11-M: Manipulaci¨®n consciente o gesti¨®n nefasta
El corresponsal en Madrid, Steven Adolf, analiza las presiones informativas tras la masacre
La primera v¨ªctima en el campo de batalla es la verdad. Desafortunadamente no fue diferente en un atentado masivo como el del 11-M. Diez a?os despu¨¦s, la manipulaci¨®n medi¨¢tica sigue siendo m¨¢s que un recuerdo que eleva emociones ardientes.
Nunca olvidaremos las im¨¢genes de la ma?ana del 11-M en Atocha. Unos escenarios dantescos: coches del tren abiertos como latas de at¨²n, cad¨¢veres mutilados entre los rieles, taxis recogiendo gente ensangrentada. Esta situaci¨®n exige mucho de un periodista. Este tiene que atenerse a los hechos. ?Pero qu¨¦ pasa si los hechos de la informaci¨®n difundida por el Gobierno no son compatibles con pruebas o claras evidencias?
Desde el primer momento los medios internacionales tomaron en cuenta la posibilidad de un grupo de fundamentalistas isl¨¢micos como autores del atentado. En los meses anteriores Al Qaeda hab¨ªa se?alado p¨²blicamente a Espa?a como un claro objetivo. La otra opci¨®n de autores fue ETA. Pero muchos corresponsales reconocieron inmediatamente que las caracter¨ªsticas del atentado no pertenec¨ªan al habitual modus operandi de ETA. La organizaci¨®n no ten¨ªa un comando suficientemente equipado en Madrid para realizar un atentado de esta magnitud. M¨¢s a¨²n: circulaban noticias de otro tipo de explosivos que los utilizados habitualmente por ETA, con otro olor.
El Gobierno saliente de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar sab¨ªa que solo el mero hecho de poner en duda la autor¨ªa significar¨ªa un da?o electoral enorme en la votaci¨®n de aquel domingo, 14 de Marzo. Hubo un gran inter¨¦s de enfocar a ETA como el ¨²nico autor. El Gobierno, que hasta este momento estaba poco preocupado con las noticias internacionales, entr¨® en acci¨®n. Por la tarde, la ministra Ana Palacio envi¨® un telegrama a todas las embajadas dando instrucciones para que insistieran en la autor¨ªa de ETA, descartando otras hip¨®tesis. Dos horas mas tarde, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a petici¨®n de Espa?a, aprueba por unanimidad una resoluci¨®n condenando los atentados "perpetrados por el grupo terrorista ETA".?
M¨¢s acci¨®n: a lo largo de la misma tarde algunos corresponsales acreditados y miembros del C¨ªrculo de Corresponsales recibieron una llamada desde La Moncloa. En esta, notablemente inc¨®moda por el car¨¢cter poco habitual de la llamada, una colaboradora de la comunicaci¨®n del ¨¢rea internacional instaba a apuntar en las cr¨®nicas y difusiones que ETA era la autora de los atentados.
Esa misma tarde, la polic¨ªa hab¨ªa encontrado en la famosa furgoneta de Alcal¨¢ de Henares detonadores, un cartucho de dinamita y una cinta grabada con versos en ¨¢rabe: las primeras indicaciones que no apuntaban a ETA.
Con su pol¨ªtica alrededor del desastre del Prestige, el segundo Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ya ten¨ªa bastante mala fama en temas de comunicaci¨®n entre los corresponsales extranjeros. Pero aqu¨ª se cruz¨® una l¨ªnea roja. El C¨ªrculo de Corresponsales mandaba una carta al secretario de Estado de Comunicaci¨®n en funciones, Alfredo Timermans, expresando su malestar con las llamadas, m¨¢s en particular porque la informaci¨®n no se correspond¨ªa con la realidad o eran conclusiones prematuras en relaci¨®n con las investigaciones. Hasta el d¨ªa de hoy nunca recibimos una respuesta.
Durante los a?os posteriores a los atentados hemos visto un tsunami de teor¨ªas hinchadas, imputaciones, difamaciones, hasta tonter¨ªas absolutas circulando alrededor de los posibles autores y m¨®viles detr¨¢s de los atentados. El Partido Popular, sufriendo un aut¨¦ntico trauma despu¨¦s de perder las elecciones, se mantuvo durante a?os preso de un discurso que sugiere que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero estaba implicado en los atentados. Diariamente los exministros Eduardo Zaplana y ?ngel Acebes ¡ªpol¨ªticamente responsables de la debacle informativa de 11-M¡ª, acusaban al Gobierno leg¨ªtimo de tal compl¨®. Otro responsable pol¨ªtico, el actual primer ministro Mariano Rajoy, no descart¨® la existencia de colaboraciones entre ETA y terroristas isl¨¢micos.
Hay dos posibilidades detr¨¢s de la desinformaci¨®n y acusaciones mal infundadas: la manipulaci¨®n consciente o una gesti¨®n nefasta. En ambos casos los responsables pol¨ªticos de entonces nunca han tenido que rendir cuentas por sus comportamientos. Hemos encontrado a ?ngel Acebes en el juzgado, pero eso fue por una presunta comisi¨®n de delito de apropiaci¨®n indebida y falsificaci¨®n en Bankia. El se?or Aznar gana su dinero como miembro del Consejo de Administraci¨®n del grupo medi¨¢tico News Corporation. Quiz¨¢s su experiencia puede servir en el esc¨¢ndalo de la pirater¨ªa de tel¨¦fonos por el equipo de News of the World.
Mariano Rajoy todav¨ªa niega p¨²blicamente el concepto de responsabilidad pol¨ªtica, aunque esta vez en un contexto de corrupci¨®n. Nunca ha aparecido lo m¨¢s m¨ªnima indicaci¨®n, y mucho menos una sola prueba de la supuesta participaci¨®n de ETA o "autores intelectuales" en c¨ªrculos del partido socialista. Durante todo estos a?os ning¨²n corresponsal serio ha publicado algo con tal informaci¨®n. No obstante, las teor¨ªas de conspiraciones se mantienen vivas en algunos ¨¢mbitos pol¨ªticos y otras partes interesadas en Espa?a. Parece que las cicatrices medi¨¢ticas del 11-M todav¨ªa no se han cerrado.
Steven Adolf es periodista de De Volkskrant (Pa¨ªses Bajos), y era en 2004 el presidente del C¨ªrculo de Corresponsales extranjeros en Madrid.
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