La Audiencia investiga una paliza a un empresario espa?ol en Guinea
Su compa?¨ªa constru¨ªa la mansi¨®n de una sobrina de Obiang por 1,6 millones
La peripecia de J. M. Gonz¨¢lez en Guinea Ecuatorial es m¨¢s dura que otras, por los da?os para su integridad f¨ªsica, pero no constituye un caso aislado. El empresario valenciano Roberto Cur¨ªa pas¨® 59 d¨ªas refugiado en la Embajada de Espa?a en Malabo entre diciembre de 2012 y febrero de 2013 por temor a ser detenido o algo peor. Cur¨ªa viaj¨® a la excolonia espa?ola para resolver una discrepancia aparentemente menor con su cliente ecuatoguineano. Una vez all¨ª, no hubo acuerdo y se dispuso a regresar a Espa?a. A su llegada a Malabo, un polic¨ªa se hab¨ªa quedado con su pasaporte, alegando razones de seguridad ¡ªen esas fechas se celebraba en Guinea Ecuatorial una cumbre de la Uni¨®n Africana¡ª, pero la Embajada le facilit¨® un salvoconducto v¨¢lido para viajar. Fue in¨²til. La polic¨ªa de fronteras le impidi¨® subir al avi¨®n, a pesar de que no exist¨ªa ninguna denuncia ni orden judicial contra ¨¦l. Solo cuando entreg¨® el material que se le reclamaba, por valor de m¨¢s de 50.000 euros, pudo abandonar el pa¨ªs. La clienta de Cur¨ªa tambi¨¦n era una persona influyente: Genoveva Andeme Obiang, directora adjunta del Banco Central del ?frica Occidental e hija del presidente del pa¨ªs desde hace 35 a?os.
Las extorsiones a empresarios espa?oles, con la complicidad de la polic¨ªa est¨¢n tan extendidas en Guinea Ecuatorial que el Ministerio de Asuntos Exteriores se ha visto obligado a incluir una ins¨®lita recomendaci¨®n de viaje en su p¨¢gina web: ¡°Se vienen constatando [en Guinea Ecuatorial] situaciones en las que las autoridades aeroportuarias proh¨ªben cautelarmente la salida del pa¨ªs de ciudadanos extranjeros, entre ellos espa?oles, a petici¨®n de socios locales con los que existen diferendos comerciales o laborales y sin que medie necesariamente intervenci¨®n judicial previa. [...] Posteriormente se formaliza esa medida con la presentaci¨®n de una denuncia [...]. Esto puede llevar a que la situaci¨®n se prolongue durante d¨ªas o incluso semanas¡±. Salvo, aunque esto no lo dice el Ministerio, que se ceda al chantaje de los extorsionadores.
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