El legado constitucional
Los catedr¨¢ticos Rubio Llorente y Pend¨¢s coinciden en el acierto del dise?o democr¨¢tico protagonizado por Su¨¢rez
?Qu¨¦ queda hoy de la pol¨ªtica de la Transici¨®n que protagoniz¨® Adolfo Su¨¢rez? Francisco Rubio Llorente, exvicepresidente del Tribunal Constitucional y expresidente del Consejo de Estado, no tiene ninguna duda: ¡°El Estado constitucional, que no es poco¡±.
Tanto ¨¦l como Benigno Pend¨¢s, letrado de las Cortes, doctor y catedr¨¢tico en Ciencia Pol¨ªtica y ahora director del Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales, destacan la importancia de la ¡°tabla de derechos y libertades¡± que ha quedado de aquella gesti¨®n. Coinciden en que la Transici¨®n, acert¨® al optar por reforma frente a ruptura; en que, como toda obra humana, no fue perfecta y, con distintos matices, defienden la necesidad de adaptar el Estado constitucional al nuevo tiempo.
¡°Los aciertos superan con mucho a los errores¡±, a?aden.
A la pregunta sobre el legado, Pend¨¢s responde a?adiendo el recuerdo del clima pol¨ªtico que impuls¨® Su¨¢rez. ¡°Los espa?oles tenemos contra¨ªda una vieja deuda con la libertad pol¨ªtica y el Estado de Derecho, tantas veces maltratados a lo largo de nuestra historia. La Transici¨®n contribuy¨® decisivamente a saldar esa deuda. Frente a los t¨®picos, a veces bien merecidos, Espa?a pas¨® a ser modelo y ejemplo sobre el cambio (sustancialmente pac¨ªfico) de la dictadura a la democracia. Entonces triunf¨® la pol¨ªtica sobre el partidismo. Con todos los defectos, que no conviene magnificar, y muchas virtudes, que ahora nos hacen mucha falta. La sociedad espa?ola supo ser generosa, incluso valiente. Como lo fue Adolfo Su¨¢rez en el hemiciclo del Congreso el 23-F. Nos queda, por tanto, el orgullo y la lecci¨®n: sabemos hacer bien las cosas, a pesar de algunos oportunistas, unos cuantos desleales y demasiados inconscientes¡±.
Pese a esa trascendencia, ninguno de los dos acepta comparaciones entre los pol¨ªticos actuales y los de la etapa del expresidente. De hecho, Rubio Llorente, catedr¨¢tico y referente de Derecho Constitucional, sostiene respecto al consenso que ¡°hay que desmitificarlo. No todos estuvieron siempre de acuerdo sobre todo¡±.
La soluci¨®n de la 'ruptirreforma' fue la adecuada¡± FRANCISCO RUBIO LLORENTE
Para Pend¨¢s ¡°la sociedad echa de menos los grandes acuerdos, que aqu¨ª llamamos "consensos" y en buena teor¨ªa pol¨ªtica deben calificarse de "compromisos". Los pactos de Estado son el reflejo de la madurez social y del sentido de la responsabilidad de los pol¨ªticos. Entonces la democracia era "joven", y todos fueron algo ingenuos y arriesgados. Pero tambi¨¦n creyeron profundamente en la Espa?a constitucional. El resultado vali¨® la pena¡±.
En su opini¨®n, ¡°el consenso solo se ha perdido en el tema territorial, porque en lo dem¨¢s se mantiene con suficiente holgura¡±.
¡°Entonces triunf¨® la pol¨ªtica sobre el partidismo¡± BENIGNO PEND?S
Ambos, desde posiciones ideol¨®gicas distintas, coinciden en que la opci¨®n de la reforma antes que la ruptura fue la correcta, aunque ahora se ponga en cuesti¨®n. ¡°La soluci¨®n de la ruptirreforma fue la adecuada y no estamos pagando consecuencia alguna. Lo de los movimientos ciudadanos es una cuesti¨®n ajena¡±, explica Rubio Llorente, para quien la desafecci¨®n ciudadana y el cuestionamiento actual del funcionamiento de las instituciones y hasta de la democracia representativa tiene m¨¢s que ver ¡°sobre todo con la impotencia de la pol¨ªtica frente a la globalizaci¨®n econ¨®mica y m¨¢s en particular, en el caso de los Estados miembros de la UE, con algunos defectos en su estructura¡±.
Pend¨¢s, asesor del actual Gobierno desde su cargo en el CEPC, explica que ¡°la desafecci¨®n es un producto complejo, mezcla de crisis econ¨®mica y fatiga de materiales del sistema. Los pol¨ªticos est¨¢n desconcertados, aqu¨ª y en todas partes, lo mismo que los intelectuales y los medios de comunicaci¨®n. La gente habla mal de los pol¨ªticos y de sus eternas discusiones, aunque (por fortuna) todav¨ªa no habla bien de posibles alternativas inaceptables. Por eso, es urgente practicar una sabia pedagog¨ªa de la libertad. La democracia representativa tiene que reforzar con inteligencia sus elementos participativos. Pero, recu¨¦rdese, la democracia como ideal es siempre decepcionante por su propia naturaleza¡±.
