La ¡°chapuza¡± de cinco ministerios con la justicia universal revuelve la judicatura
Las prisas por resolver un recurso fueron el origen de la pol¨¦mica reforma
La orden de detenci¨®n del expresidente chino Jiang Zemin, de 87 a?os, y el ex primer ministro Li Peng, de 86, miembros de la c¨²pula del Partido Comunista Chino (PCCh), por el genocidio en el T¨ªbet fue el detonante para que el Gobierno de Mariano Rajoy reformara la ley de justicia universal. La orden fue dictada por la secci¨®n cuarta de la Audiencia Nacional en un precipitado auto cuando esta se enfrentaba a una inspecci¨®n del Consejo General del Poder Judicial por el retraso en la resoluci¨®n de recursos, seg¨²n fuentes judiciales conocedoras de esta situaci¨®n. Fue en noviembre de 2013, con una resoluci¨®n sin motivar y pese a que el juez se hab¨ªa opuesto.
Nada ocurri¨® hasta que en febrero de 2014 el juez Ismael Moreno ejecut¨® esta decisi¨®n. 30 d¨ªas despu¨¦s de la orden de detenci¨®n, el BOE public¨® la reforma de la ley de justicia universal para evitar que los jueces siguieran adelante con sus causas, entre ellas la del T¨ªbet. La nueva Ley fue aprobada con los ¨²nicos votos del PP y con un tr¨¢mite expr¨¦s, que ha provocado un revuelo en la judicatura y, de momento, la excarcelaci¨®n de 43 narcos. En esos 30 d¨ªas, el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, recibi¨® las quejas de China y aceler¨® la reforma legal urgente para calmar al Gobierno chino y as¨ª proteger intereses comerciales, econ¨®micos y financieros de Espa?a relacionados con el pa¨ªs asi¨¢tico. Tanto jueces, fiscales como dirigentes del Gobierno mantienen y admiten que el ¨²nico objetivo del cambio legislativo era apaciguar a los chinos.
Una docena de casos pendientes
La reforma afecta a varios casos de narcotr¨¢fico, pero tambi¨¦n a una docena de causas en las que hay procesados por genocidio, cr¨ªmenes de guerra o terrorismo.
? Jos¨¦ Couso. En julio de 2003 la familia del c¨¢mara Jos¨¦ Couso, muerto en el ataque de fuerzas norteamericanas al hotel Palestina en Irak, present¨® una querella al amparo del Convenio de Ginebra. El juez Santiago Pedraz investig¨® y pidi¨® la entrega de tres militares de Estados Unidos, supuestos autores.
? T¨ªbet. El magistrado Ismael Moreno tiene sobre su mesa la querella contra la c¨²pula militar y pol¨ªtica de China por el genocidio en el T¨ªbet. Tambi¨¦n sigue abierta la causa contra otros dirigentes del gigante asi¨¢tico por genocidio del movimiento espiritual Falun Gong.
? Guatemala. Santiago Pedraz sigue con el proceso que inici¨® en 2003, por iniciativa de la premio Nobel de la Paz Rigoberta Mench¨², contra ocho ex altos cargos guatemaltecos por genocidio, terrorismo y torturas cometidos en ese pa¨ªs entre los a?os 1978 y 1986.
? Holocausto. Varias v¨ªctimas espa?olas del holocausto nazi presentaron una querella en 2008 contra cuatro guardias de las SS por un presunto delito de genocidio en los campos de concentraci¨®n de Mauthausen, Sachsenhausen y Flossenb¨¹rg.
? Guant¨¢namo. La Audiencia Nacional investiga, desde 2009, las supuestas torturas al espa?ol Hamed Abderrahman y al marroqu¨ª residente en Espa?a Lahcen Ikassrien en el centro de Guant¨¢namo.
? Ruanda. Las muertes de nueve espa?oles, seis religiosos y tres cooperantes, asesinados entre 1994 y 2000 en Ruanda son la base de este caso. El juez Fernando Andreu dict¨® un auto de procesamiento contra 40 altos cargos del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR) por la comisi¨®n de delitos de genocidio y lesa humanidad.
? S¨¢hara. En 2006 se present¨® una querella contra 13 gobernantes y militares marroqu¨ªes por un delito de genocidio contra ciudadanos saharauis entre 1976 y 1988. Baltasar Garz¨®n la admiti¨® y el caso est¨¢ pendiente de una rogatoria para tomar declaraci¨®n a varios testigos.
? Carmelo Soria. En 2012, el juez Pablo Ruz proces¨® a siete exagentes de la extinta Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile por el secuestro y asesinato del diplom¨¢tico espa?ol Carmelo Soria, en 1976. Todos ellos tienen ¨®rdenes de detenci¨®n que no se han cumplido.
