Los palestinos espa?oles siguen con angustia los bombardeos en Gaza
Una decena de gazat¨ªes rompe el ayuno del Ramad¨¢n en Madrid entre amigos y malas noticias
F¨¢tima vive enganchada a Twitter y al tel¨¦fono. Sigue al minuto, desde su casa de Madrid, todo lo que pasa en Gaza. Es palestina de segunda generaci¨®n y muchos de sus familiares est¨¢n en la Franja, sufriendo los bombardeos. ¡°Estamos continuamente llamando para comunicarnos con ellos¡±, relata. La angustia es permanente. Debido a los incesantes cortes de luz, su familia tiene que racionar la bater¨ªa del m¨®vil: lo tienen todo el d¨ªa apagado salvo los escasos minutos que tardan en hacer una llamada y confirmar que siguen vivos. Rami, su marido, creci¨® en Shiyaiya, el barrio que sufri¨® el d¨ªa m¨¢s sangriento de la Operaci¨®n Margen Protector del Ej¨¦rcito israel¨ª el pasado domingo: murieron 72 palestinos, 17 de ellos ni?os. Su familia est¨¢ bien: hab¨ªa evacuado su casa dos d¨ªas antes.
El d¨ªa anterior al ataque de Shiyaiya, al atardecer, F¨¢tima y Rami se reun¨ªan con una veintena de amigos y familiares, muchos de ellos palestinos, a hacer el Iftar (romper el ayuno de Ramad¨¢n) en una casa de las afueras de Madrid. La conversaci¨®n gira inevitablemente hacia Gaza. Casi todos tienen amigos o familiares afectados por los bombardeos. Entre ellos est¨¢n Nasser, treinta?ero hispano-palestino, y su padre, que lleva 42 a?os en Espa?a. La noche anterior a la cena, unos familiares de Nasser salieron a tomar el t¨¦ al patio despu¨¦s de cenar, en el pueblo de Beit Hanoun, en Gaza, pr¨®ximo a la frontera con Israel. Estaban all¨ª sentados cuando les cay¨® un misil israel¨ª y los mat¨®. Eran el primo de su padre, su mujer, su hermana y tres hijos. Nasser sigue en contacto con la familia que queda all¨ª, muy preocupado por su seguridad. ¡°Hoy a medio pueblo lo han echado de casa y se han refugiado en la otra mitad¡±, contaba el s¨¢bado. Su tono era casi de resignaci¨®n.
En Gaza deben racionar la bater¨ªa del m¨®vil y llaman solo un minuto a sus familiares de Espa?a
Los invitados no se sientan a la mesa hasta que anochece. El anfitri¨®n es Auni Tanboura, de 64 a?os, palestino, enfermero y casado con una espa?ola. Lleg¨® a Espa?a en 1972. En Espa?a hay en estos momentos entre 15.000 y 16.000 palestinos, seg¨²n la Embajada Palestina en Madrid. La mayor¨ªa residen en Barcelona, Valencia y Madrid. El n¨²mero exacto no se conoce porque, al no existir Palestina como Estado, muchos llegan con un pasaporte jordano o de otro pa¨ªs debido a su condici¨®n de refugiados, explica el c¨®nsul Muhammad Amro.
La historia de Tanboura representa a toda una generaci¨®n de exiliados en Espa?a. En la d¨¦cada de los setenta llegaron a Europa miles de palestinos. Volaban desde Jordania, tierra de adopci¨®n de muchos refugiados. El origen del exilio masivo est¨¢ en el Desastre de 1948 (Nakba en ¨¢rabe), la expulsi¨®n de unos 700.000 palestinos de su territorio como consecuencia de la guerra ¨¢rabe-israel¨ª que sigui¨® a la partici¨®n del territorio, hasta entonces una colonia brit¨¢nica, por parte de la ONU. La primera generaci¨®n en Espa?a lleg¨® a Canarias en las d¨¦cadas de los cincuenta y sesenta. La siguiente oleada, a la que pertenecen Tanboura y sus amigos, aterriz¨® en los setenta, tras la Guerra de los Seis D¨ªas de 1967, que oblig¨® a otros 300.000 palestinos a dejar su pa¨ªs. Muchos se formaron aqu¨ª y hoy son m¨¦dicos, abogados o profesores. La ¨²ltima oleada lleg¨® en los 80 y 90. ¡°Ahora se exilian desde Siria (donde viv¨ªan refugiados palestinos desde hac¨ªa d¨¦cadas), por la guerra, y desde Gaza¡±, explica el c¨®nsul.
No hay especial solemnidad en el Iftar; lo importante es cenar juntos y bien. El men¨², de Oriente Pr¨®ximo con influencia espa?ola: Ocra guisada con tomate, arroz con ternera, falafel casero, berenjenas y pimientos de Padr¨®n. Estos son del huerto de Tanboura, que, movi¨¦ndose como un torbellino, anima a comer y reparte pan sin decidirse a sentarse.
"La comunidad de Madrid representa el mosaico pol¨ªtico de Palestina: Ham¨¢s, Fatah, el Partido Comunista...", explica un exiliado
¡°La comunidad de Madrid representa el mosaico pol¨ªtico de Palestina¡±, explica otro de los invitados, Taisir Jadalla, un m¨¦dico de sonrisa suave originario de Cisjordania. ¡°Aqu¨ª hay gente que simpatiza con todos los partidos: Fatah, Ham¨¢s, el izquierdista Frente Popular, el Partido Comunista, el Partido Democr¨¢tico...¡±. ?No dificulta eso la convivencia? "Al contrario, la facilita. Al identificarnos con grupos distintos, surgen el encuentro y la coordinaci¨®n, tan necesarios dentro de Palestina".
¡°Los palestinos que se quedaron en Espa?a y los que se volvieron hacen de puente cultural¡±, explica Najib Abu Warda, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, que tambi¨¦n vino hace d¨¦cadas a formarse. ¡°Fomentan la cooperaci¨®n entre Espa?a y Palestina¡±. Abu Warda visit¨® la Franja por ¨²ltima vez hace cuatro a?os para instalar una antena de radio en la Universidad de Al Azhar de Gaza, en cooperaci¨®n con la Complutense.
Las conversaciones vuelven a la Franja. F¨¢tima explica c¨®mo muri¨® su abuelo el viernes pasado: ¡°Estaba enfermo y no tuvo acceso a cuidados b¨¢sicos. Y despu¨¦s lo tuvieron que enterrar corriendo para que no les bombardearan¡±. Al menos tres centros sanitarios han sufrido por los bombardeos: uno para discapacitados el 13 de julio, el destruido?geri¨¢trico de Wafa durante el fin de semana, y el hospital al-Aqsa, lleno de pacientes, donde un proyectil israel¨ª mat¨® a cuatro personas el lunes pasado.
Pasan las once de la noche y la energ¨ªa de Tanboura decae. Toman el relevo cuatro de sus amigos palestinos, que rondan la sesentena, y que conversan de pol¨ªtica en el centro de la mesa. Hablan sobre Palestina en ¨¢rabe y para hablar de Espa?a pasan al castellano. A su derecha, las esposas espa?olas se preguntan: ¡°?Qu¨¦ m¨¢s tiene que pasar para que la comunidad internacional haga algo?¡±. En la otra punta, los hijos treinta?eros siguen las ¨²ltimas noticias con el m¨®vil. Rami acaba de leer que los tanques israel¨ªes han entrado muy cerca de la casa de sus primos. Es la noche anterior a la matanza de Shiyaiya.
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