Una recuperaci¨®n contrarreloj
El reto de Rajoy es que la mejora econ¨®mica se note en la calle antes del fin de la legislatura
Cuando el PP gan¨® las elecciones en 1996, la econom¨ªa espa?ola llevaba 11 trimestres consecutivos de crecimiento (10 de ellos por encima del 2% en tasa interanual) y ocho trimestres de creaci¨®n neta de empleo. Sin embargo, la sensaci¨®n general cuando lleg¨® la cita electoral con la que el PP accedi¨® al poder era de crisis. Se trataba de una recuperaci¨®n invisible. El balance triunfalista de su gesti¨®n econ¨®mica que ha realizado Mariano Rajoy (h¨¢bilmente construido, pese a mezclar datos reales con unas cuantas trampas e inexactitudes), durante el debate del estado de la naci¨®n, solo calar¨¢ de verdad si la gente empieza a notar la recuperaci¨®n econ¨®mica en su bolsillo. Y para eso hay dos caminos principales: creaci¨®n de empleo y bajada de impuestos.
El Gobierno ni siquiera se plantea devolver el nivel de los impuestos al que se encontr¨®
Para la rebaja fiscal no hay mucho margen. El Gobierno ni siquiera se plantea devolver el nivel de los impuestos al que se encontr¨®. La reforma fiscal pinta solo como una reversi¨®n parcial de la subida del IRPF aprobada por Rajoy nada m¨¢s llegar al Gobierno. El compromiso fue entonces retirar la subida para este a?o, luego se retras¨® a 2015 y ahora no se piensa ya en retirarla, sino en retocar los impuestos de forma que pueda presentarse y percibirse no tanto como el pago de una deuda pendiente (la retirada prometida) como una d¨¢diva de nueva creaci¨®n. El dise?o de la rebaja la har¨¢ gradual, a plazos y dise?ada con un c¨¢lculo pol¨ªtico que permita beneficiar un poco a la mayor¨ªa de contribuyentes (votantes) posible con el menor coste recaudatorio. Rajoy ha dicho que la rebaja beneficiar¨¢ a 12 millones de contribuyentes, pero la subida afect¨® a todos. Faltan detalles, pero la apariencia es que, pese a la reforma, los espa?oles seguir¨¢n pagando bastantes m¨¢s impuestos al terminar la legislatura que cuando Rajoy lleg¨® al poder.
La otra v¨ªa para que la recuperaci¨®n se note es el empleo. Rajoy ha presumido hoy mucho de la ca¨ªda del paro en 2013, obviando el hecho de que ha sido por la ca¨ªda de la poblaci¨®n activa, porque hay menos gente buscando empleo (por des¨¢nimo, porque se han ido fuera o por factores demogr¨¢ficos), y no por la creaci¨®n de empleo. Aunque la creaci¨®n de empleo neto en t¨¦rminos anuales es inminente (ya se est¨¢ produciendo, seg¨²n los datos de Rajoy), se espera que sea muy t¨ªmida. Por eso, la medida estrella anunciada por el Gobierno es una dr¨¢stica rebaja de las cotizaciones, hasta una tarifa plana de 100 euros al mes, para la creaci¨®n de nuevo empleo fijo.
Tras suprimir numerosas bonificaciones a la contrataci¨®n, el Gobierno las retoma en una de gran calado
Tras suprimir numerosas bonificaciones a la contrataci¨®n, el Gobierno las retoma en una de gran calado. Sin duda, esa rebaja contribuir¨¢ a la creaci¨®n de empleo y a la disminuci¨®n de la temporalidad, pero no est¨¢ exenta de riesgos. Por un lado, para las maltrechas cuentas de la Seguridad Social, que ha cerrado 2013 con un d¨¦ficit hist¨®rico. Por otro, por el riesgo de efecto sustituci¨®n y la aceleraci¨®n de la devaluaci¨®n salarial que puede generar (aunque habr¨¢ que ver la letra peque?a de las cautelas que traten de evitarlo). Los acad¨¦micos, en general, consideran que las bonificaciones y rebajas de las cuotas deben concentrarse en los segmentos desfavorecidos. Esta bonificaci¨®n general e indiscriminada tiene la ventaja de su sencillez, pero los trabajadores con menor empleabilidad quedar¨¢n al margen.
Quedan a¨²n cerca de dos a?os de legislatura. La inflexi¨®n de la econom¨ªa espa?ola es indudable, aunque el reparto de m¨¦ritos y causas, de errores y aciertos, sea discutible. Ha empezado la carrera contrarreloj para que la recuperaci¨®n econ¨®mica pase del discurso de Rajoy y de los mercados financieros a los ciudadanos.
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