? Ellacuria. El juez Eloy Velasco investiga una querella contra 14 miembros del Ej¨¦rcito salvadore?o presuntamente implicados en el asesinato de seis jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacur¨ªa, en 1989.
? Vuelos de la CIA. El magistrado Ismael Moreno investiga las posibles escalas en el aeropuerto de Palma de Mallorca de aviones de la CIA con presuntos terroristas detenidos.
El Ministerio de Justicia elabor¨® un borrador que, en cuesti¨®n de d¨ªas, retocaron hasta cinco ministerios: Interior, Defensa, Econom¨ªa, Exteriores y Presidencia. Pese a que fue el PP el partido que present¨® la propuesta, fue el mismo grupo el que plante¨® enmiendas. El resultado, ¡°una chapuza¡±, tal como la tild¨® uno de los jueces instructores de la Audiencia, Fernando Andreu. Los magistrados consultados coinciden en la calificaci¨®n, aunque reconocen que nunca la hubieran utilizado en p¨²blico.
La respuesta de los jueces de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional, en la que se tramitan los casos a los que afectaba la modificaci¨®n legislativa, fue un¨¢nime. Sin embargo, los consultados aseguran que no medi¨® ninguna reuni¨®n en la que marcaran una unidad de criterio. Las consecuencias fueron dos: por una parte, optaron por no archivar los casos de genocidio, cr¨ªmenes de lesa humanidad o cr¨ªmenes de guerra ¡ªtal como reclama la reforma¡ª, apelando a los tratados internacionales; por otro, decidieron archivar las actuaciones contra los narcotraficantes detenidos por Vigilancia Aduanera en aguas internacionales, alegando que el cambio supone la p¨¦rdida de competencia para perseguirlos e imposibilita seguir tramitando estos casos.
El pleno de la sala de lo Penal a¨²n no se ha pronunciado sobre las causas de genocidios o cr¨ªmenes contra la humanidad que siguen abiertas. La primera causa que tratar¨¢, y que ya se encuentra en deliberaci¨®n, es la del c¨¢mara Jos¨¦ Couso, muerto en la guerra de Irak. Despu¨¦s llegar¨¢ la del T¨ªbet, que ya est¨¢ elevada a la sala. El resultado de la votaci¨®n de los 16 magistrados es un misterio. Los consultados se?alan que las fuerzas a favor y en contra de seguir con los sumarios por genocidios, cr¨ªmenes de lesa humanidad o cr¨ªmenes de guerra est¨¢n muy divididas. Incluso, que el resultado del examen de cada una de las causas puede no ser el mismo
Sobre el segundo efecto pr¨¢ctico de la reforma, el de la excarcelaci¨®n de las tripulaciones de los narcobarcos, la sala s¨ª se ha pronunciado y por 13 votos contra tres decidi¨® avalar la tesis de los instructores sobre la imposibilidad, tras el cambio normativo, de seguir con los procesamientos. As¨ª, la sala dict¨® ya en ese caso el archivo definitivo ¡°por falta de jurisdicci¨®n sobrevenida¡±. Y la fiscal¨ªa anunci¨® su recurso ante el Tribunal Supremo, donde el Gobierno cree la batalla ganada. No obstante, p¨²blicamente, el Ejecutivo ha defendido la reforma alegando que Espa?a no tiene por qu¨¦ ser ¡°el gendarme del mar¡±, aunque la fiscal¨ªa entiende que los narcobarcos s¨ª pueden ser perseguidos, lo que contradice la postura del Gobierno.
En sus autos y en sus declaraciones, la mayor¨ªa de los magistrados denuncian la supuesta inconstitucionalidad de la ley por saltarse los tratados internacionales que reconoce la Constituci¨®n. Rechazan que sus decisiones sean consecuencia de un rebote o una rebeli¨®n por otras decisiones del Ejecutivo y niegan que se trate de una cuesti¨®n de egos por tener que desprenderse de casos que suponen una proyecci¨®n internacional. Los consultados defienden el valor de la jurisdicci¨®n universal y el derecho a la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Algunos de los discrepantes admiten la mala redacci¨®n de la reforma, pero sostienen que, con voluntad, el narcotr¨¢fico marino podr¨ªa seguir persigui¨¦ndose.
Uno de los mayores expertos en Derecho Internacional comparado, Antonio Pigrau, catedr¨¢tico de la Universidad Rovira i Virgili, sostiene que Espa?a ten¨ªa peculiaridades que la distingu¨ªan en la defensa de los derechos humanos. La reforma, seg¨²n indica, imposibilita una comparativa por la complejidad y especificidad de los actuales criterios. Aun as¨ª, apunta que ha pasado a ser una de las m¨¢s restrictivas de Europa.
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