9.200 afiliados de UPyD se han dado de baja en siete a?os
La direcci¨®n lo atribuye a la crisis econ¨®mica y algunos 'huidos' hablan de autoritarismo
En UPyD no hay ¡°expulsiones constantes de afiliados¡±, como denunci¨® en agosto el portavoz en el Parlamento Europeo, Francisco Sosa Wagner. Ha habido exactamente 54 expulsiones en los siete a?os de vida que tiene el partido, seg¨²n las cifras oficiales. Pero lo que s¨ª parece haber es una fuga constante de afiliados: desde 2007 se han dado de baja 9.265 militantes; una cifra ins¨®lita, sobre todo si se compara con la del total de afiliados: 6.403 a d¨ªa de hoy. El n¨²mero de militantes casi no se ha movido desde 2009, de modo que, aparentemente, se han dado de baja cada a?o tantas personas como las que han entrado. Los datos de bajas facilitados a este peri¨®dico no est¨¢n desglosados.
El responsable de Organizaci¨®n de UPyD, Juan Luis Fabo, atribuye esa p¨¦rdida de afiliados a dos cosas: la primera, que los militantes de UPyD pagan la cuota m¨¢s alta de todos los partidos de Espa?a (20 euros al mes, salvo desempleados y otros colectivos que pagan siete euros). ¡°Y en este partido, a diferencia de otros, el que no paga deja de ser militante¡±, subraya. Por eso, dice, muchos se han dado de baja durante la crisis o se han quedado solo como simpatizantes.
La segunda raz¨®n que esgrime Fabo es que en UPyD son m¨¢s estrictos que el resto de partidos a la hora de conceder las afiliaciones. ¡°Nosotros no afiliamos con una venda en los ojos como hacen otros. Muchas veces la gente se afilia a los partidos nuevos para conseguir cargos p¨²blicos u org¨¢nicos. Cuando no los consiguen, se marchan¡±, afirma.
Algunos de los que se han marchado alegan otro motivo, el mismo que denunciaba Sosa Wagner en agosto: las ¡°pr¨¢cticas autoritarias¡± de la direcci¨®n de UPyD. Fernando Garc¨ªa y Carlos Sevillano, que dejaron el partido hace un a?o tras formar parte de la estructura en Vitoria y concurrir a las elecciones, hablan de ¡°bullying pol¨ªtico¡±. ¡°No puedes moverte ni un mil¨ªmetro de lo que marque la direcci¨®n¡±, dice Sevillano. ¡°No te echan, pero te van arrinconando hasta que te acabas yendo¡±.
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