A?ade que ¡°la reforma fue un gran acierto y la ruptura hubiera sido un error de alcance hist¨®rico. Hay quienes descubren ahora, lejos del poder y sus vanidades, que nuestra democracia naci¨® bajo vigilancia de los poderes f¨¢cticos¡±. A?ade que los movimientos ciudadanos nacidos recientemente ¡°son expresi¨®n de malestar¡± y explica que ¡°en l¨ªnea con el mundo postmoderno, apelan casi siempre a soluciones concretas de problemas reales, lejos de los dogmas que reclamaban hace tiempo nuestra adhesi¨®n inquebrantable. Cuando funcionan en el marco (intangible) de la ley, son una llamada de atenci¨®n muy oportuna. De nuevo sobre los j¨®venes. Tenemos que contarles, con datos objetivos, que esta Espa?a es mucho mejor que aquella. Personajes como Su¨¢rez (ni santos ni demonios) lo hicieron posible. Hay que ser agradecidos con ellos¡±.
Rubio Llorente rechaza que ahora en esas protestas o con las tensiones territoriales se pongan de manifiesto errores de dise?o de la Constituci¨®n y s¨ª admite disfunciones por el paso del tiempo. ¡°El dise?o es acertado, en su realizaci¨®n se cometieron errores. Hoy ese dise?o resulta adem¨¢s insuficiente. Ni las comunidades aut¨®nomas ni la integraci¨®n europea son futuribles y es as¨ª como aparecen en la Constituci¨®n. Es solo un ejemplo¡±. Ni siquiera cree que lo hubiera en el llamado ¡°caf¨¦ para todos" que extend¨ªa las mismas competencias a todas las comunidades aut¨®nomas. ¡°El caf¨¦ para todos no est¨¢ en la Constituci¨®n, fue una decisi¨®n pol¨ªtica posterior apoyada en el acuerdo de los dos grandes partidos de la ¨¦poca¡±, a?ade.
Pend¨¢s tambi¨¦n defiende el dise?o porque ¡°el pol¨ªtico inteligente se adapta a las circunstancias y reconoce de forma intuitiva las fortalezas y las debilidades del adversario. En esto, Su¨¢rez era un maestro. Por eso, el dise?o constitucional es el fruto de un objetivo irrenunciable y de una adaptaci¨®n al contexto. El objetivo era ser como Europa, contar con una democracia pluralista y una sociedad abierta al modo de nuestros vecinos¡±. Explica que ¡°ese era, en el fondo, el "proyecto sugestivo" de Ortega, padre intelectual de la Transici¨®n¡±.
Destaca como l o mejor: ¡°el Estado social y democr¨¢tico de Derecho y la Monarqu¨ªa parlamentaria. Lo m¨¢s dif¨ªcil, como siempre: el modelo territorial. La Constituci¨®n acierta en lo sustancial. Es la mejor de nuestra agitada historia: hermoso t¨ªtulo aunque, al margen de "la Pepa", la competencia es m¨¢s bien discreta. Hay otros muchos aciertos: una buena "tabla" de derechos y libertades o un r¨¦gimen parlamentario bien perfilado. La Constituci¨®n no tiene la culpa de todos los males. Muy al contrario, si somos sensatos, que debemos renovar la confianza en sus fundamentos pol¨ªticos¡±.
Rubio Llorente destac¨® en este peri¨®dico en el ¨²ltimo aniversario de la Constituci¨®n como lo peor del legado constitucional ¡°la falta de soluci¨®n definitiva del modelo territorial y el hecho de que por asegurar un sistema de partidos estable, se haya dado lugar a una concentraci¨®n de poder excesiva en la c¨²pula de los partidos y un cierre a la sociedad. Tambi¨¦n ha llevado a un excesivo control de la vida parlamentaria por la c¨²pula de los partidos. Se ha acentuado el sistema cancilleresco. Hay problemas en la organizaci¨®n de la Justicia, con cierta colonizaci¨®n de las instituciones que deb¨ªan ser neutrales, como el Consejo General del Poder Judicial, que tampoco es una situaci¨®n distinta a la de otras democracias¡¤.
Pend¨¢s habla de ¡°ajustar piezas¡± y explica que ¡°hay instituciones que rinden mejor y otras que rinden peor. Coyunturas al margen, el Rey como "¨¢rbitro y moderador" ha cumplido todas las expectativas. El Senado necesita un nuevo perfil, y lo saben sus m¨¢ximos responsables. Tambi¨¦n el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial viven tiempos delicados¡±. ¡°Tenemos un marco muy razonable de convivencia que funciona mucho mejor de lo que ha sido habitual en estas tierras¡±, a?ade. Lamenta la ruptura del consenso territorial y admite que ¡°el modelo auton¨®mico tiene defectos, como es natural: hay que clarificar competencias; mejorar los mecanismos cooperativos; traducir en hechos la ret¨®rica de la lealtad constitucional
Rubio Llorente, en cambio, desde la defensa de la Constituci¨®n ha defendido reformas en la norma en el ¡°sistema de divisi¨®n territorial del poder¡±, la supresi¨®n de la provincia como circunscripci¨®n electoral, la organizaci¨®n del Poder Judicial, la moci¨®n de censura positiva y regular el proceso de integraci¨®n en la Uni¨®n Europea, entre otras.
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