Catalu?a y Euskadi: los papeles han cambiado
La voluntad del Gobierno vasco es avanzar en una reforma estatutaria, de amplio consenso, entre nacionalistas y no nacionalistas con una construcci¨®n ¡°de abajo a arriba¡± y no como la experiencia de Ibarretxe, y hoy de Mas, de ¡°arriba a abajo¡±
Desde septiembre de 2012, hace ya a?o y medio, el lehendakari, I?igo Urkullu, y el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, no se han visto. Es la expresi¨®n m¨¢s clara de la distancia del PNV del proceso soberanista catal¨¢n, cuyo tr¨¢mite, la petici¨®n de consulta, apoya como partido nacionalista que defiende la soberan¨ªa de Catalu?a. Pero a la vez deja claro que la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco hoy no tiene que ver con la de Catalu?a y que, por tanto, sus v¨ªas difieren de la soberanista promovida por Artur Mas.
El PNV contempla el tr¨¢mite soberanista catal¨¢n en el Congreso de los diputados como un d¨¦j¨¤ vu. Hace nueve a?os, en febrero de 2005, el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe, del PNV, defendi¨® en el Congreso un estatus de libre asociaci¨®n con Espa?a, un planteamiento confederal, que fue rechazado por una amplia mayor¨ªa que lo consider¨® inconstitucional. Y tres a?os despu¨¦s, present¨® una ley de consulta para ejercer el ¡°derecho a decidir¡± que fue recurrida por el Gobierno del PSOE ante el Tribunal Constitucional y fue tambi¨¦n rechazada. Al a?o siguiente, en las elecciones de 2009, un pacto PSE-PP desplaz¨® a Ibarretxe del Gobierno vasco y le sucedi¨® el socialista Patxi L¨®pez.
Esta secuencia de acontecimientos fue toda una vacuna para el PNV de I?igo Urkullu y Andoni Ortuzar con la peculiaridad de que entonces, en la pasada d¨¦cada, quien daba lecciones al nacionalismo vasco era Artur Mas cuando se?alaba que ¡°la mejor Espa?a democr¨¢tica fue la de los acuerdos con CiU y el PNV¡± mientras pronosticaba que los nacionalistas vascos tendr¨ªan que asumir renuncias a sus planteamientos maximalistas.
En esta nueva d¨¦cada, las tornas y los papeles han cambiado. Es ahora la CiU de Mas, aupada en la corriente soberanista, la radical, y el PNV, de Urkullu, el pragm¨¢tico. Mientras hoy, en el Congreso, el nacionalismo catal¨¢n consume una etapa m¨¢s en su camino soberanista y en la confrontaci¨®n con el Estado, el mi¨¦rcoles, el Gobierno vasco, del PNV, re¨²ne la ponencia de reforma del Estatuto vasco, pendiente de materializar tras el intento fracasado de Ibarretxe. Una ponencia que dedicar¨¢ un a?o a consultas con todo tipo de interlocutores y expertos.
La voluntad del Gobierno vasco es avanzar en una reforma estatutaria, de amplio consenso, entre nacionalistas y no nacionalistas con una construcci¨®n ¡°de abajo a arriba¡± y no como la experiencia de Ibarretxe, y hoy de Mas, de ¡°arriba a abajo¡±. La de experiencia ya fracasada de poner por delante el derecho a decidir, entendido como derecho a la autodeterminaci¨®n.
La propuesta del primer partido vasco, el PNV, a¨²n sin desarrollar, apunta a un blindaje del Concierto Econ¨®mico vasco, amenazado por algunos presidentes auton¨®micos. Apunta tambi¨¦n a la pretensi¨®n de extender la relaci¨®n de bilateralidad con el Estado, que implica el Concierto, a otras materias, y de blindarlas frente a leyes org¨¢nicas del Estado. Su engranaje legal ser¨ªa la disposici¨®n adicional primera de la Constituci¨®n y la disposici¨®n ¨²nica del Estatuto de Gernika. Esta posici¨®n choca frontalmente con la de la izquierda abertzale que, con su reivindicaci¨®n prioritaria del derecho a decidir, se aproxima a la vigente reclamaci¨®n soberanista catalana.
Para cuando se abra este debate de fondo en el Pa¨ªs Vasco, dentro de un a?o, ya habr¨¢ pasado la fecha de la consulta catalana y se conocer¨¢, tambi¨¦n, si los partidos nacionales est¨¢n predispuestos a una reforma constitucional para buscar mejor encaje a Catalu?a. El factor tiempo juega, tambi¨¦n,a favor del pragmatismo actual del PNV. Mientras tanto y tambi¨¦n, entonces, las prioridades del Gobierno vasco y el PNV seguir¨¢n siendo la lucha contra la recesi¨®n econ¨®mica y la gesti¨®n ordenada del final de ETA.
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