Un padre contra un rey
La ¨²ltima bi¨®grafa de don Juan Carlos es francesa e hija de republicano Entrevist¨® al moncarca seis d¨ªas antes de la abdicaci¨®n: ¡°No me gusta el poder¡±, le dijo
Una ni?a francesa de siete a?os se enamor¨® en 1981 del Rey durante un viaje a Espa?a. Le pareci¨® ¡°tan guapo como un artista de Hollywood¡±, recuerda. Cuando regres¨® a Par¨ªs colg¨® en su habitaci¨®n un p¨®ster de don Juan Carlos con el uniforme de gala. Su padre se enfad¨®, lo arranc¨® de la pared y puso en su lugar un retrato de Fran?ois Mitterrand con una rosa roja en la mano. La ni?a se llama Laurence Debray y 33 a?os despu¨¦s acaba de publicar Juan Carlos de Espa?a, la biograf¨ªa m¨¢s actual del Rey (Alianza Editorial), tras entrevistar al Monarca durante m¨¢s de seis horas ¡ªla ¨²ltima vez que se vieron fue seis d¨ªas antes del anuncio de la abdicaci¨®n¡ª. El padre que arranc¨® furioso la fotograf¨ªa de don Juan Carlos del dormitorio de su hija es R¨¦gis Debray, miembro del Gabinete de Mitterrand y republicano convencido.
La cosa no qued¨® ah¨ª. R¨¦gis Debray intent¨® reconducir a Laurence, y escribi¨® un libro que se vendi¨® en las tiendas a quien quisiera comprarlo, pero que nac¨ªa inspirado para un ¨²nico destinatario. Se titulaba La Rep¨²blica explicada a mi hija. Laurence se licenci¨® en Historia en La Sorbona, escribi¨® su tesis doctoral sobre la Transici¨®n espa?ola y contraatac¨® a?os m¨¢s tarde con otro libro: La forja de un rey, publicado en Francia y base de la biograf¨ªa que hoy sale a la venta. El oto?o pasado envi¨® ese libro a la mano derecha de don Juan Carlos, Rafael Spottorno, dici¨¦ndole que le gustar¨ªa entrevistar al Monarca que un d¨ªa hab¨ªa decorado su pared. Spottorno la cit¨® en La Zarzuela un par de veces y finalmente accedi¨®.
No not¨¦ nada raro. El Rey y el Pr¨ªncipe se gastaban bromas. Ten¨ªan complicidad.
Tras entrevistar al Monarca y al Pr¨ªncipe en dos d¨ªas de febrero, Debray regres¨® el pasado 28 de mayo a palacio para conversar de nuevo con ambos. ¡°No not¨¦ nada raro. El Rey estaba de muy buen humor. Pens¨¦ que estar¨ªa agotado despu¨¦s de los viajes [la gira por el Golfo], pero no parec¨ªa cansado. A su hijo lo encontr¨¦ m¨¢s maduro, con m¨¢s carisma. Hizo muchas preguntas. Entre ellos se gastaban bromas. Ten¨ªan una complicidad magn¨ªfica. Su relaci¨®n no es nada fr¨ªa¡±, asegura. Era mi¨¦rcoles por la tarde. Al d¨ªa siguiente se puso en marcha la operaci¨®n abdicaci¨®n. Hab¨ªan elegido el d¨ªa del anuncio: el lunes 2.
Don Juan Carlos, por supuesto, no revel¨® a la historiadora francesa el secreto que no hab¨ªa confesado ni al Papa en su reciente viaje a Roma acompa?ado por la Reina. Pero de las largas conversaciones que mantuvieron, y que recoger¨¢ en un documental para la televisi¨®n p¨²blica francesa, Debray extrae una conclusi¨®n: ¡°Se ha dado cuenta de que ya no es el Rey de los espa?oles del siglo XXI y del mismo modo que en 1975 renunci¨® al poder para acatar una Constituci¨®n, ahora ha renunciado a su estatuto de rey porque cree que es lo mejor¡±, afirma. ¡°Durante las entrevistas me repiti¨® varias veces: ¡®A m¨ª no me gusta el poder¡¯ y eso me llam¨® mucho la atenci¨®n porque casi todo el mundo se agarra al poder. Realmente, hay mucha m¨¢s ceremonia y oropeles en el El¨ªseo que en la Casa del Rey¡±.
Se ha dado cuenta de que ya no es el Rey de los espa?oles del siglo XXI
Debray ha centrado su biograf¨ªa en la Transici¨®n. Si se decidi¨® a escribir este libro, explica, es porque Jorge Sempr¨²n la anim¨®. A ¨¦l y a Javier Pradera, ambos fallecidos, ha dedicado este volumen de 541 p¨¢ginas que revela documentos in¨¦ditos de la diplomacia francesa sobre el Rey y que repasa la vida de don Juan Carlos. Desde la complicada relaci¨®n con su padre ¡ªque explica, en opini¨®n de Debray, que el Monarca haya querido ceder ahora todo el protagonismo a su hijo y no asistir a la proclamaci¨®n¡ª, su papel en el 23-F, su relaci¨®n con Adolfo Su¨¢rez y Santiago Carrillo ¡ª¡°a los dos les reconoce por igual¡±¡ª, pero tambi¨¦n su desafortunada cacer¨ªa en Botsuana por la que tuvo que pedir perd¨®n ante las c¨¢maras, sus cuestionadas amistades y la gesti¨®n del esc¨¢ndalo del caso N¨®os. El Rey, asegura, ¡°se puede convertir en el chivo expiatorio para todos los problemas de Espa?a¡±.
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