Aforamiento sin causa

Parece irreversible que el Gobierno va a otorgar el aforamiento al monarca y consorte salientes, tanto penal como civil. Se trata de un inexistente privilegio constitucional. Aunque sabemos cu¨¢l es la doctrina oficial sobre lo que no est¨¢ en la Constituci¨®n, lo cierto es que cualquier excepci¨®n al r¨¦gimen jur¨ªdico com¨²n, aqu¨ª de trato judicial, ha de tener una justificaci¨®n constitucional.

Discutible es el generoso aforamiento espa?ol, aut¨¦ntica rareza en el derecho comparado. Responde empero a una doble raz¨®n: al ejercicio de un determinado cargo de relevancia jur¨ªdico-pol¨ªtica mientras dura ese ejercicio. O sea que no se trata de un privilegio personal, sino meramente funcional.

Abdicado el Rey, ¨¦l y la reina consorte ninguna funci¨®n ejercen ni pueden ejercer. As¨ª, quien ninguna funci¨®n p¨²blica ejerce, ninguna protecci¨®n espec¨ªfica merece; sus eventuales actos il¨ªcitos han de ser conocidos, dentro de los procedimientos ordinarios, por el juez tambi¨¦n ordinario. Una cosa es el respeto honor¨ªfico que se quiera dispensar a quien ha encarnado la Corona durante varios lustros y otra muy distinta crear situaciones excepcionales sin base alguna. Y menos a¨²n para quien, como es la reina consorte, ning¨²n fuero especial ten¨ªa mientras gozaba de tal consideraci¨®n.

Dicho esto, llama m¨¢s a¨²n la atenci¨®n que ese aforamiento, tambi¨¦n ante el Tribunal Supremo (TS), quiera otorgarse en materia civil. Discutible es que la inviolabilidad del monarca alcanzara el fuero civil mientras ejerc¨ªa su alt¨ªsima magistratura, pero carece de sentido que ese aforamiento, para ¨¦l y, de nuevo, para su c¨®nyuge, se ampl¨ªe a la esfera civil. Ninguna raz¨®n existe para que quien han sido rey o su consorte no puede ser demandado civilmente, por ejemplo, para establecer presuntas filiaciones o responder ante impagos o por da?os.

Cuando se quiso extender el fuero parlamentario al ¨¢mbito civil, es decir, someter al suplicatorio de las c¨¢maras una acci¨®n de derecho privado derivada de demandas contra el honor, el TC tumb¨® sin miramientos tal extensi¨®n por carecer de previsi¨®n expresa y de fundamento constitucionales. V¨¦anse las tajantes sentencias del Constitucional 243/1988, 186/1989 y 9/1990 al respecto.

Peor que producir una norma inconstitucional es que tal sea as¨ª declarada a instancias de un perjudicado, pues este tambi¨¦n se ve privado sin causa del derecho legal a que las resoluciones judiciales sean revisadas por un tribunal superior. El derecho a la tutela judicial efectiva prima sin duda sobre la reverencia que se pueda profesar a alguien por los servicios prestados.

Joan J. Queralt es catedr¨¢tico de Derecho Penal. Universidad de Barcelona.