Una sangr¨ªa demogr¨¢fica sin precedentes
Espa?a pierde poblaci¨®n por segundo a?o consecutivo: 310.456 habitantes en dos a?os Medio mill¨®n de personas, la mayor¨ªa extranjeros, se van de Espa?a EL PA?S inicia hoy una serie sobre el fen¨®meno migratorio
[La crisis ha provocado muchos y muy profundos cambios en Espa?a. Una de esas grandes transformaciones es el nuevo rostro humano que emerge de un pa¨ªs que comienza resurgir y que pierde poblaci¨®n a marchas forzadas: 90.326 habitantes menos en 2012, la primera ca¨ªda demogr¨¢fica desde 1971 ¡ªcuando se empezaron a registrar estos datos¡ª, y 220.130 en 2013. En total, 310.456 personas menos pueblan el pa¨ªs, seg¨²n los datos provisionales de la estad¨ªstica de migraciones del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
Por un lado, los espa?oles siguen emigrando en busca de nuevas oportunidades. Casi 80.000 lo hicieron el a?o pasado ¡ªentre nacidos en Espa?a e inmigrantes nacionalizados¡ª. Por otro lado, los cerca de cinco millones de inmigrantes que vinieron al calor del boom del ladrillo aceleran su salida a medida que se extinguen los subsidios y el mercado laboral contin¨²a sin ofrecer excesivas oportunidades. Optan por marcharse en medio de un clima de creciente tensi¨®n y en el que cada vez se sienten menos bienvenidos. Los pensionistas de la Europa rica tambi¨¦n se van porque son ya mayores, pero sobre todo, porque el coste de su vida actual no se parece en nada al chollo que conocieron cuando decidieron venir, en tiempos de la peseta. Para los chinos, sin embargo, Espa?a sigue siendo un pa¨ªs atractivo. Se trata de una comunidad emigrante que sigue creciendo, seg¨²n constata el padr¨®n. Los inversores asi¨¢ticos y rusos tambi¨¦n desembarcan, ¨¢vidos de propiedades en una Espa?a que vende f¨¢bricas, tierras y manantiales de agua a precio de saldo. EL PA?S inicia hoy una serie que retratar¨¢ las nuevas pieles que luce Espa?a].
Cati y Ramiro Ayo tienen ya la cabeza en Ecuador, a donde planean volver con sus dos hijas despu¨¦s del verano para montar un negocio con el que sacar partido a los conocimientos de cerrajero que Ramiro adquiri¨® en las obras espa?olas. Como buena parte de sus vecinos ecuatorianos de Mula (Murcia) llevan casi tres lustros en Espa?a, y, tambi¨¦n como sus compatriotas, sienten que ha llegado el momento de irse del pa¨ªs que les acogi¨® en tiempos de bonanza y en el que ahora sienten que sobran. Fiesta a fiesta han despedido en los tres ¨²ltimos a?os a casi todos sus amigos. ¡°Los que quedamos se cuentan con los dedos de las manos¡±, se lamenta Cati en el desguace al que se trasladaron a vivir despu¨¦s de que el banco se quedara su piso.
La salida de inmigrantes como los Ayo es la principal causa del pronunciado descenso de la poblaci¨®n en Espa?a, seg¨²n los datos de migraciones publicados ayer por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Hasta 547.890 personas emigraron, la mayor cifra desde que se registran estos datos. Este es el segundo a?o consecutivo en el que Espa?a pierde poblaci¨®n, y lo hace con un descenso de 220.130 personas.
La cifra total de inmigrantes se sit¨²a en 4.676.022, un 7,82% menos que en 2012. Es el cuarto a?o consecutivo en el que se registra un saldo migratorio negativo y supone una ca¨ªda seis veces superior a la de 2010, el primer a?o que empez¨® a caer. Las cifras del INE hablan tambi¨¦n de 230.581 nacionalizados espa?oles, lo que explica tambi¨¦n la ca¨ªda de la cifra de inmigrantes.
Los espa?oles no escapan ni mucho menos al ¨¦xodo migratorio. Durante 2013, 79.306 espa?oles decidieron trasladarse a vivir fuera, lo que supone un crecimiento de 38,5% respecto al a?o anterior. Y solo 33.396 espa?oles decidieron regresar a Espa?a.
El mayor n¨²mero de salidas en t¨¦rminos relativos se produjo entre la poblaci¨®n ecuatoriana, colombiana y boliviana. En t¨¦rminos absolutos, los que m¨¢s emigraron fueron los rumanos (69.669) y los marroqu¨ªes (52.483). Se van tambi¨¦n los ingleses y los alemanes, asustados por las obligaciones que impone el fisco espa?ol y a los que el precio de la vida en Espa?a ha hecho que ya no les compense la vida bajo el sol. Los pa¨ªses cuya poblaci¨®n sigue aumentando se cuentan con los dedos de las manos. Los rusos y los chinos se encuentran entre ellos.
