea, sirvieron al PSN para levantar el veto de Ferraz y romper el plan de resistencia de Barcina hasta 2015. El l¨ªder socialista, Roberto Jim¨¦nez, que se aline¨® claramente con Carme Chac¨®n en el congreso de 2012, ha logrado, con este ¨²ltimo caso, que el PSOE de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba le deje presentar una moci¨®n de censura contra Barcina, pese a que su ¨¦xito depende de los 13 esca?os de la coalici¨®n EH-Bildu (Bildu y Aralar).
La estrategia socialista se centra ahora en intentar demostrar, en una comisi¨®n de investigaci¨®n de 15 d¨ªas, que las acusaciones de Nieves son ciertas. Y, a partir de ah¨ª, lo m¨¢s complicado: hacer digerible en un contexto nacional la foto de Roberto Jim¨¦nez tomando posesi¨®n de la presidencia con los votos abertzales.
El resto de partidos de la oposici¨®n trata ahora de que el l¨ªder socialista no patrimonialice la ca¨ªda de Barcina, a la que se ha resistido durante a?o y medio. La confianza entre nacionalistas, Izquierda Unida y socialistas est¨¢ resentida desde 2007, cuando Ferraz abort¨® un intento de gobierno tripartito. Entonces, Jim¨¦nez, que ocupaba el puesto n¨²mero nueve en la lista, se convirti¨® en el portavoz encargado de defender ese veto. Y, en 2011, en vicepresidente del Gobierno de Barcina. Tambi¨¦n se sent¨® en ¨®rganos con cuantiosas dietas de Caja Navarra, aunque no en la Permanente objeto de investigaci¨®n judicial. Recelosos de Jim¨¦nez, EH Bildu, Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra tratan de que sea otro parlamentario el que encabece la moci¨®n de censura. El calendario es apretado; la normativa foral marca el 31 de marzo como el ¨²ltimo d¨ªa para disolver el Parlamento, puesto que no se pueden adelantar las elecciones el ¨²ltimo a?o de legislatura.
Todos preparan a contrarreloj la campa?a para el 25-M. Geroa Bai (que a¨²na a PNV y a nacionalistas sin afiliaci¨®n) tiene claro que ser¨¢ su diputada en el Congreso, Uxue Barkos, la que encabece la lista, y se ven con posibilidades de disputar el liderazgo de la alternativa a UPN.
Los socialistas, mientras, evitar¨¢n previsiblemente las primarias abiertas que hab¨ªan anunciado para proclamar a Roberto Jim¨¦nez como candidato. En EH-Bildu se espera el regreso al Parlamento de viejos conocidos de la izquierda abertzale y reservan para EA y Aralar dos puestos para cada uno en las primeras casillas. Barcina, mientras, y tras encerrarse el mi¨¦rcoles con su c¨ªrculo de confianza, ha optado por seguir adelante. Su entorno reconoce que se crece en los momentos adversos y en UPN se da por seguro que optar¨¢ de nuevo a la presidencia. Ella asegur¨® ayer a EL PA?S que el debate sobre su liderazgo est¨¢ zanjado, tras un dividido congreso hace un a?o. Si bien su imagen est¨¢ desgastada por tres a?os de convulso gobierno, no existe ning¨²n nombre alternativo para disputarle el cartel. Seg¨²n Barcina, el empe?o por demostrar la inocencia de Goicoechea ha unido al partido y, para escenificarlo, reuni¨® ayer a todos los cargos regionalistas en un hotel de Tafalla.
Cada uno de los ¡°quesitos¡± descritos por Sanz toma posiciones ahora ante la posibilidad de unas elecciones a las que se llega con los puentes derrumbados entre UPN y PSN tras 30 a?os de alianzas. Y habr¨¢ que ver c¨®mo encajan esta vez las fichas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.