El final de ETA rebaja los conflictos protagonizados por sus presos
Los reclusos piden poner al d¨ªa sus expedientes antes de pedir traslados al Pa¨ªs Vasco La tranquilidad se impone en las prisiones
El cese definitivo de la actividad violenta de ETA y el fin de la aplicaci¨®n retroactiva de la llamada doctrina Parot han reducido a niveles desconocidos hasta ahora la conflictividad de los presos de la banda terrorista, seg¨²n fuentes judiciales. Los expedientes disciplinarios abiertos al aproximadamente medio millar de reclusos de la banda, que alcanzaron m¨¢s de 3.000 en el a?o 2010, justo antes del atentado contra la T-4 de Barajas que marc¨® la ruptura de la ¨²ltima tregua de ETA, se redujeron el a?o pasado a poco menos de 800, seg¨²n las mismas fuentes de la Audiencia Nacional.
En las prisiones, especialmente en las del norte de Espa?a en las que est¨¢n los presos menos conflictivos, la situaci¨®n es de ¡°normalidad y tranquilidad¡±, seg¨²n el magistrado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Jos¨¦ Luis de Castro. ¡°No se aprecia un aumento de la actividad sancionadora¡±, a?ade. De Castro y la magistrada de apoyo Mar¨ªa Reyes Jimeno realizaron hace dos semanas una gira de visitas por los centros penitenciarios de Logro?o, Burgos, Teruel, Zuera y Daroca (Zaragoza). All¨ª se entrevistaron con los presos que lo solicitaron y posteriormente con el equipo t¨¦cnico de cada prisi¨®n.
No se conoc¨ªa una ¨¦poca de calma parecida desde que el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar acerc¨® a parte de los presos al Pa¨ªs Vasco y traslad¨® a la pen¨ªnsula a los reclusos internados en Canarias. Los plantes de los reclusos, que eran constantes antes de la ¨²ltima tregua rota por ETA y que ten¨ªan como objetivo, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, tanto la protesta como ¡°servir a una estrategia de colapso de los juzgados y de los centros penitenciarios¡±, han disminuido sensiblemente.
Los presos de la banda parecen estar preparando el terreno para comenzar a pedir traslados a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco despu¨¦s del comunicado del pasado 28 de diciembre en el que el autodenominado Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos (EPPK, en sus siglas en euskera) reconoc¨ªa el da?o causado por sus acciones ¡ªaunque le pon¨ªan la apostilla de ¡°multilateral¡±¡ª y admit¨ªan la legalidad penitenciaria como paso previo a solicitar el acercamiento. Fuentes de la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias se?alan que hasta el momento no se ha recibido ninguna solicitud de traslado, al igual que tampoco han llegado solicitudes de suspensi¨®n de condena por enfermedad o por edad.
El pasado 15 de febrero, el EPPK anunci¨® el inicio de las peticiones de manera progresiva e individual. El tr¨¢mite se realiza por la v¨ªa administrativa ante Instituciones Penitenciarias y en caso de que haya desacuerdo con la resoluci¨®n que emita este departamento, el recurso ya entrar¨ªa por v¨ªa judicial, bien ante los juzgados territoriales donde se ubique la c¨¢rcel de origen del recluso ¡ªen el caso de los traslados¡ª bien ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional para las demandas de suspensi¨®n de pena.
Seg¨²n fuentes judiciales, la conflictividad se ha reducido en gran medida y las peticiones de los presos etarras son similares a las del resto de los reclusos. Las protestas colectivas, habituales cuando la banda estaba activa en todos sus frentes, pr¨¢cticamente han desaparecido en los ¨²ltimos meses. Una de las reclamaciones m¨¢s frecuentes en estos momentos y que hace pensar a los expertos que se avecina un goteo de peticiones de traslado es la de poner al d¨ªa los expedientes con el c¨®mputo de pena.
Fuentes penitenciarias apuntan que la serenidad reinante en las prisiones, sobre todo en las del norte, muestra que los presos buscan tener su expediente individual ¡°limpio¡± ante las peticiones de traslado. Incluso algunos presos que antes hab¨ªa rechazado expresamente el c¨®mputo de redenciones de condena, ahora las solicitan, en especial tras la derogaci¨®n de la doctrina Parot por el tribunal de Estrasburgo.
Expectaci¨®n o despiste
Las sanciones disciplinarias por acciones como huelgas de hambre, chapeos (negarse a abandonar la celda para salir al patio), o la pegada de carteles con reivindicaciones tanto en paredes de la c¨¢rcel como en el propio cuerpo ¡ªformas m¨¢s habituales de protesta de los reclusos etarras¡ª han bajado sustancialmente. La calma incluso se ha mantenido en t¨¦rminos generales tras el fallecimiento, el pasado 5 de febrero y por causas naturales, de Arkaitz Bell¨®n, en la prisi¨®n de El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz). Bell¨®n estaba condenado a 13 a?os de c¨¢rcel por violencia callejera.
En medios judiciales se manejan dos teor¨ªas sobre esta quietud.La primera es que los presos se encuentran ¡°a la expectativa¡± tras los ¨²ltimos movimientos de la banda ¡ªcomunicado de los excarcelados tras el fin de la doctrina Parot y compromiso de desarme total¡ª.
La segunda hip¨®tesis que se plantea es que la detenci¨®n en Bilbao del llamado Grupo de Coordinaci¨®n de los presos encabezado por los abogados Arantza Zulueta y Jon Enparantza el pasado 8 de enero ha sumido al colectivo en una especie de ¡°despiste¡± por falta de un entramado que transmita con agilidad las consignas de la direcci¨®n de la banda.
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