Cati y Ramiro Ayo vuelven a Ecuador, porque all¨ª, seg¨²n Ramiro ¡°es igualito que cuando vinimos aqu¨ª. Todos tienen su casa y su coche y en los bancos todo son facilidades¡±. Siguen el rastro del optimismo que les trajo hasta Espa?a en el a?o 2000 y que aqu¨ª hace tiempo que se esfum¨®. Como ellos, cientos de los ecuatorianos que se asentaron en esta comarca agr¨ªcola han dicho adi¨®s a los c¨ªtricos y a los tomates.
Cati y Ramiro han despedido fiesta a fiesta a casi todos sus amigos ecuatorianos
La mayor¨ªa de los locutorios de Mula han cerrado, al igual que una treintena de comercios, arruinados por la crisis y por el ¨¦xodo de consumidores. El centro se ha quedado lleno de pisos vac¨ªos que se venden a precio de saldo. ¡°La mayor¨ªa se han ido a su pa¨ªs y han entregado los pisos a los bancos que en muchos casos lo venden a precios de coste¡±, apuntan en la inmobiliaria local Jim¨¦nez Hu¨¦scar. El caso de Mula, un pueblo de 17.000 habitantes, que acumula problemas financieros y sociales tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria no es especialmente grave. Pero, sobre todo, no es ¨²nico. La salida silenciosa y constante de inmigrantes se reproduce por los pueblos y barrios de toda Espa?a. Los cerca de cinco millones de inmigrantes que Espa?a recibi¨® durante los tiempos de bonanza se marchan ahora, en una suerte de lluvia fina, imperceptible a los ojos de los que dise?an las pol¨ªticas macroecon¨®micas.
Los que se van son m¨¢s j¨®venes que la media nacional y por tanto con m¨¢s posibilidades de tener hijos que los espa?oles, lo que contribuye a agravar el problema del envejecimiento de la poblaci¨®n. El an¨¢lisis del pasado mayo del INE sobre la poblaci¨®n activa en Espa?a, indica que se ha producido una reducci¨®n de 424.500 personas activas en el ¨²ltimo a?o, de ellas 364.000 extranjeras.
A pesar de la falta de estudios sobre el impacto de la salida de inmigrantes ni de planes oficiales para controlar o dirigir las salidas, hay economistas que sostienen, que la p¨¦rdida de peso poblacional forzosamente provocar¨¢ cambios en el metabolismo de un pa¨ªs que engord¨® mucho en muy poco tiempo y que ahora adelgaza a marchas forzadas. El economista Edward Hugh, autor del libro ?Adi¨®s a la crisis? y del blog Demography matters piensa que la salida de trabajadores ¡°puede ser solo el principio¡±. Apunta a la ca¨ªda del consumo b¨¢sico y la p¨¦rdida de capital humano formado para trabajar como algunas de las principales consecuencias del baj¨®n demogr¨¢fico. Y destaca el impacto a medio plazo sobre las pensiones. ¡°La gente que sale est¨¢ en edad de contribuir y no hace un uso excesivo de la sanidad porque son j¨®venes¡±, se?ala. Hugh alude por ¨²ltimo al debate global que apenas ha prendido en Espa?a ¡ªa pesar de la monta?a rusa demogr¨¢fica de los ¨²ltimos a?os¡ª sobre si es bueno o malo que baje la poblaci¨®n de un pa¨ªs. Las proyecciones del INE por ejemplo indican que Espa?a perder¨ªa 2,6 millones de habitantes en los pr¨®ximos 10 a?os si se mantienen la tendencia. ¡°Cuando se recupere la econom¨ªa, vamos a echar de menos a los que se han ido, sobre todo a los m¨¢s cualificados¡±, apunta el director del Centro de Estudios sobre Migraciones y Ciudadan¨ªa, Joaqu¨ªn Arango.
Emigraciones y nacionalizaciones explican en parte la ca¨ªda de la poblaci¨®n espa?ola
Se marchan antes aquellos cuyos pa¨ªses ofrecen m¨¢s alternativas. En el caso espa?ol, se han ido primero los comunitarios, luego los brasile?os y argentinos y despu¨¦s los dem¨¢s. Se van tambi¨¦n los que consiguen la nacionalidad espa?ola, es decir los m¨¢s integrados. ¡°Los colegios, los hospitales y en general los servicios p¨²blicos han hecho el esfuerzo de adaptarse mejor o peor a una realidad que ahora se esfuma¡±, analiza Gonz¨¢lez Ferrer. Javier D¨ªaz Gim¨¦nez, profesor de econom¨ªa en el Iese, se queja de que los sucesivos Gobiernos no han sabido dise?ar planes migratorios ni cuando los trabajadores ven¨ªan ni ahora cuando se van. ¡°No hemos sabido retener a los inmigrantes¡±, opina.
