Condenado un abogado de ETA por injurias a la Guardia Civil
Jon Enparantza acus¨® al instituto armado de torturar y matar al etarra Jon Anza El terrorista falleci¨® de muerte natural en mayo de 2009 y no fue identificado hasta marzo de 2010
El Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado al abogado de presos de ETA Jon Enparanza, actualmente en prisi¨®n, a una multa de 5.760 euros por un delito de injurias a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por acusar a la Guardia Civil de torturar y matar al etarra Jon Anza, que falleci¨® de muerte natural en un hospital de Toulouse (Francia) en mayo de 2009 tras desvanecerse en la calle cuando estaba solo y no llevaba documentaci¨®n, y cuyo cad¨¢ver no fue identificado hasta marzo de 2010.
El letrado Enparantza manifest¨® en una rueda de prensa que las fuerzas policiales espa?olas ¡°han secuestrado, torturado y llevado hasta la muerte a Jon Anza¡±. Y a?adi¨®: ¡°tenemos la certeza de que ha sido la Guardia Civil. La hip¨®tesis de los familiares y de la izquierda abertzale oficial se ve confirmada¡±. ¡°Se confirma lo que venimos denunciando desde un principio: estamos ante un acto de guerra sucia. Hoy ratificamos que Jon Anza ha sido secuestrado, torturado y llevado hasta la muerte por las Fuerzas Armadas. Tenemos el convencimiento de que ha sido la Guardia Civil, aunque no hay confirmaci¨®n de si han sido los espa?oles o los franceses¡±.
Las pruebas m¨¦dicas confirmaron que el etarra, cuyo cad¨¢ver no mostraba signo alguno de violencia, padec¨ªa un tumor cerebral que le acab¨® causando la muerte. Una serie de errores administrativos y disfunciones entre el hospital de Toulouse y la polic¨ªa francesa impidi¨® su identificaci¨®n, seg¨²n la sentencia del magistrado Jos¨¦ Mar¨ªa V¨¢zquez Honrubia.
El juez se?ala que ¡°la imputaci¨®n rotunda de graves delitos a la Guardia Civil sin m¨¢s basamento que conjeturas o hip¨®tesis que pol¨ªticamente beneficiaban a la banda no pueden basarse ni en la libertad de expresi¨®n, pues son pura difamaci¨®n, ni en la libertad de informaci¨®n, pues entonces ni ahora no era informaci¨®n veraz¡±. Por este motivo, el juez condena a Enparantza y subraya que ¡°la Constituci¨®n no reconoce un derecho al insulto¡±.
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