El ADN llega tarde
El an¨¢lisis prueba la inocencia de un preso que falleci¨® en Sevilla Condenado por una rueda de reconocimiento, cuya eficacia cuestionan los expertos
Antonio Guile result¨® condenado por un robo con violencia cometido en Sevilla en 2011. Un a?o despu¨¦s fallec¨ªa en prisi¨®n. Y ahora, dos a?os y medio m¨¢s tarde, el ADN ha revelado al verdadero autor del robo, que no era ¨¦l. El Tribunal Supremo ha corregido dos sentencias condenatorias. Demasiado tarde para Guile, ya fallecido, que fue condenado por el testimonio de la v¨ªctima, que le reconoci¨® ¡°sin g¨¦nero de dudas¡± hasta en tres ocasiones distintas.
El caso ha puesto de relieve los errores del sistema judicial cuando las condenas se basan en las ruedas de reconocimiento de la v¨ªctima y su persistencia al inculpar a otra persona. Y m¨¢s tarde el ADN revierte todas sus certezas. La mala suerte de Guile aument¨® por un dato ins¨®lito: los resultados del perfil gen¨¦tico se retrasaron nada menos que dos a?os y medio, por lo que la subsanaci¨®n del error lleg¨® tras su muerte en prisi¨®n.
?Es suficiente la identificaci¨®n de un sospechoso por parte de la v¨ªctima para que este sea condenado? ¡°?Sin ninguna duda. Es la prueba reina! Se trata de lograr indicios para realizar una acusaci¨®n l¨®gica¡±, exclama un fiscal. Ello a pesar de que los atracos y otros sucesos ocurren en ocasiones de noche, con poca visibilidad y en cuesti¨®n de segundos. La rutina judicial hace que los magistrados acepten como definitivos los reconocimientos visuales de las v¨ªctimas, que a veces cuentan con pruebas que los corroboran, y a veces no. ¡°Siempre que no haya enemistad manifiesta, se aceptan porque los resultados de ADN suelen retrasarse entre un a?o y a?o y medio. Si esper¨¢ramos, la justicia se paralizar¨ªa¡±, alegan fuentes judiciales.
Antonio Guile fue condenado por robo y estuvo en la c¨¢rcel un a?o donde muri¨®
Juan Domingo Valderrama, abogado de Rafael Ricardi, que pas¨® 13 a?os en prisi¨®n por una violaci¨®n que no cometi¨®, cuestiona las ruedas de reconocimiento: ¡°En ocasiones la v¨ªctima del delito viene de una experiencia muy traum¨¢tica, como una violaci¨®n, y debe indicar al culpable con una certeza absoluta. Las v¨ªctimas no act¨²an con maldad pero la polic¨ªa podr¨ªa llegar a influir en ello, solo planteo que el procedimiento es deficitario¡±.
Las pruebas gen¨¦ticas se pueden resolver en 48 horas, pero los atascos que soportan los laboratorios de ADN de la polic¨ªa, una quincena en todo el pa¨ªs, provocan a veces flagrantes injusticias. ¡°El retraso afecta a casos muy heterog¨¦neos que afectan por ejemplo a menores venidos en pateras y se trata de un problema de medios (...) es necesaria una pr¨¢ctica m¨¢s ¨¢gil¡±, opina Jes¨²s Garc¨ªa Calder¨®n, fiscal superior de Andaluc¨ªa. En el caso de Guile, la polic¨ªa de Sevilla ha declinado aclarar el motivo del retraso en los an¨¢lisis gen¨¦ticos, que super¨® los 800 d¨ªas. ¡°Hablamos de la rutina, porque cuando un juez apremia, el escenario cambia. Y aqu¨ª se trabaja noche y d¨ªa¡±, replican fuentes de la Polic¨ªa Cient¨ªfica.
Los an¨¢lisis gen¨¦ticos eran anta?o excepcionales, pero un cambio legislativo provoc¨® que sean obligatorios en m¨²ltiples supuestos, lo que ha desbordado la capacidad de la polic¨ªa para tramitarlos.
El problema es que en este caso la urgencia pareci¨® relativa y nadie reclam¨® los resultados para demostrar la inocencia de Guile, delincuente habitual y drogodependiente que encaden¨® m¨²ltiples sentencias desde 1982. ¡°En los laboratorios no hay orden de entrada para la realizaci¨®n de las pruebas. Hay casos urgent¨ªsimos, como las violaciones, que se analizan con prioridad¡±, explica Jos¨¦ Antonio Llorente, miembro de la Comisi¨®n Nacional de Especialidad de Medicina Legal y Forense.
La v¨ªctima del robo, Rosa Juana Bernedo, repiti¨® su convencimiento de que Guile rompi¨® la ventanilla de su coche y forceje¨® con ella para llevarse su bolso. Finalmente, el a?o pasado los supuestos culpables pasaron a ser dos, identific¨® a Guile y al presunto autor, Alejandro Aparicio, tras subrayar su ¡°duda razonable¡± dado el parecido f¨ªsico de ambos. Ahora la familia de Guile pedir¨¢ una indemnizaci¨®n para intentar paliar el tiempo de condena injusta que padeci¨®. ¡°M¨¢s que nada queremos que esto no vuelva a pasar, que no le pase a nadie m¨¢s (...) La prueba del ADN fue la gota que colm¨® el vaso. No nos echaban cuenta ni a nosotros ni a mi hermano¡±, explica Antonia Guile cuando recuerda el caso.
Sin cifras es dif¨ªcil calcular la dimensi¨®n de estos casos en los que el ADN tumba las investigaciones policiales, y aunque son muy espor¨¢dicos, el perjuicio es descomunal. Y sus v¨ªctimas suelen ser delincuentes habituales que padecen ruedas de reconocimiento y una instrucci¨®n cojas. Ni el Consejo General del Poder Judicial ni Instituciones Penitenciarias contabilizan estos casos. Hasta que no desaparezcan los atascos para los an¨¢lisis gen¨¦ticos, las soluciones parecen limitadas. ¡°Esto no es Estados Unidos ni una serie de televisi¨®n¡±, ironiza un agente.
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