Condenados los etarras Martitegi y Goikoetxea por atentar en Calahorra
Los etarras pusieron un coche bomba en la casa cuartel de la localidad riojana en 2008. Las penas suman m¨¢s de un siglo de c¨¢rcel para cada uno de ellos
Los miembros de ETA Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea han sido condenados a 139 y 136 a?os de prisi¨®n respectivamente por su participaci¨®n en el atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) el 21 de marzo de 2008, en el que resultaron heridas ocho personas, dos de ellas guardias civiles. El tribunal absuelve a un tercer acusado, ??igo Guti¨¦rrez Carrillo, por falta de pruebas.
La sentencia de la Secci¨®n Primera de la Audiencia Nacional considera a los miembros del comando Askatasun Haizea autores de ocho delitos intentados de atentado terrorista con finalidad homicida, uno de estragos, dos de detencion ilegal y uno de robo. En el caso de Martegi, ademas, a otro de tenencia de explosivos. Los magistrados destacan que con su accion la banda terrorista "seleccionaba un establecimiento de un cuerpo de seguridad del estado donde habitan funcionarios con sus familias, utilizados para enviar un mensaje de horror a otras personas y a la sociedad".
En ese juicio Martitegi expres¨® su orgullo de pertenencia a ETA. "Soy militante de ETA y me siento muy orgulloso de serlo. Hago m¨ªas todas las acciones pol¨ªtico-militares realizadas por ETA en su en medio siglo de historia. No reconozco ninguna legitimidad a este tribunal para juzgar a la resistencia vasca y no pienso participar en esta farsa jur¨ªdica que ustedes llaman tribunal. Nada m¨¢s", manifest¨® el antiguo jefe etarra.
El comando decidi¨® el 21 de marzo de 2008 colocar un coche-bomba frente al cuartel de Calahorra, situado en la calle de General Gallarza, para que hiciera explosi¨®n a las 14.00 horas. El artefacto estaba compuesto de dos barriles de cerveza de unos 50 litros cada uno con explosivo amonitol.
Los terroristas fabricaron la bomba en un piso de Ezcaray y lo trasladaron en una furgoneta, en la que se encontraron rastros gen¨¦ticos de Goikoetxea, hasta ?lava. All¨ª, hicieron una parada esperando al paso de alg¨²n veh¨ªculo para utilizarlo en el atentado.
Siguiendo esta estrategia, los etarras retuvieron a una pareja que se preparaba para una jornada de senderismo, les enca?onaron y retuvieron, maniatados con bridas y con los ojos cerrados, mientras cargaban su Honda Civic de explosivos.
Aparcado el coche-bomba, Goikoetxea avis¨® a la DYA de ?lava y a los bomberos de Calahorra, lo que sirvi¨® para desalojar las viviendas y evitar una masacre. El edificio albergaba a 33 personas, de las cuales al menos 23 eran guardias civiles. El ataque dej¨® siete heridos y caus¨® da?os superiores a los 4,7 millones de euros en inmuebles y veh¨ªculos estacionados en la zona.
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