Las ONG de Rabat alertan de que est¨¢n desbordadas de inmigrantes heridos

El Centro de Acogida de Inmigrantes que la organizaci¨®n cat¨®lica C¨¢ritas tiene en Rabat no es un hospital pero muchos d¨ªas lo parece. Lo parec¨ªa. La semana pasada cerr¨® temporalmente sus instalaciones, desbordado y para llamar la atenci¨®n de las autoridades sobre su cr¨ªtica situaci¨®n. Desde finales de 2013, cuando el Gobierno marroqu¨ª anunci¨® su nueva pol¨ªtica de regularizaci¨®n de sin papeles y dej¨® de aplicar a las bravas las expulsiones de esos irregulares sobre todo hacia Argelia para trasladarlos hacia las ciudades, Rabat est¨¢ saturado. La Plataforma por la Inmigraci¨®n, que agrupa ocho grandes asociaciones humanitarias, se volvi¨® a reunir ayer para dar la voz de alarma, reclamar alguna soluci¨®n a los Gobiernos afectados y anunciar pr¨®ximas iniciativas. El fen¨®meno de la llegada de inmigrantes a Rabat est¨¢ muy lejos de frenarse.

La Plataforma por la Inmigraci¨®n hab¨ªa reclamado el 25 de marzo a Marruecos, Espa?a, el Consejo Consultivo de los Derechos del Hombre y hasta a la ONU alguna soluci¨®n urgente y el respeto a las leyes nacionales e internacionales ante la presi¨®n migratoria que est¨¢n sufriendo Ceuta y Melilla desde finales de 2013. No ha recibido respuesta. Este martes, las ONG se volvieron a citar en Rabat y acordaron reiterar sus quejas y sus demandas. Dar¨¢n una rueda de prensa conjunta el 17 de abril para anunciar nuevas acciones reivindicativas, pero antes algunas de ellas han querido llamar la atenci¨®n sobre sus carencias.

El caso m¨¢s llamativo ha sido el de C¨¢ritas. Ya en el comunicado de la semana pasada la organizaci¨®n cat¨®lica demandaba a las autoridades sanitarias de Rabat y de la zona norte de Marruecos que fueran conscientes de sus l¨ªmites en cuanto a la atenci¨®n que pod¨ªa prestar. Y subrayaba que no dispon¨ªa de medios t¨¦cnicos ni humanos preparados para dar esos servicios. Especialmente a los ni?os.

Los responsables en Rabat de C¨¢ritas han elaborado un documento interno que han enviado a su arzobispo, monse?or Vincent Landel, para explicarle con datos la gravedad de la crisis. Y le ponen fecha. Antes de octubre pasado tambi¨¦n se produc¨ªan flujos de inmigrantes hacia Ceuta y Melilla, y hab¨ªa violencia en el entorno de las vallas, y heridos. Pero los gendarmes no se andaban con muchas contemplaciones y expulsaban a los inmigrantes, especialmente por Oujda hacia Argelia. Entonces la situaci¨®n pol¨ªtica interna cambi¨®.

El Gobierno marroqu¨ª, presionado tambi¨¦n por Espa?a, anunci¨® que iba a poner en marcha el primer proceso de regularizaciones de un pa¨ªs africano y dej¨® de enviar a los irregulares detenidos en los alrededores de ambas ciudades aut¨®nomas espa?olas a la frontera argelina y les empez¨® a trasladar de manera masiva a las grandes ciudades y particularmente a Rabat. Las llegadas a la capital se incrementaron y el centro de acogida de C¨¢ritas pas¨® de atender a 179 personas en octubre (cifra algo superior a la de 2012) a 382 este pasado diciembre (un aumento del 120%).

El centro estaba pensado para otra cosa. Cuenta con unos 25 empleados (algunos voluntarios) y deb¨ªa dedicarse a atender una media de 100 personas diarias pero para ofrecerles orientaci¨®n psicol¨®gica, social y sanitaria. El pasado 24 de marzo decidi¨® cerrar. Estaba a reventar y parec¨ªa un hospital. La semana previa hab¨ªan aparecido casi 300 irregulares m¨¢s, desplazados por la polic¨ªa desde el norte en buses, a los que dejan al pairo en la estaci¨®n. Entre 40 y 60 llegaron con heridas, muchos graves por los da?os de las concertinas. Seis fueron trasladados en ambulancias al hospital. C¨¢ritas inform¨® este martes de que en la noche del viernes al s¨¢bado pasado arribaron a Rabat seis autobuses con otras 400 personas m¨¢s.

Marruecos, mientras, da pasos pero con muchos l¨ªmites. El ministro de Asuntos relacionados con la Inmigraci¨®n, Anis Birou, anunci¨® justo la semana pasada nuevas medidas encaminadas a integrar mejor a los inmigrantes en su sociedad para que sea una posibilidad de refugio y no solo de tr¨¢nsito: derecho de asilo; la inclusi¨®n de los ni?os en las escuelas p¨²blicas; formaci¨®n de empleo para los adultos y acceso al sistema sanitario. Las organizaciones humanitarias valoran esos esfuerzos pero le parecen, en las actuales circunstancias, muy vagos y gen¨¦ricos.