Los expertos advierten de lo complejo que resulta cuantificar este fen¨®meno. Los datos de migraciones publicados ayer corresponden a las altas y las bajas del padr¨®n municipal, sometidas a un tratamiento estad¨ªstico que pretende afinar las salidas y entradas. El problema es que la gente que se va no suele comunicarlo y su marcha suele salir a la luz cuando se limpia el padr¨®n municipal cada dos a?os. El deseo de algunos municipios de tener el mayor n¨²mero de poblaci¨®n inscrita con el objetivo de acceder a m¨¢s recursos tampoco ayuda a clarificar la magnitud de la sangr¨ªa demogr¨¢fica. Carmen Gonz¨¢lez Enr¨ªquez, del Real Instituto Elcano apunta al impacto de la reforma sanitaria. ¡°Desde que se excluy¨® de la sanidad a los inmigrantes sin permiso de residencia, muchos dejaron de empadronarse porque no les garantizaba el acceso a la sanidad¡±, explica.
Pese a la dificultad de medir el ¨¦xodo, lo cierto es que sobre el terreno la evidencia impresionista abruma. Poco antes de la siete de una ma?ana de junio, en el consulado de Ecuador en Madrid, An¨ªbal, el ingeniero se prepara para vender en plena calle pl¨¢tano con chicharr¨®n, encebollado y tamales a los que hacen cola. Algunos de ellos preparan ya su vuelta y se animan a participar en la conversaci¨®n. Hay quien ya tiene parte de la familia fuera. Otros se ir¨¢n juntos. ¡°All¨ª se gana poco, pero nunca falta qu¨¦ comer¡±, dicen. ¡°Se va al campo, a pescar y luego est¨¢ la familia¡ El propio An¨ªbal marchar¨¢ dentro de unos meses, despu¨¦s de cinco a?os en el paro, desde que se acabaron las obras y dej¨® de operar la gr¨²a. Cada vez hay menos ecuatorianos a los que vender platillos, lamenta.
El embajador de Ecuador en Espa?a, Miguel Calahorrano, cifra en al menos 50.000 los retornados (hay en total 56.466 ecuatorianos menos en Espa?a seg¨²n el INE), pero tambi¨¦n habla de miles con doble nacionalidad ecuatoriana-espa?ola emigrados a Europa y que no cuentan en Espa?a como extranjeros. Dos universidades espa?olas est¨¢n estudiando ahora por encargo de la embajada la salida de ecuatorianos de Espa?a. ¡°Es para intentar saber qu¨¦ est¨¢ pasando con nuestra gente¡±, se?ala el embajador.
Para Calahorrano, el origen de los males de su comunidad radica en las hipotecas ¡°que los bancos les vendieron a sabiendas de que no iban a poder pagar¡±. Calculan que 20.000 de sus nacionales se encuentran en esta situaci¨®n. ¡°En nuestro pa¨ªs van a vivir mejor. Tendr¨¢n una vida digna¡±.
"Los que no tenemos nada, nos quedamos aqu¨ª", dice una temporera
En Mula, la salida de ecuatorianos ha coincidido en el tiempo con la llegada de inmigrantes magreb¨ªes. El Ayuntamiento dice que a finales de 2007 hab¨ªa 1.707 ecuatorianos, mientras que ahora hay 664. El problema es que en Mula, como en muchos otros pueblos de Espa?a no han actualizado el padr¨®n municipal. En parte, seg¨²n fuentes municipales, por falta de fondos, pero tambi¨¦n porque de registrarse un descenso de poblaci¨®n acusado, recibir¨ªan menos fondos.
El grueso de los inmigrantes se van de Mula como del resto de pueblos de Espa?a en un contexto de empobrecimiento generalizado y de creciente tensi¨®n social. Con el paso de los meses, los subsidios se acaban y el ej¨¦rcito de chapistas, fontaneros y electricistas que dejaron la escuela para alicatar la costa espa?ola por 3.000 euros al mes, merodean ahora por las calles sin oficio ni beneficio. Compiten por los empleos y por las ayudas del banco de alimentos o las becas de comedor con los inmigrantes que a¨²n no se han ido o que recalan aqu¨ª procedentes de otras zonas de Espa?a u otros pa¨ªses. ¡°Antes, los beneficiarios de las bolsas de comida que repartimos eran sobre todo latinoamericanos y ahora son principalmente espa?oles¡±, explica Mar¨ªa Dolores Romero, de los servicios sociales del Ayuntamiento de Mula. Y cuenta que por primera vez, en un muro del pueblo, el lugar en el que se reparten los alimentos, apareci¨® hace no mucho una pintada en la que se le¨ªa: ¡°Los espa?oles primero¡±.
