La monarqu¨ªa, en el peor momento de popularidad
Las encuestas del CIS suspenden la instituci¨®n desde 2011, despu¨¦s de ser la m¨¢s valorada
El Rey abdica en el peor momento de popularidad de la Monarqu¨ªa desde la Transici¨®n, seg¨²n las encuestas del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) y otros sondeos. El ¨²ltimo estudio oficial del CIS, realizado hace solo un mes, daba a la Corona un suspenso claro, con 3,72 sobre 10. Esa nota superaba ligeramente la del anterior sondeo, realizado en 2013, que baj¨® hasta el 3,68, pero de forma muy leve y en contraste con las buenas notas que durante ante a?os logr¨® la instituci¨®n.
Hechos como el caso Urdangarin o el episodio de caza en Botsuana, entre otros, desgastaron a la Corona hasta el punto de que el CIS decidi¨® limitar y restringir las preguntas sobre ella en sus estudios trimestrales. La ca¨ªda se ha mantenido casi de manera permanente en los ¨²ltimos 10 a?os, pero dentro del aprobado hasta 2011.
A la Monarqu¨ªa la arrastr¨® tambi¨¦n la crisis pol¨ªtica y de imagen que hace mella en otras instituciones. De hecho, por debajo de la Corona se encuentran ahora en valoraci¨®n los sindicatos, los partidos, la Iglesia, el Parlamento y el Gobierno. Es decir, las que m¨¢s relaci¨®n tienen con los pol¨ªticos y con la actividad p¨²blica. Hasta el a?o 2004, la Monarqu¨ªa era la instituci¨®n mejor valorada por los espa?oles en todas las encuestas oficiales y con bastante diferencia. Por ejemplo, hasta 1995 estaba en el notable, en una nota de 7,5, que fue bajando progresivamente.
En distintos estudios y tesis, los expertos unen las pol¨¦micas de la Casa del Rey a la crisis pol¨ªtica y, tambi¨¦n, al hecho de que ya son ampl¨ªa mayor¨ªa en la sociedad espa?ola los ciudadanos nacidos despu¨¦s de la Transici¨®n. El 60% de los espa?oles naci¨® despu¨¦s de la entrada en vigor de la Constituci¨®n, no la vot¨® y, por tanto, tiene una valoraci¨®n distante del papel del Rey en la llegada de la democracia.
En la erosi¨®n de la imagen de la Corona influye tambi¨¦n la implantaci¨®n de las redes sociales, que amplifican el debate y las pol¨¦micas de los ¨²ltimos a?os sobre la familia real y sus miembros.
El 7,4 de 1995 se convirti¨® en el 6,6 de 1996; el 6,7 de 1998 fue bajando hasta el aprobado entre 2006 y 2010, con notas del 5,19 al 5,35. En 2011 lleg¨® el primer suspenso, y en 2014 ya est¨¢ claramente muy por debajo del cinco, pese a los gestos dise?ados en la Zarzuela para mejorar la imagen de la Monarqu¨ªa. Incluso en los momentos de mayor tensi¨®n en los medios, como, por ejemplo, las declaraciones judiciales del caso N¨®os, las encuestas del CIS han llegado a situar la Monarqu¨ªa como uno de los problemas de Espa?a para los ciudadanos.
La Casa del Rey ha reaccionado en el ¨²ltimo a?o con gestos vinculados a la transparencia de la instituci¨®n. Primero, con la decisi¨®n de hacer p¨²blicas las grandes cuentas de La Zarzuela, y hace apenas un a?o hubo un acuerdo de La Zarzuela con el Gobierno y con el principal partido de la oposici¨®n para incluirla en el ¨¢mbito de aplicaci¨®n de la Ley de Transparencia. Eso se complet¨® con otras medidas, como la web de la Casa del Rey y, m¨¢s recientemente, su presencia en Twitter.
Ese porcentaje de suspenso demosc¨®pico no se corresponde con el apoyo a la Corona en el actual Congreso de los Diputados. El PP y el PSOE respaldan la Monarqu¨ªa, aunque en alg¨²n momento algunas bases del segundo, como las de Juventudes Socialistas, hayan mantenido en sus programas de m¨¢ximos la Rep¨²blica. Tampoco UPyD cuestiona la Monarqu¨ªa, lo que da a esta el apoyo de m¨¢s de 80 % de la C¨¢mara.
Esa mayor¨ªa habr¨ªa sido suficiente para poner en marcha la reforma constitucional para eliminar la prevalencia del var¨®n en la sucesi¨®n, pero en la anterior legislatura Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, entonces presidente, la par¨® para evitar que se convirtiera en un debate sobre la Monarqu¨ªa. No obstante, en 2013, en pleno estallido del esc¨¢ndalo de Urdangarin, cuando el juez Castro imput¨® por primera vez a la infanta Cristina, el debate sobre la Monarqu¨ªa empez¨® a llegar a la agenda de los partidos mayoritarios, algo in¨¦dito hasta entonces. En paralelo al deterioro de la valoraci¨®n de la Corona, tambi¨¦n se ha reducido, seg¨²n las encuestas, la diferencia frente a la preferencia por la Rep¨²blica, que era muy clara hasta 2010. En 1996, por ejemplo, la ventaja de la Monarqu¨ªa era de 53 puntos, seg¨²n Metroscopia. En 2012, el 37 % prefer¨ªa la Rep¨²blica, frente al 53% que prefer¨ªa la Monarqu¨ªa, cerca de la inversi¨®n entre las preferencias.
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