Faena en Marruecos, tres a?os despu¨¦s
La flota del palangre cruza el Estrecho para pescar tras el acuerdo entre Rabat y la UE
La ¨²ltima vez que el Sirena de Barbate hab¨ªa faenado en aguas de Marruecos fue el 14 de diciembre de 2011. Y la faena la interrumpi¨® un aviso urgente enviado por el Ministerio de Medio Marino del entonces Gobierno socialista de Rodr¨ªguez Zapatero: deb¨ªan abandonar inmediatamente aquellas aguas. Rabat reaccion¨® as¨ª a la decisi¨®n del Parlamento Europeo de votar contra la pr¨®rroga del acuerdo comercial de la UE y el reino alau¨ª. Manuel Pacheco, el patr¨®n, y los otros cuatro tripulantes salieron aquel d¨ªa del caladero para vagar durante a?os por distintas artes de pesca: primero pulpo en Cabo Trafalgar y despu¨¦s aparejo y lo que hubiese en la costa de Tarifa.
Es lunes y casi tres a?os despu¨¦s ese palangrero vuelve a izar la bandera marroqu¨ª ¨Cjunto a la espa?ola- para poner rumbo sur y dedicarse a lo de toda la vida: la pesca del pez sable, la m¨¢s rentable en esas latitudes. El pasado s¨¢bado, su tripulaci¨®n de siempre ¨Cdesde 2011 ha perdido un marinero que ha sido sustituido por Manuel Pacheco hijo (el nombre vale para ambos)- pas¨® la revisi¨®n en T¨¢nger ante las autoridades pesqueras de aquel pa¨ªs. Como el Raquel y Sheila que navega a su costado. Y el Chipiona, m¨¢s madrugador, que zarp¨® la noche anterior y acaba de atracar con una discreta carga de 150 kilos en la cubierta.
Son los tres primeros pesqueros ¨Cotros 24 en la provincia de C¨¢diz seguir¨¢n su camino en las pr¨®ximas horas- que han aprovechado el nuevo acuerdo de la UE por el que Marruecos percibir¨¢ 40 millones de euros al a?o (30 de las instituciones comunitarias y 10 de los armadores de once pa¨ªses con permisos para volver a aquellas aguas).
El sector conf¨ªa en que el nuevo pacto a cuatro a?os sirva para resucitar a parte de la flota barbate?a y d¨¦ un respiro a un pueblo ahogado por la crisis, con tasas de paro desconocidas en Europa. De momento, solo tres pesqueros de este municipio gaditano se han decidido a salir
Los titulares m¨¢s optimistas hablan de 400 nuevos puestos de trabajo que llegar¨¢n con el nuevo acuerdo. Pero la flota de cerco ¨Cla que emplea a m¨¢s personal y en crisis permanente desde 2011- se lo sigue pensando y solo dos patrones ¨Cde los 20 barcos que esperan- han reclamado sus licencias al otro lado del Estrecho.
En la taberna del puerto las conversaciones de marineros hablan de un caladero esquilmado por la flota marroqu¨ª y tambi¨¦n de demasiados gastos. A diferencia de los del palangre, que van y vuelven en el d¨ªa, los cerqueros pasan semanas enteras fuera. Para eso necesitan m¨¢s hombres, cerca de una veintena por embarcaci¨®n. Y patrones. Y hasta cocineros. En definitiva, m¨¢s inversi¨®n cuando nada garantiza las capturas.
A bordo del Sirena, durante las casi tres horas de navegaci¨®n hacia el Banco Majuan al suroeste de Barbate, la zona donde sol¨ªan pescar hace a?os, suena m¨²sica de radiof¨®rmula y en un hornillo se preparan hamburguesas. El barco navega a siete millas por hora sorteando las olas que levantan los mercantes, gigantescos portacontenedores y alg¨²n transatl¨¢ntico. Sus marineros est¨¢n esperanzados. Han cargado siete cajas de carnada, con surtidos de caballa, boga y jurel.
Cada marinero del Sirena percibir¨¢ unos 80 euros limpios. El patr¨®n y armador, Manolo, unos 400 euros
Al llegar al punto exacto fijado en el GPS, la sonda que radiograf¨ªa el fondo marino, se?ala bancos de peces a 156 brazas, unos 250 metros de profundidad. Pero el primer lance es un fracaso y apenas da para llenar tres cajas de pescado. La tripulaci¨®n empieza a mirarse desconfiada. Si no hay capturas, no habr¨¢ sueldo que repartirse (m¨¢s all¨¢ de los 700 euros mensuales que garantiza el armador) y los gastos de desplazarse hasta aqu¨ª son muy altos: unos 300 euros por viaje entre gasoil, cebos y cuotas de la Seguridad Social.
El patr¨®n del Raquel y Sheila, no ofrece mejores noticias a trav¨¦s de la emisora de radio. Pero a¨²n faltan cuatro boyas por recoger, de otros tantos palangres, esas l¨ªneas de las que cuelgan anzuelos con cebos para que pique la pesca. Cada una de 150 metros de longitud.
A primera hora de la tarde, la gr¨²a situada a estribor, encargada de levantar el nylon empieza a escupir pescado ininterrumpidamente. Las piezas caen una tras otra en cubierta de la mano del patr¨®n, que tiene tiempo para maniobrar mientras descarga el g¨¦nero. Cuando alg¨²n pez sable se escapa del anzuelo, lo recupera del agua con una especie de garfio m¨²ltiple, que ellos llaman bichero. O directamente lo captura con el brazo. Una brisa muy tenue acuna la embarcaci¨®n. Y la cadencia en la descarga ya no se interrumpe. Las siguientes tres horas de faena son un trasiego continuo de decenas de peces color plata muy brillante desde el mar a las cajas blancas de poliestireno.
Va cayendo el sol y a la zona empiezan a llegar otros tres barcos espa?oles, con base en Algeciras, que regresan pescando tras superar la revisi¨®n en T¨¢nger. En las emisoras de los barcos se suceden las conversaciones sobre las zonas m¨¢s propicias para echar el aparejo. No todos se prestan a dar pistas.
Al final de la tarde, tras alg¨²n percance ¨Cincluida la rotura de uno de los palangres- hay 46 cajas repletas en la bodega del Sirena. Su compa?ero de traves¨ªa, el Raquel y Sheyla, carga 51, pero ha lanzado m¨¢s anzuelos al mar.
En tierra, junto a la lonja de Barbate, las c¨¢maras de televisi¨®n retratan las primeras descargas llegadas de Marruecos. Las b¨¢sculas pesan 700 kilos de pescado primero al Raquel y Sheila y despu¨¦s al Sirena. Un intermediario ya se ha encargado de colocar en Portugal todo el pez sable. El grande a 2,20 euros el kilo. El m¨¢s peque?o, a la mitad. Es hora de partir las capturas. La primera marea en el extranjero ha sido aceptable. Cada marinero del Sirena percibir¨¢ unos 80 euros limpios. El patr¨®n y armador, Manolo, unos 400 euros. Los c¨¢lculos de cada uno de ellos aliviaron el camino de vuelta. Y la limpieza de los aparejos se hizo mucho m¨¢s ligera. El Sirena qued¨® anoche listo para regresar hoy en busca de m¨¢s pez sable.
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