Rajoy reta a los nacionalistas catalanes a cambiar la Ley Fundamental
El presidente no abre ninguna puerta, aunque intenta suavizar su discurso Rajoy busca mejorar la imagen del PP en Catalu?a con mensajes positivos
Cuando todo est¨¢ decidido de antemano y no parece haber margen para movimientos, los pol¨ªticos suelen especializarse en lo que en su jerga a veces se llama vestir el mu?eco. Mariano Rajoy sostiene, y lo ha dicho en p¨²blico y en privado a sus interlocutores, que no tiene ning¨²n margen para ofrecer una salida a Artur Mas que no pase por una rectificaci¨®n completa del presidente catal¨¢n y una renuncia a la consulta. Esa decisi¨®n est¨¢ tomada y Rajoy se dedic¨® a explicarla con m¨²ltiples argumentos legales. Pero al presidente lo que realmente le preocupa ahora, se?alan diversos miembros del Gobierno, es la opini¨®n p¨²blica catalana, donde se est¨¢ instalando que es Rajoy quien bloquea cualquier soluci¨®n con su inmovilismo. El presidente no ten¨ªa ning¨²n as en la manga, ninguna oferta concreta que hacer, ni la financiaci¨®n, ni siquiera la de crear una subcomisi¨®n para estudiar una reforma constitucional como pide el PSOE. As¨ª que se concentr¨® en lo ¨²nico que pod¨ªa: las palabras, el tono, la imagen. Y ah¨ª tambi¨¦n jug¨® un papel la bancada popular, que escuch¨® con gran respeto a los representantes del Parlament, muy alejado del griter¨ªo habitual. Todo parec¨ªa pensado para suavizar la imagen.
El PP se est¨¢ hundiendo en Catalu?a poco a poco. Y es ah¨ª donde trabaj¨® m¨¢s el discurso el presidente, en los mensajes positivos hacia los catalanes, en la b¨²squeda de esa imagen de hombre dialogante que antes ten¨ªa y que en Catalu?a est¨¢ perdiendo. Y lo hizo desde la primera frase. Rajoy sab¨ªa que en Catalu?a, donde TV3 emiti¨® una programaci¨®n especial, el debate era muy seguido, y a los catalanes les habl¨®: ¡°Quiero dirigirme muy especialmente a los ciudadanos de Catalu?a para transmitirles que soy y ser¨¦ el presidente de todos. No concibo a Espa?a sin Catalu?a ni una Catalu?a fuera de Espa?a y de Europa¡±.
Todo su discurso, sobre todo el bloque inicial, conduc¨ªa al mismo punto: un no rotundo, un portazo. Pero era tan evidente, que el propio presidente y sus asesores ¡ªel discurso fue le¨ªdo de principio a fin¡ª se dieron cuenta de que esa sensaci¨®n era demasiado dura. As¨ª que, al final del texto, a?adieron algo que sonaba a salida. ¡°No significa esta negativa que se les cierren todas las puertas. Hay una puerta abierta de par en par para aquellos que no est¨¦n conformes con el actual estado de cosas: iniciar los tr¨¢mites para una reforma de la Constituci¨®n¡±.
Rajoy lo dej¨® ah¨ª y no explic¨® m¨¢s. Busc¨® la f¨®rmula m¨¢s positiva posible. Pero lo cierto es que esa salida, nadie lo niega, ni siquiera en el Gobierno, no es tal. Es una v¨ªa muerta. Porque el presidente ya ha dicho en varias ocasiones, en p¨²blico y en privado ¡ªy no ha cambiado de opini¨®n, explicaban este martes desde el Ejecutivo¡ª, que ¨¦l no cree que una reforma de la Constituci¨®n sea viable en este momento. El presidente piensa que PP y PSOE podr¨ªan ponerse de acuerdo, pero CiU nunca aceptar¨ªa lo que ellos propusieran, porque pedir¨ªa el derecho de autodeterminaci¨®n, y pasar¨ªamos de una Constituci¨®n de 1978 apoyada por PP, PSOE y CiU a una con menos respaldo. ¡°No nos d¨¦ lecciones de la Constituci¨®n, la mitad de su grupo no la apoy¨® mientras CiU s¨ª la votaba¡±, le record¨® Josep Antoni Duran (CiU) a Rajoy en referencia a lo que sucedi¨® en AP ¡ªen la que el presidente militaba¡ª en 1978.
La reforma constitucional es pues la apuesta de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba ¡ªcuyo discurso gust¨® ayer no solo a los suyos, tambi¨¦n a muchos diputados del PP¡ª, pero no la de Rajoy. As¨ª que como no pod¨ªa ofrecer salidas se concentr¨® en el discurso amable y apelando a los sentimientos, en un discurso muy aplaudido por los suyos.
El presidente lleg¨® incluso a pronunciar palabras en catal¨¢n, algo que nunca hace.
¡°Amo a Catalu?a, como a las dem¨¢s comunidades, como algo propio. Valoro su lengua, su cultura, el esp¨ªritu innovador, el amor al trabajo y la obra bien hecha, la feina ben feta¡±. Los catalanes, le contest¨® Duran, no entienden eso de que Rajoy les quiere. ¡°Y cuando el amor no es entendido por la otra parte sirve para muy poco¡±, remat¨®.
Rajoy busc¨® as¨ª dos objetivos a la vez, como suele hacer: por un lado gustar a los suyos con el ¡°no¡±, y por otro suavizar la imagen en Catalu?a. Las elecciones europeas y el resultado del PP en esa comunidad, que preocupa a la direcci¨®n nacional del PP, dar¨¢ la pauta del ¨¦xito o fracaso de este intento del presidente.
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