El tr¨¢gico tri¨¢ngulo amoroso de Santa Cristina de la Polvorosa
Un ganadero es detenido por matar a un pastor b¨²lgaro El presunto homicida viv¨ªa con la expareja de la v¨ªctima
A las afueras de Santa Cristina de la Polvorosa, en Zamora, est¨¢ a medio preparar la pista donde se celebrar¨¢n las carreras de galgos de las fiestas del pueblo, que empiezan el 23 de julio. Enfrente, en la pared trasera de una nave de ladrillo, se esconde un escenario muy diferente: los restos del fuego en el que Juan Carlos B. intent¨® en la madrugada del martes deshacerse del cuerpo sin vida de un pastor b¨²lgaro que hab¨ªa trabajado para ¨¦l. Lo hab¨ªa matado, seg¨²n propia confesi¨®n, meses antes.
Santa Cristina es un pueblo de unos mil habitantes en el que la mayor parte de los vecinos son ganaderos. Juan Carlos, que a sus 40 a?os siempre ha vivido en el municipio, es uno de ellos. Hace dos a?os, ¨¦l y sus dos hermanos mayores heredaron el aprisco de su padre: una nave donde guardan m¨¢s de mil ovejas.
Para cuidar del ganado, la familia contrat¨® hace m¨¢s de 13 meses a Bechir Asenov, un b¨²lgaro de unos 20 a?os. En agosto, tras el nacimiento de nuevos corderos, los hermanos decidieron contratar tambi¨¦n a Sonia, la pareja del padre de Bechir. Para que toda la familia pudiera vivir all¨ª, Juan Carlos y sus hermanos les cedieron una casa que tienen junto al aprisco y que los propios b¨²lgaros reformaron en octubre. Ven¨ªan de Lordemanos, una pedan¨ªa de Cimanes de la Vega, en Le¨®n. All¨ª trabajaban tambi¨¦n cuidando ganado, pero un problema con el due?o de la finca los llev¨® hasta Santa Cristina.
Los b¨²lgaros trabajaron codo con codo con Juan Carlos, un hombre amigable, seg¨²n los vecinos, al que no le gustaba mucho estar en los bares y que se ha pasado toda su vida trabajando. Viv¨ªa en el centro del pueblo con su mujer, Noem¨ª, y con sus dos hijos, de tres y ocho a?os. Tras la llegada de los b¨²lgaros a la parcela, comenz¨® a llegar cada vez m¨¢s tarde a casa. ¡°Como el ganado da mucho trabajo, era normal que llegara a las cinco o las seis de la ma?ana cuando hab¨ªa cr¨ªas¡±, recuerda Noem¨ª. Pero los retrasos de Juan Carlos se alargaron en el tiempo. Cansada de esperar, Noem¨ª se present¨® un d¨ªa en el aprisco y vio que los borregos que manten¨ªan trabajando a Juan Carlos hasta altas horas de la madrugada no exist¨ªan. Al preguntarle, su marido le confirm¨® sus miedos: se hab¨ªa enamorado de Sonia, la empleada b¨²lgara.
Noem¨ª se march¨® a casa de sus padres, en la cercana Santa Mar¨ªa de la Vega, con sus dos hijos. Y el hogar en el que hasta entonces viv¨ªa el matrimonio pas¨® a ser la vivienda de Juan Carlos y Sonia, que dej¨® a su vez a su pareja, el padre de Bechir. A partir de ese momento, a principios de este a?o, la pareja no ocult¨® su romance. Los vecinos les ve¨ªan pasear por Santa Cristina y el vecino Benavente.
Bechir, al conocer la relaci¨®n de su jefe con la pareja de su padre, decidi¨® dejar el trabajo e irse del pueblo. Acab¨® cuidando ganado en Burgan¨¦s de la Vega, otro municipio zamorano. Su padre sigui¨® yendo de vez en cuando a Santa Cristina, seg¨²n confirman los vecinos, aunque nadie sabe muy bien para qu¨¦. Pero se le ve¨ªa muy poco. Por eso, la desaparici¨®n de la expareja de Sonia en febrero pas¨® inadvertida para todos salvo para Bechir. Cuando este pregunt¨® a Sonia d¨®nde estaba su padre, la mujer le contest¨® que se hab¨ªa vuelto a Bulgaria. A las pocas semanas, tras contactar con su familia en este pa¨ªs y no conseguir localizarlo, el hijo denunci¨® la desaparici¨®n.
Cuatro meses despu¨¦s, en la madrugada del pasado martes, la Guardia Civil encontr¨® en la finca El Colorao el cuerpo inerte del padre de Bechir. El alcalde del pueblo, Pablo Rubio Pern¨ªa, explica que el fallecimiento se produjo en febrero o marzo, seg¨²n c¨¢lculos policiales. Juan Carlos mat¨® al extranjero de un golpe en la cabeza en el prisco de la finca. Despu¨¦s, desplaz¨® el cuerpo hasta un pozo cercano y lo ocult¨® all¨ª. ¡°Parece que cuando Juan Carlos supo que la polic¨ªa estaba investigando la desaparici¨®n del b¨²lgaro, lo sac¨® del acu¨ªfero e intent¨® deshacerse del cuerpo¡±, explica el regidor.
El pozo est¨¢ a unos 500 metros de donde la polic¨ªa encontr¨® el cuerpo carbonizado. Al parecer, Juan Carlos le prendi¨® fuego y despu¨¦s se march¨®. Otra fuente municipal relata que, mientras la polic¨ªa esperaba en la madrugada del martes frente a la casa de Juan Carlos para detenerle, ¨¦l estaba tomando algo en una cafeter¨ªa cercana.
Entre el olor a cecina y abono que inunda algunas de las calles del pueblo, sus habitantes comentan la noticia. ¡°Esta ma?ana han dicho en la radio que lo mat¨® en defensa propia. Que el b¨²lgaro llevaba un cuchillo en la mano para atacar a la mujer¡±, dice un vecino. ¡°Y si fue en defensa propia, ?por qu¨¦ no llam¨® a la polic¨ªa?¡±, responde otro.
El alcalde asegura que no not¨® nada raro en el comportamiento de Juan Carlos desde el incidente hasta su detenci¨®n. Todo lo contrario: ¡°Estaba plet¨®rico¡±. El regidor dice que le ve¨ªa m¨¢s contento y que, el fin de semana anterior al descubrimiento del cuerpo, la pareja hab¨ªa estado en la piscina con los hijos de ¨¦l. ¡°Nadie se lo imaginaba¡±, asegura.
El procedimiento judicial est¨¢ bajo secreto de sumario. Sonia fue detenida el mi¨¦rcoles, acusada de encubrir el delito, y Juan Carlos ingres¨® el jueves en el centro penitenciario de Topas, en Salamanca. La investigaci¨®n contin¨²a abierta. El jueves por la tarde, la polic¨ªa judicial, con ayuda de los bomberos y de la empresa Aquona ¡ªencargada de la gesti¨®n del agua¡ª, estaban buscando nuevas pistas en el pozo donde el fallecido pas¨® alrededor de cinco meses escondido.
Los cucos ¡ªlos lugare?os de Santa Cristina¡ª no asimilan todav¨ªa lo sucedido. En la carnicer¨ªa, una vecina comenta: ¡°En el pueblo pens¨¢bamos que la novia le dejar¨ªa sin blanca, pero no nos imagin¨¢bamos esto¡±. La justicia tendr¨¢ ahora que determinar lo que ocurri¨® en ese aprisco entre el ganadero y su pastor.
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