Sebasti¨¤ Piera, hist¨®rico del PSUC y soldado de ¨¦lite
El Ej¨¦rcito Rojo le encarg¨® matar al gobernador nazi de Vilna y despu¨¦s de la II Guerra Mundial fue enviado a Espa?a para reconstruir el comunismo catal¨¢n
Mosc¨², Bak¨², Osetia o Vilna fueron algunos de los destinos que durante la II Guerra Mundial vivi¨® Sebasti¨¤ Piera, comunista catal¨¢n nacido hace 97 a?os en la localidad leridana de Santa Maria de Mei¨¤ y que falleci¨® el pasado s¨¢bado en Ajaccio (C¨®rcega). La edad hab¨ªa hecho mella en la movilidad de este hombre que estuvo en todos los frentes de lucha posibles y que vivi¨® la incomprensi¨®n de sus propios compa?eros de partido.
Despu¨¦s de participar en la Guerra Civil, Piera fue rescatado por la Embajada sovi¨¦tica en Par¨ªs del campo de concentraci¨®n de Saint Cyprien, que acogi¨® a decenas de miles de republicanos espa?oles. Tras llegar a Mosc¨², pas¨® a trabajar para el Ej¨¦rcito Rojo en el C¨¢ucaso. En Bak¨² instruy¨® a los obreros de los pozos petrol¨ªferos para ense?arles a volarlos en caso de que llegaran las tropas de la Wehrmacht. Luego pas¨® a Osetia, donde actu¨® como guerrillero. A finales del verano de 1943, el general Soudaplatov le convoc¨® para la Operaci¨®n Guadalajara. Estaba recomendado por la general del NKVD (antecesor del KGB) Caritat Mercader, madre de Ram¨®n Mercader, asesino de Trotski. La misi¨®n de Piera era matar al gobernador militar alem¨¢n de Vilna, el general Von Rheitel, y secuestrar a Esteban Infantes, general de la Divisi¨®n Azul. Los comunistas espa?oles saltaron en paraca¨ªdas en los bosques de Augustov Liesov, entre Bielorrusia y Lituania. Los soldados de ¨¦lite iban vestidos con uniformes de la Divisi¨®n Azul y durante semanas fueron recopilando informaci¨®n. Lo ten¨ªan todo preparado. Sab¨ªan cu¨¢ntos escalones hab¨ªa desde la calle al despacho de Von Rheitel. Y Piera era quien deb¨ªa ejecutarlo. Sin embargo, el avance de las tropas sovi¨¦ticas del primer frente bielorruso, al mando del mariscal Rokossovski, forz¨® la retirada alemana y frustr¨® la operaci¨®n.
Piera era un hombre de fe ciega en sus ideales. ¡°Una vez un polaco me cont¨® que Stalin hab¨ªa hecho fusilar a todo el comit¨¦ central de Partido Comunista polaco. ?C¨®mo era posible? No lo ve¨ªa claro. Es como si hubieran fusilado a La Pasionaria¡±, explic¨® en una conversaci¨®n con este diario en 1995, cuando apareci¨® la biograf¨ªa que sac¨® todo a la superficie: El soldat de Pandora, del historiador Ricard Vinyes. Piera tambi¨¦n sufri¨® el estalinismo.
Al finalizar la II Guerra Mundial fue enviado de regreso a Espa?a. Deb¨ªa participar en la reconstrucci¨®n del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), los comunistas catalanes. Era 1947 y a los tres meses de llegar ya estaba en prisi¨®n. ¡°A m¨ª me cogieron junto a Joaquim Puig Pidemunt, que fue fusilado en el Camp de la Bota. A ¨¦l le debo haber continuado con vida¡±, confes¨® a este diario. Resisti¨® a los interrogatorios que dirig¨ªa el comisario franquista Antonio Creix. Las palizas le dejaron la secuela de la par¨¢lisis facial y el recuerdo de una simulaci¨®n de ejecuci¨®n. Creix puso el silenciador en su pistola y luego la apoy¨® contra el coraz¨®n de Piera: ¡°Quiero ver la cara que haces cuando te mate¡±, le dijo. Fue condenado en consejo de guerra a tres a?os de c¨¢rcel. El mismo d¨ªa que sal¨ªa de la prisi¨®n Modelo fue detenido por agentes de la Segunda BIS, un cuerpo de Estado Mayor especializado en represi¨®n pol¨ªtica, quienes le dijeron: ¡°Si t¨² no quieres hablar, te haremos liquidar por los tuyos¡±.
Ah¨ª empez¨® el calvario con su partido. Pas¨® a vivir a Francia. ¡°Vi c¨®mo los m¨ªos me dejaban de lado¡±, se lamentaba. ?l lo desconoc¨ªa, pero la polic¨ªa espa?ola hab¨ªa pasado informaci¨®n al partido present¨¢ndole como colaboracionista con el franquismo. Fue interrogado por sus compa?eros. Vivi¨® a?os duros sin solidaridad ni ayuda alguna. Sus viejos camaradas le hicieron un vac¨ªo total. La polic¨ªa francesa lo desterr¨® a C¨®rcega y secuestr¨® a uno de sus hijos durante meses en un sanatorio de Banyuls. Eran a?os de guerra fr¨ªa y represi¨®n contra los comunistas espa?oles en Francia. Tuvo que rehacer su vida trabajando de alba?il. ¡°Lo que m¨¢s me ha hecho sufrir en la vida no han sido los combates, ni los sacrificios ni las torturas; ha sido la desconfianza. El estalinismo ha sido el c¨¢ncer del socialismo¡±, conclu¨ªa. Siempre mantuvo intacto su sue?o en una sociedad igualitaria y se consider¨® comunista. Vivi¨® 62 a?os con Trinidad Revolt¨®. Recibi¨® en 2004 la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat. Iniciativa per Catalunya le rindi¨® un homenaje en 2010, coincidiendo con el 74? aniversario del PSUC.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.