T¨®picos
Ni la sentencia del Estatuto lamin¨® la autonom¨ªa ni se ha privado del derecho al voto a los catalanes
En los debates sobre la crisis catalana hay algunas afirmaciones que distan de ser evidentes, pero se toman por tales, como la de los soberanistas que levantan la voz para decir al mundo que no se les deja votar, o la que sostiene que el momento crucial del giro hacia el independentismo fue la sentencia del Tribunal Constitucional que "laminaba el Estatut".
Los catalanes han votado cerca de 40 veces desde la restauraci¨®n de la democracia. Que no puedan hacerlo sobre la independencia no se debe solo a que la ley no lo autoriza, sino a razones de l¨®gica constitucional. El pueblo decide mediante la regla de la mayor¨ªa, pero existen decisiones (como las que cuestionan derechos fundamentales) sustra¨ªdas al poder del pueblo o sometidas al control de tribunales especializados. Entre otras razones, para que no puedan ser condicionadas por mayor¨ªas circunstanciales.
Convocar un refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a desborda las atribuciones de su Gobierno y, en caso de duda, decide el Tribunal Constitucional. Esas son las reglas del juego, y cuando Mas dice que la consulta debe ser legal est¨¢ acept¨¢ndolas.
La sentencia del Constitucional se presenta t¨®picamente como prueba de que las aspiraciones de los catalanes no caben en la Constituci¨®n. De un texto de 223 art¨ªculos, el tribunal anul¨® 14 y someti¨® a interpretaci¨®n 27. Eso no es laminar el autogobierno. Y pocos especialistas cuestionan que tales art¨ªculos tuvieran tacha de inconstitucionalidad.
Lo que cuestionan es que pudiera recortarse un Estatuto ya refrendado por el pueblo. Tal vez deber¨ªa legislarse de forma que eso no sea posible en el futuro, pero ello obligar¨ªa a incluir ciertas garant¨ªas respecto a su tramitaci¨®n. Deber¨¢ reconocerse que la ¨²ltima palabra corresponde al censo catal¨¢n, pero la participaci¨®n de las Cortes en su aprobaci¨®n no podr¨¢ estar condicionada por limitaciones como las pactadas por Zapatero y Mas en 2006 respecto a las enmiendas.
En su libro sobre los t¨®picos, Aurelio Arteta les atribuye como funci¨®n primera la de ¡°acomodarnos al grupo, vestirnos a la moda verbal del momento, volvernos normales¡±.
En una carta al director publicada en La Vanguardia en abril pasado, objeto de un admirable comentario de la escritora Laura Freixas en ese mismo diario, un lector dec¨ªa a prop¨®sito de la Diada masiva del a?o anterior, cuyo recuerdo le pon¨ªa "pell de gallina", que, a la vista de que los participantes en la misma eran "gente normal", se preguntaba ¡°qu¨¦ son, qu¨¦ quieren los que est¨¢n en contra¡±.
La escritora conclu¨ªa su comentario diciendo que lo que a ella le pon¨ªa la piel de gallina era que "la incapacidad de entender a quienes piensan diferente llegue al extremo de poner en duda su normalidad". Desde Quevedo circulan en Espa?a t¨®picos ofensivos para los catalanes, pero muchos de ellos imitan ahora a sus ofensores.
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