Algunos extranjeros en Mula se quejan de que ahora la poblaci¨®n local ya no les trata bien y de que no se sienten bienvenidos. En un bar cualquiera, basta mencionar la palabra inmigrante para que la temperatura suba y enumeren la ristra de supuestos beneficios y agravios comparativos. ¡°Con las vacas gordas, todos ¨¦ramos muy buenos, pero cuando el cintur¨®n asfixia, ya es otra cosa¡±, advierte Jer¨®nimo Moya, t¨¦cnico de desarrollo local del Ayuntamiento de Mula. ¡°La tensi¨®n es palpable. La gente est¨¢ desesperada y culpa a los inmigrantes¡±.
A media tarde, a las afueras de Mula para un autob¨²s y baja una quincena de temporeras que vuelve del tajo, del tomate, de ganar 6,42 euros la hora bajo el pl¨¢stico. Hay trabajadoras de Ecuador, de Bolivia, de Argentina, de Bulgaria y tambi¨¦n de Espa?a. Como cada d¨ªa, salieron de aqu¨ª a las 4.45 de la ma?ana y regresan derrotadas. V¨ªctor Ipiales, el conductor del autob¨²s, est¨¢ arreglando los papeles para volver a Ecuador siguiendo a su mujer, su hija y sus nietos, que salieron hace ya tres a?os. Dice que ¡°aqu¨ª ya no hay futuro¡±. Algunas de sus pasajeras habituales tambi¨¦n han hecho las maletas. Otras, como Paola Espinel envidian a los que se van. ¡°A nuestra edad y sin estudios, nos resultar¨ªa muy dif¨ªcil encontrar otro trabajo. Hay muchos que se van muy ilusionados, pero las que no tenemos nada, no nos queda otra que seguir aqu¨ª".
80.000 espa?oles buscan una vida mejor fuera
La salida de espa?oles no solo no cesa, se agudiza. En total, 79.306 espa?oles se fueron en busca de una vida mejor al extranjero, mientras que solo 33.393 volvieron. Esas cifras suponen un crecimiento de un 38,5% respecto al a?o anterior. Ecuador, Reino Unido, Francia o Alemania son los destinos elegidos.
Un tercio de estos emigrados no ha nacido en Espa?a: se trata de extranjeros que adquirieron la nacionalidad espa?ola. En el caso de los espa?oles que se han trasladado a Ecuador, 10.163, son sobre todo ecuatorianos nacionalizados o menores de 15 a?os hijos de ecuatorianos y nacidos en Espa?a. Es frecuente que muchos emigrantes esperen a obtener la nacionalidad para abandonar Espa?a y conservar as¨ª una v¨ªa de entrada por si la situaci¨®n econ¨®mica mejora en un futuro.
¡°Las nacionalizaciones pueden distorsionar un poco la imagen de la emigraci¨®n espa?ola¡±, interpreta Amparo Gonz¨¢lez Ferrer, del grupo de Investigaci¨®n de Din¨¢micas Demogr¨¢ficas del CSIC. ¡°Pero, a¨²n as¨ª, el aumento del n¨²mero de los que se marchan es claro¡±.
Esta investigadora sostiene que el flujo de trabajadores espa?oles que ha tenido que emigrar es mucho mayor que el que muestran las estad¨ªsticas oficiales, que solo mostrar¨ªan una peque?a fracci¨®n de los que se han ido. Gonz¨¢lez Ferrer se fij¨® en el n¨²mero de espa?oles que se inscribieron en la Seguridad Social en Reino Unido y en Alemania. El resultado, afirma, es entre seis y siete veces mayor que los n¨²meros oficiales. La diferencia se explica porque ¡°la gente que emigra no se inscribe necesariamente en el consulado espa?ol en el pa¨ªs de destino y ese es el dato que tienen en cuenta las cifras oficiales¡±.
As¨ª, por ejemplo, en un estudio titulado La nueva emigraci¨®n espa?ola. Lo que sabemos y lo que no, Gonz¨¢lez Ferrer cree que ¡°es m¨¢s probable que la cifra se acerque a las 700.000 personas [espa?oles emigrados] entre 2008 y 2012 que a las 225.000 estimadas por fuentes oficiales¡±.
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